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TAPACHULA, Chis., 30 de junio 2025.- Doña Piluchita, una mujer de 76 años de edad, que ha dedicada gran parte de su vida al rescate de perros de calle, libra una batalla contra un cáncer avanzado y la búsqueda de un hogar digno para los 14 lomitos que tiene bajo su resguardo.
“Mi mayor preocupación es que ellos se vayan a quedar sin mí. Necesito que alguien los adopte y vayan a hogares donde realmente los amen”, señala la señora Carlota García García mientras la manada la rodea y buscan una caricia.
También le preocupa su hijo Ángel, de 44 años, quien tiene una discapacidad.
Además de no contar con recursos económicos para brindar alimento y atención médica de sus rescatados, doña Piluchita -como es conocida en redes sociales- se queja de la mala atención que recibe del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de esta ciudad, por la falta de diversos especialistas, entre ellos de Oncología y, el viacrucis que padece al viajar vía terrestre a la capital chiapaneca con tan sólo 200 pesos que la institución le otorga de viáticos.
“Es muy incómodo para mi viajar sentada aproximadamente siete horas en autobús, ya que por la quimio me siento débil, quisiera que me mandaran en avión para ir más rápido”, comenta.
Carlota recuerda que hace tres décadas empezó la labor de rescate de perros maltratados y enfermos en situación de calle. “Yo recogí a esos animalitos que personas irresponsables los tiró”, reprocha.
“Ya no tengo la fuerza para seguir rescatando más, y eso me duele”, lamenta entre lágrimas.
Recuerda la mala salud y las señales de maltrato que tenía cada uno de los lomitos que ahora tiene bajo su resguardo.
“Paloma estaba tirada bajo un árbol, ya ni ladraba de lo débil que estaba, las hormigas le estaban comiendo una parte intima de su cuerpo; es un milagro que viviera”.
Corazón, Chilindrina, Nena, Pancha, Ponki, Río, Hugo, Lola, Campanita, Martha, Papelito, Peluchín, Milagro, Loba, Blanquita, Estrellita, Iker y Tigresa son algunos de los nombres que recuerda de los perritos que ha arescatado.
Algunos fueron dados en adopción y otros viven con ella o en casas que les brindan refugio temporal.
“En cada uno de ellos invertí dinero, esfuerzo, paciencia, amor, dedicación y cuidado; he dejado mi vida, curé las heridas de su cuerpo, del corazón y el alma”, señala.
“Platico con ellos y les digo que ya no puedo atenderlos bien, que se van a ir a otro hogar, que estoy débil y cansada, me disculpo con ello si les voy a fallar”, expresa con tristeza doña Piluchita; mientras Campanita la mira con ternura y recuesta la cabeza en la pierna derecha de su rescatista como una forma de consolarla.
“Las fuerzas se me están yendo, cada día me siento más débil, tengo una gran responsabilidad con ellos, le hago la lucha por ellos y por mi hijo discapacitado”, menciona.
A través de sus redes sociales, doña Piluchita pide ayuda para que le aporten donaciones en especie o económica; y para que la apoyen para bañar y sacar a pasear a sus perritos.
También hizo un llamado a la sociedad para que sean responsables si piensan adquirir o adoptar un animalito, que no proliferen de forma irresponsable su reproducción, que les brinden una vida digna, atención médica. Que no los maltraten y que no los tiren a la calle para que no andén mendigando comida.
“Hace falta mucha empatía y amor con los perritos de la calle que son de personas irresponsables, nada nos cuesta regalarles un poco de comida; ellos sólo saben dar amor, no guardan rencor ni odio, te dan un amor puro y sincero, son fieles”, comenta.
Para la rescatista su mayor anhelo es que las autoridades construyan albergues para lomitos en situación de calle o abandono, con atención médica; pero también que se castigue de forma severa a personas que los maltratan y no se responsabilizan de ellos.
“Si me llego a morir, me voy a ir con ese deseo, de que algún día se haga realidad lo que deseo para ellos de defenderlos”, externa.