Condecorará la Amipac a Blanca Rueda y Francisco García Davish
La piñata estalló y junto con ella, los gritos de júbilo de decenas de niños migrantes que en forma desesperada luchaban unos con otros, para tomar los dulces que le arrebataron a palos a un indefenso hombre araña que colgaba de un frondoso árbol de mamey .
Desesperados algunos padres de familia que veían que sus hijos eran superados en edad y complexión física, no dudaron y se lanzaron sobre el pavimento para involucrarse en la disputa por los dulces.
Durante más de seis horas, decenas de niños migrantes rieron, gritaron, brincaron y dieron vuelo a su imaginación, al celebrarles el Día del Niño, en el albergue “Jesús El Buen Pastor” que coordina la premio Nacional de Derechos Humanos, Olga Sánchez Martínez.
La mayoría de los padres de familia, por algunos instantes se olvidaron del hambre, enfermedad, cansancio, abuso, discriminación y malos tratos que reciben en su trayecto a Estados Unidos.
La música, el pastel, las piñatas y los dulces transformaron el rostro triste de los niños que hoy se olvidaron del fantasma del hambre.
El cielo nublado se confabulo con los niños centroamericanos que recordaron canciones del recién fallecido “Cepillín”
Con singular fuerza, momentos antes, azotaron al unicornio y la estrella que se encontraban cargados de dulces de todos colores y sabores.
En silencio, Olga Sánchez la mujer que durante 31 años ha dedicado todo su esfuerzo para alimentar, hospedar y curar a enfermos y mutilados agradeció a Dios todas las bendiciones que ha derramado en ese centro humanitario
En víspera, Olga Sánchez cruzó el patio del albergue, ataviada de blanco y reunió a los cerca de 400 migrantes que reciben atención en ese centro humanitario, para pedirles su apoyo: “Vamos a construir más camas de madera y techar la segunda planta del edificio, antes de que lleguen las lluvias. Necesito de su solidaridad y mano para recibir a los otros hermanos que pronto vendrán.”
También quiero pedirles, que se porten bien, que no se prostituyan ni droguen. Tienen que ser responsables y trabajar por sus hijos, porque por ellos salieron de sus países…
Y con la sinceridad que la caracteriza dijo: » Hoy solo les podemos dar un poco de frijol, arroz y algunos panes. Yo quisiera darles carne, pero todavía no se puede. No nos alcanza el dinero…»