Niega Rubén Rocha haber tenido contacto con jefes criminales de Sinaloa
Si se confirma, como todo parece indicar, que el ex gobernador Arturo Núñez Jiménez no será procesado por los actos venales que la nueva administración reporta haber encontrado en su gestión, se habrá validado la versión de que en Tabasco no hubo cambio de régimen político tras la victoria de Morena en las elecciones del pasado 1 de julio.
Es sabido que a un ex mandatario solo se le juzga cuando lo releva un miembro de otro partido.
Aquí la evidencia se dio con el priísta Andrés Granier Melo, que fue a prisión en junio de 2013, seis meses después de entregarle la oficina de Plaza de Armas al perredista Arturo Núñez Jiménez.
La llegada de Núñez en 2012 a la Quinta Grijalva representó la alternancia en el Edén, dos sexenios después de que el panista Vicente Fox Quesada jubilara dos períodos seguidos al Revolucionario Institucional tras ocho décadas de hegemonía en el país.
Por la llegada de un nuevo instituto político, en este caso el sol azteca, se entendió que el priísta Granier fuera confinado, sujeto a un proceso que le ha ido ganando a las pasadas administraciones de Enrique Peña Nieto y Arturo Núñez.
Núñez pudo cumplir su sueño, que pospuso en 2000, debido a la popularidad de Andrés Manuel López Obrador, quien lo llevó de la mano al palacio de gobierno.
Ya en el poder el veterano político, en más de una ocasión López Obrador lo calificó como “gobernador de lujo”, aunque en 2015 que supuestamente rompieron le dijo “puque”, comparándolo con la expresión coloquial para decir que un huevo de gallina se pudrió.
El primer candidato de la izquierda en lograr el despacho del Ejecutivo fue Núñez, y Adán Augusto López Hernández vino a ser el segundo postulado por esa corriente ideológica, ahora apiñada en Morena.
En teoría Núñez militaba en el sol azteca, instituto distinto al de AMLO, pero durante las campañas pasadas el abanderado del partido del ahora Ejecutivo federal se la pasó reconociendo las dotes de “demócrata” de quien ya es calificado como el peor gobernador que ha tenido Tabasco, incluso con mayores señalamientos de corrupción que los priístas Salvador Neme Castillo y Andrés Granier.
Entre que le reconocían programas gubernamentales como Corazón amigo, de su esposaMartha Lilia López Aguilera, y lo encomiaban por mantenerse al margen de la jornada electoral, la derrota del partido oficial se hizo inminente y hasta entendible.
Hoy que Núñez se exhibe en los restaurantes más exclusivos de la capital del país, y mientras se dejan en el olvido expedientes como la compra fraudulenta en su sexenio del terreno en Paraíso donde se establecería la Zona Económica Especial (ZEE), que, por cierto, ya fue cancelada por la federación, puede entenderse por fin que no hubo una transformación en el actual gobierno.
A menos que el olvido sea un signo que, como el bullicio y la alegría, distinga a los tabasqueños, Núñez será la primera aduana que Morena tenga que franquear en las elecciones intermedias de 2021.
PARA SU INFORMACIÓN…
FUE CANCELADO AYER lo que se conoce como “prueba de vida” a más de 13 mil 500 jubilados y pensionados del ISSET. La “prueba de vida” consistía en que, para cobrar su pago del gobierno, los adultos mayores tenían que demostrar que estaban “vivos”, y para ello tenían que “ser presentados” en la institución, fuera en bastón, muletas o camilla. El acto fue encabezado por el mandatario López Hernández, quien estuvo acompañado del director del Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco, Fernando Mayans Canabal.
PARA EL RÉCORD del asombro: Dolores Gutiérrez, diputada plurinominal perredista, dijo ayer en una entrevista de radio que Arturo Núñez puso a Agustín Silva Vidal como coordinador de la fracción parlamentaria de su partido.