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MORELIA, Mich., 23 de julio de 2025.- Juez vincula a proceso a Ana Cristian N., acusada de privar de la vida a sus dos hijos en el hotel Torreblanca; no quería «dejarlos solos en este mundo hipócrita». El juez Cristóbal Luviano resolvió que las pruebas aportadas por la representación social fueron suficientes para la vinculación a proceso. Ana Cristian N., madre de los menores de 10 y 12 años, los habría sacado a escondidas de su hogar en medio de la noche, en Huecorio, Pátzcuaro.
Pero algo no iba bien, lo sospechaba la hermana de Ana Cristian, porque comenzó a buscarla por todos lados y la imputada a mentir. Les decía que estaba en un sitio distinto a Morelia y supuestos planes para ir a Puruándiro con los niños. Las últimas horas de los hermanos fueron alegres. Junto a su madre, pasando el día en la alberca del hotel, jugando y disfrutando del verano.
Ana Cristian, argumentó el Ministerio Público, tomó la decisión de poner fin a la vida de los menores entre las 18 horas del viernes 13 de junio y la mañana del sábado 14. En la habitación 133 asfixió a sus dos hijos, no hubo sedantes de por medio ni alguna sustancia que los llevará a estar inconscientes. Si se defendieron o lucharon, eso no se sabe.
Los resultados de la necropsia advierte que no encontraron sustancias en los cuerpos. Aquel acto, según el Ministerio Público, es calificado en la medicina como la muerte hermosa, un concepto que se refiere a una muerte digna, tranquila y rodeada de seres queridos. Pero esta interpretación es eso, una mera interpretación. Al morirse los pequeños, la madre huyó del lugar, indicando al personal que todavía no ingresaran. Tenían que esperar. Los niños estaban solos.
Después, se presume, le habló a su familia y le aseguró que los menores habían consumido una Coca-Cola con pastillas que ella se había preparado. Pero esto resultó mentira y después de admitir lo que había pasado, argumentó que «no podía dejarlos solos en este mundo hipócrita».
Aquella relatoría causó una gran consternación en la sala. Los abuelos paternos de los menores, rompieron en llanto. No podían dejar de llorar.
La sala se sumió en un silencio lúgubre, que fue interrumpido por la defensa de la acusada, quien pidió un momento. Un receso. Ana Cristian no pudo soportar aquella historia, una que presuntamente ella escribió y protagonizó al asesinar a sus hijos, asegura la teoría del crimen de la Fiscalía General del Estado. Ante la mirada sorprendida del juez, Ana Cristian cruzó la sala, llorando y temblando, soportada por dos custodias del penal de Mil Cumbres. Pero no fue la única que requería un receso, Graciela, abuela paterna, también tuvo que salir, en medio de un llanto contenido.
Respirando aceleradamente mientras su marido apenas podía seguirle el paso. Perdieron en menos de un año a su hijo y también a sus dos nietos. Después de un respiro breve, la audiencia se reanudó y concluyó con los argumentos del juez para la vinculación a proceso. ¿La defensa de Ana Cristian?, nada dijo. No presentó ningún dato de prueba a favor de la acusada, es decir, la petición de la duplicidad del término constitucional no le sirvió.