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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chis., a 13 de diciembre de 2017
Desde la cercanía que nos da el ser parroquias vecinas de lengua Tsotsil, en continuidad con la declaración de 28 de noviembre del Consejo de Pastoral de la Diócesis de San Cristóbal, con grande preocupación e impotencia vemos crecer el conflicto entre los pueblos de Chenalhó y Chalchihuitán y consideramos indispensable dar a conocer a la opinión pública la situación que prevalece.
Todo esto hace evidente que urge una solución de fondo e integral al conflicto entre Chenalhó y Chalchihuitán que, sin desconocer la dimensión jurídica, la incorpore en un contexto más amplio que tome en cuenta los factores culturales, sociales e históricos.
Ya hubo en el pasado un intento serio de encontrar una solución justa y respetuosa de los derechos de ambos municipios, con la creación de un “Comité Técnico para la Atención del Conflicto de Límites entre las Comunidades de San Pedro Chenalhó y San Pablo Chalchihuitán”. Después de aproximadamente dos años de trabajo, ese esfuerzo se abandonó inexplicablemente.
Pensamos que hoy es posible recuperar el estudio encomendado por el Comité Técnico a un Grupo de estudio Interdisciplinario que en 2010 indicaba:
“Dado el estado actual de conflictividad social entre ambas comunidades, consideramos que ninguna resolución jurídica resulta aceptable para las dos partes en disputa, por lo que no será socialmente sostenible sino al contrario, puede terminar fortaleciendo los factores estructurales de tensión; cualquiera que fuera la resolución de los Tribunales, produce el riesgo de perpetuar la actual incertidumbre jurídica sobre todo el edificio de los dos procesos de RTBC” (Reconocimiento y Titulación de Bienes Comunales) [Recomendación no. 1 contenida en el Resumen Ejecutivo del Informe del GEI al Comité Técnico].
En otra Recomendación (No. 6) se afirma: “Consideramos inaplazable que se concerte y se instale una mesa de diálogo político y comisión tripartita, considerando en condiciones de equidad a los Bienes Comunales de Chenalhó y Chalchihuitán así como al Gobierno del Estado”, pero no solo éstos sino otro actores coadyuvantes al proceso de diálogo tales como “ancianos y autoridades indígenas actuales y pasadas” y “expertos de la sociedad civil, así como de los organismos multilaterales especializados” (Recomendaciones 10 y 11).
Instamos al gobierno federal, al estatal y a los municipales a que retomen el camino de una solución integral al problema, dado que en esta ocasión el conflicto se ha agravado más que en ninguna otra ocasión que se recuerde, por la creciente participación de grupos armados.
Urgimos y, en nombre de las víctimas, exigimos, a las autoridades tres niveles de intervención inmediata:
1.- Reconocer el conflicto violento y el desplazamiento forzado, imponiendo y garantizando un alto a cualquier acto de violencia, con la consiguiente determinación de responsabilidades de las graves violaciones a los Derechos Humanos y a la Constitución.
2.- Garantizar de manera inmediata un convoy de ayuda humanitaria, suficiente y continua, hasta atender a total de las familias desplazadas de ambos municipios y los efectos del desabasto en la población de Chalchihuitán.
3.- Hacer un verdadero desagravio a los dos pueblos, puesto que el conflicto surge a partir de la intervención gubernamental federal y es acrecentado por los intereses de partidos políticos, como condición para instalar una impostergable mesa de diálogo de alto nivel, encabezada por el gobierno federal, con participación de la sociedad civil y otros actores institucionales.
Por los agentes de pastoral del Equipo Tsotsil
Fray Gonzalo Ituarte Verduzco O.P.
Vicario de Justicia y Paz
Con la anuencia de
+ Felipe Arizmendi Esquivel
Administrador Apostólico de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas