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MÉXICO, D. F., 9 de abril de 2015.- De acuerdo con el Doctor Ingeniero Fernando Lozada Islas, experto en transporte y movilidad urbana, para que exista una movilidad eficiente en la Ciudad de México es necesario llevar a cabo un conjunto de acciones que vayan encaminadas a mejorar día con día la calidad de vida de los usuarios y garantizar, además, el acceso equitativo a los bienes y servicios que ofrece la Ciudad, informó en un comunicado Difunet.
“En materia de movilidad es urgente y necesario mejorar e implementar soluciones inteligentes que respondan a las necesidades de desplazamiento de la población y que no sean solamente soluciones emergentes. Si bien la Ciudad de México actualmente tiene sistemas de transporte que la sitúan dentro de las mejores ciudades dentro de América Latina, aún falta un largo camino por recorrer para poder estar a la altura de los países europeos en materia de movilidad y transporte”.
Lozada Islas es el representante de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM) en Europa y Sudamérica y parte importante en la organización del 7º Congreso Internacional del Transporte (7CIT), que se realizará del 23 al 25 de abril en la explanada de la Delegación Cuahtémoc, en la ciudad de México, con entrada gratuita para las conferencias magistrales y los distintos páneles de discusión de expertos en el sector del transporte público de pasajeros.
De acuerdo con el doctor y master en Transporte de la École Nationale de Ponts et Chaussées de París, un reto que enfrenta el transporte en el Distrito Federal es la homologación del mismo, es decir, la integración tarifaria, la cual permitiría al pasajero optimizar su medio de transporte.
Pese a que en la actualidad el Gobierno del Distrito Federal homologó el uso de las tarjetas de transporte público, es necesario integrar en un solo título de pago el uso de cualquier medio de transporte que requiera un habitante para llegar a su medio de trabajo, escuela o actividades que realice.
“Algo que le falta al transporte en la Ciudad de México para que haya una movilidad eficiente es la integración tarifaria, que todos los medios de transporte que yo pueda usar en la ciudad los pueda pagar con un mismo título de crédito. Pero esto va más allá, que se pague por un desplazamiento y no por modo de transporte que se usa. Es decir, si un trabajador o un estudiante utiliza un microbús, el metro y el metrobús para llegar a un sitio, está pagando por tres medios de transporte diferente, sin embargo, la integración tarifaria consiste en que el usuario page por un desplazamiento de puerta a puerta en un determinado tiempo con un solo pago”.
El también profesor investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México explica que con la implementación de este concepto se permitiría, además, optimizar los servicios de trasporte y reducir en gran medida la carga de usuarios en un solo transporte como lo es el Metro, puesto que la mayoría de los pasajeros lo que busca es economizar haciendo viajes largos con el pago de un boleto, aunque ello implique que su trayecto sea estresante e incómodo.
“Como tenemos que pagar por cada transporte lo que hacemos es tratar de hacer los viajes lo más largo posibles en un solo transporte a diferencia de la gran mayoría de las ciudades de Europa donde se paga por tiempo, ahí se paga por 90 minutos de transporte en una sola dirección, con lo que se ha logrado mejorar tanto la calidad del servicio como la calidad de vida de los habitantes”.
Añade además que debería existir una homogeneidad en la calidad del servicio, la seguridad y la atención al público prestados por todos los medios de transporte, a fin de que la gente se sienta libre de tomar cualquiera de ellos.
“Hay una gran heterogeneidad en la calidad, seguridad y eficiencia de los diversos medios de transporte público que circulan en la Ciudad de México, tanto los individuales como los colectivos. Tanta diversidad que es difícil para los usuarios encontrar las razones de esas diferencias que, además, la mayoría de las veces no tienen que ver con las tarifas.
