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San Cristóbal de las Casas, Chis, a 5 de noviembre del 2015.- Luego de la resolución que autoriza el uso de la marihuana con fines recreativos, el obispo Felipe Arizmendi Esquivel, se pronunció otra vez en contra de la legalización de la cannabis, ya que dijo autorizarles legalmente que se droguen, es condenarlos a compensaciones esclavizantes de por vida”.
“Sólo por el gusto y placer de sentirse superhéroe, conquistador, valiente y poderoso. Quienes se sienten fracasados, rechazados, acomplejados y sin afecto familiar, se compensan con alcohol o drogas, en vez de enfrentar su situación y crecer en personalidad integral.
Señaló que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que se debería llamar Corte de Constitucionalidad, o de Legalidad, analizó la permisividad del cultivo, venta y consumo de marihuana, no por razones médicas y terapéuticas, que en algunos casos ayuda a mitigar el dolor, sino lúdicas y recreativas.
Refirió que quizás ninguno de los ministros de la Corte ha sufrido los efectos de esta droga en una persona cercana. “Si conocieran el dolor de una madre, un familiar, un amigo, ante un marihuano, votarían en contra de esa posible legalidad. Quizá ellos pueden pagar grandes cantidades mensuales para intentar curar a un adicto en un centro de rehabilitación; pero la mayoría no lo podrían hacer, y tendrían que soportar a quien se sienta ahora legalmente autorizado a embrutecerse”.
El obispo expresó que es un sufrimiento muy doloroso ya que se sienten impotentes para reconstruir una personalidad afectada por estas adicciones. El hecho de que en algunas partes de Estados Unidos o de Europa esto ya se haya permitido, no es razón legal. En los lugares donde más se consume, es donde hay más crímenes sin sentido, más desintegración familiar, donde se tienen que aplicar más medidas policiacas para controlar a adictos incontrolables.
Menciona que se argumenta que consumir marihuana es un derecho de la persona, que es una parte de su libertad, para que logre su desarrollo a satisfacción. Esto significaría que perder la razón y el control de sí mismo, por el alcohol o una droga, es un signo de libertad.
Significaría aprobar, como un derecho de su libertad, que los anarquistas y terroristas hicieran cuanto les viniera en gana, destruyendo vidas y bienes ajenos, pues impedírselo sería una violación a sus derechos. Eso no es libertad; eso es esclavitud, eso es una cadena de la que es muy difícil desatarse, aseveró.
Expuso que la debilidad humana necesita ciertos controles, para evitar los abusos que puede generar el mal uso de la libertad. Incentivar el uso de la marihuana, es un daño a la libertad personal y a la sociedad, pues habría que tener más policías para controlar a los ingobernables.