Fredy López Arévalo/Quadratín Chiapas
Fredy López Arévalo
“Chiapas, un día lejano,
y serena y tranquila y transparente,
debió brotar del mar ebrio de espuma
o del cósmico vientre de una aurora.
…Y surgió, inadvertida
como un rezo de lluvia entre las hojas,
tenue como la brisa,
tierna como un suspiro;
pero surgió tan honda,
tan real, tan verdadera y tan eterna
como el dolor, que desde siempre riega
su trágica semilla por el mundo.”. Así el poeta Enoc Cancino Casahonda, médico de profesión, apasionado orador, nos delineó la extraordinaria geografía de Chiapas. Y es así como hace ya varios millones de años, Chiapas emergió del mar ebrio de espuma. Pero el poeta también nos habla del amor y la alegría y el dolor: “(triste como la imagen del indio
clavada entre la cruz de sus caminos”, dice el poeta).
Pobre Chiapas, en el confín de la patria, en el linde con Guatemala, puerta de entrada al istmo centroamericano. El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá. La antigua y portentosa Mesoamérica.
Pero Chiapas hoy está hincado, de hinojos, postrado. Con los peores indicadores socioeconómicos de México. En pobreza, en empleo, en desarrollo.
Mexico Cómo Vamos, A.C, nos recuerda el peso fatídico que deja como secuela seis años de un mal gobierno, el que encabezó Manuel Velasco Coello. Nadie sabe a dónde llevó tantos millones de pesos que la Federación transfiere año tras año a Chiapas. Más de 400 mil millones de pesos. Pero de nada ha servido.
Chiapas vive tiempos aciagos. No solo por su lacerante pobreza. También por lo inestabilidad política derivado de la ingobernabilidad. Las más recientes estadísticas nos muestran en un vértice peligroso de inseguridad e ingobernabilidad.
La administración de Manuel Velasco Coello ha sido seis años de protestas sociales y frecuentes bloqueos carreteros. Pareciera que la clase política aplica a pie juntillas una máxima que acuñó Sun Tzu, en su libro ‘El Arte de la Guerra’ y que inspiró a Napoleón, Maquiavelo y Mao Zedong: “En el caos hay oportunidad”.
Oportunidad de saquear; oportunidad de prevalecer; oportunidad de sojuzgar a un pueblo.
Manuel Velasco Coello halló esa oportunidad y se apegó a ello: por eso se fue de Senador y retornó a concluir el Mandato que dejó inconcluso su antecesor: el propio Manuel Velasco Coello, cuyo mayor mérito es que dislocó la economía local, en parte, por su ineficiencia para gobernar y por la misma conflictividad social, que no supo encausar y menos atender y solucionar.
Esa ha sido la vida cotidiana de Chiapas en la administración de Manuel Velasco Coello.
Nos dice Enoc Cancino Casahonda:
…Mas supe también que Chiapas era
el callejón aquel donde ladraba el tiempo,
aquel olor a lluvia que cantaba
la santidad de nuestras almas niñas.
Y, supe además, que a ratos era
una fiesta en el barrio,
el aroma infinito de una ofrenda
y una marimba desafiando al aire
profanado de cohetes y campanas.
¡Chiapas!
he de volver a ti como un suspiro al viento,