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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chis., a 01 de noviembre del 2017.- Con flores y veladores, recuerdan a Enedina García, la bruja de Jovel, a más de un siglo de su muerte, quien fuera enterrada, (dicen que parada), con toda la riqueza que acumuló de la hechicería.
Como cada año, la tumba de la Sirena recibe presentes en esta celebración del Día de Muertos, siendo de las más visitadas en el panteón municipal.
Enedina García falleció el 22 de febrero de 1900, cuando se perseguía como brujos a quienes se dedicaban a curar con hierbas y amuletos.
Don Manuel «N», comentó que antes de morir a sus 24 años de edad, poseía fuertes cantidades de dinero en oro producto del trabajo de hechicería que realizaba.
Dice que cuando la joven bruja murió, fue enterrada con toda su dinero y que por ser mal habido podría condenar a quien se hubiera apoderado de su riqueza.
Relata que todo el oro que poseía fue enterrado al lado derecho de su cuerpo y quien intente tomarlo se condenaría a morir o ver morir a sus seres queridos.
Llaman la atención las cuatro sirenas que distinguen su mausoleo, se asegura que son símbolos de su sabiduría y sus dones sobrenaturales que poseía la hechicera.
«Cuando la última sirena caiga, el espíritu de Enedina será liberado del lastre que de ella pende.
Y no se atrevan a hablar mal de la finada Enedina, puede traer fuertes dolores de cabeza y alta temperatura».
A 117 años de su partida, solamente Enedina García, sabe lo que fue, pero lo cierto es que sigue presente en la memoria de los habitantes de San Cristóbal, por ello le llevaron flores este primero de noviembre.