Si pensamos en el transporte público individual, taxis existen de «todos colores y sabores», de todos modelos y antigüedades, en perfecto estado y en pésimo estado, existen los «ruleteros», los de «sitio» que la hacen de ruleteros cuando quieren, los de terminales, los de aeropuerto, los de Uber, los de Cabify, etc. En el campo del transporte colectivo existen rutas de metrobús, trolebús, metro, FFCC suburbano, tren ligero, autobuses de RTP, autobuses de un sinnúmero de compañías, con niveles de calidad de servicio muy dispar y con tarifas muy incongruentes. Esto parece ser una característica de las ciudades latinoamericanas, pero considero que debería de haber una homogeneidad a fin de que la gente se sienta libre de tomar cualquier medio de transporte.
En este sentido añade que la situación que día a día vive el usuario puede influir directamente en su productividad laboral, ya que la saturación en su medio de transporte o el retraso del mismo puede generar en él una situación de estrés.
“Muchos para llegar a su trabajo hacen un recorrido de entre 60 y 90 minutos, utilizando más de un medio de transporte en condiciones de incomodidad por la saturación que hoy existe, situación que hace que el trabajador llegue con una fuerte dosis de estrés y agotamiento que, por obviedad, va a verse proyectado en su productividad laboral e incluso en sus relaciones con los demás empleados y/o patrón”.
Para el Ingeniero Civil con una Maestría en Arquitectura y Doctorado en Transporte, otro punto importante que podría fomentar una movilidad eficiente es la información que se les proporciona a los usuarios acerca de los servicios con que cuenta.
“La falta de información al usuario va desde las tarifas aplicables en cada medio de transporte colectivo de la ciudad, cuyo monto parece haber sido asignado arbitrariamente y no con criterios de costo-beneficio, o distancia recorrida. Tampoco existe información accesible y en los sitios adecuados acerca de las líneas del Metro, de sus horarios, de las rutas de Metrobús y Trolebús ni de sus horarios, como tampoco de las nuevas rutas que se han ido poniendo en operación como los corredores Periférico y Revolución de los cuales se dispone de poca información tanto en rutas, como tarifas y horarios.
Parece que se piensa exclusivamente en el usuario «cautivo», habitual, y no en los que pueden ser más casuales y que utilizarían el servicio esporádicamente si supieran bien cómo funciona.
El derecho a la movilidad no es sólo que haya los medios de transporte, sino que se difunda su existencia y se estimule su uso para que el ciudadano, el citadino «se empodere» o se «apropie» de los medios de transporte de la Ciudad y se mueva en ella «cómo pez en el agua». Eso contribuye naturalmente a la rentabilidad de las empresas de transporte y a la economía de la ciudad.
Finalmente el experto indica que desde los años 70 persiste una mentalidad generalizada de la movilidad que privilegia el uso del automóvil particular puesto que los gobiernos han dedicado mayor presupuesto a las inversiones en infraestructura para los automóviles dejando al transporte público como una opción sólo para los menos favorecidos. Esta situación ha propiciado que el transporte público sea deficiente y no sea digno de la clase trabajadora, por lo que es necesario hacer un cambio de mentalidad respecto a entender qué significa la movilidad urbana.
“En la Ciudad de México, muy en especial, se han incorporado desde hace más de 50 años muy novedosas tecnologías y equipamientos para mejorar la movilidad urbana, tanto la individual como la colectiva. Sin embargo creo que desde los años 70 persiste una mentalidad generalizada de la movilidad que privilegia el uso del automóvil particular y que, en el papel de las autoridades, les ha llevado a privilegiar las inversiones en todo lo relativo a infraestructura para el auto particular, considerando el transporte colectivo como una especie de «filantropía social», destinado a «los que menos tienen», a «la gente de menores ingresos», etc. y que por ello se les puede dar cualquier cosa en materia de transporte urbano y que no tendrían derecho ni siquiera a imaginar algo mejor”.
Para el experto en transporte internacional, hay que entender que todo lo que se invierta en movilidad urbana, muy en especial en la colectiva, no beneficia a los que se transportan sino que, más allá de eso, es «oxígeno puro» para la economía urbana, ya que sin movilidad urbana no puede haber economía urbana.
La calidad y eficiencia de la movilidad de las grandes urbes es hoy un factor determinante para fijar los índices de competitividad urbana a partir de los cuales se toman las grandes decisiones de inversión en el universo de ciudades del mundo que luchan por atraer capitales”, concluyó.