Julio Galán. El pintor de la fantasía y la diversidad/Rodrigo Aridjis

«A la pintura debo el sentirme vivo,  

me ha dado la razón de mi existencia,  

algo que decirles a los demás»   

Julio Galán   

Estimado lector te comparto algunas obras del gran artista Julio Galán, de quien es importante revalorar su legado artístico y redescubrirlo su obra ante nuevas miradas.   

Julio Galán nace en la Ciudad de Múzquiz, el 5 de diciembre de 1958, en el Estado de Coahuila, México. Galán se convirtió en uno de los pintores más importantes de su generación y encontró una voz propia en el mundo del arte nacional e internacional.   

Éste mes de agosto se cumplen 17 años de su muerte, un 4 de agosto del año 2006. Galán fue un artista autodidacta, su talento fue innato; pero, realizó una búsqueda constante en explorar técnicas diversas, además de encontrar su muy personal estilo pictórico y de expresión.   

A través de su pintura, Galán combina elementos surrealistas, nacionalistas y con un grado de simbolismo propio. Plasmó una gran serie de personajes enigmáticos, algunas veces andróginos, con una gran sensualidad y que rompen los esquemas de su época.   

A lo largo de su carrera, Galán exploró temas como la identidad, la sexualidad y la muerte. Su obra refleja de manera poética y cruda algunas de las tensiones y contradicciones presentes en la sociedad mexicana y global. A través de su arte, se sumergió en su propio mundo interior, creando un universo mágico y surrealista que aún hoy sigue atrapando la atención de los críticos y amantes del arte.   

Sin duda Julio Galán es uno de los artistas contemporáneos más prominentes de la escena internacional. Siempre supo lo que quería y apenas a los 21 años, en 1980, realizo su primera muestra. Galán es un ser excéntrico, que se esconde en su pintura detrás de su infancia, su juventud y sus distintas reinterpretaciones.   

Tímido por naturaleza, el artista se retrata incansablemente y nos ofrece su rostro, su cuerpo, en una interminable creación y recreación de sí mismo.   

La ciudad de Nueva York, en Estados Unidos, fue su mejor escuela y el trampolín para su internacionalización, que llego casi por casualidad. Una de sus obras fue colgada en una de las discos de moda, a mediados de los 80s (Palladium) y a partir de entonces los galeristas y coleccionistas reconocieron y aplaudieron todo su talento.   

Galán fue parte del movimiento neomexicanista, grupo de artistas que buscaban reinterpretar y resignificar la iconografía y las tradiciones mexicanas en el arte contemporáneo. Su estilo único y su enfoque innovador lo llevaron a exponer su trabajo en galerías y museos de renombre en todo el mundo. Su obra hizo que lo calificarán como «el Niño terrible de la pintura mexicana».   

   A pesar de haber fallecido prematuramente, en 2006 a la edad de 47 años, el legado artístico de Galán continúa inspirando a las nuevas generaciones de artistas y son testimonio de que el arte no solo es un conjunto de expresiones, es además un vehículo para generar empatía y tolerancia en todos
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