Detienen a alcaldes y mandos policiales de municipios del Edomex
Tapachula, Chiapas a 26 de junio de 2019.-¡ Ayúdame, ayúdame con mi hijo está enfermo, está enfermo¡, era la súplica de una mujer migrante extracontinental prisionera, como muchas más, en un centro de detención habilitado por el Instituto Nacional de Migración (INM) en la Feria Mesoamericana.
A las 8:00 de la mañana, hombres y mujeres desesperados por ver a sus hijos enfermos de tos, fiebre y diarrea, sin medicamento y comida intentaron salir, pero les fue impedido por efectivos de la Secretaría de Marina (SEMAR) habilitados como Guardia Nacional, Policía Federal, INM y guardias de seguridad privada.
Incluso, testigos que pidieron no revelar su identidad por temor a represalias, indicaron que presuntamente, guardias de seguridad privada vestidos de blanco se quitaron el cinturón y con ello golpearon a algunos migrantes extracontinentales.
“Los de blanco le estaban pegando con el cincho a los negritos, yo soy extranjero pero eso que les hacen está mal”, dijo el migrante hondureño quien se encontraba en el lugar cuando inició la protesta.
¡Libertad!, ¡libertad¡ libertad!, se escuchaban los gritos de hombres y mujeres atrás de un portón negro, que al mirar por una rendija se observaba una veintena de agentes migratorios, navales, policías federales y guardias de una empresa de seguridad privada.
Los migrantes reclamaban la falta de alimentación, atención médica y la tardanza en la tramitación de sus oficios de salida que les permita continuar su viaje a Estados Unidos, para solicitar refugio.
Ante las cámaras de El Universal, una mujer haitiana que se identificó como Fabiola, entre lágrimas clamaba ayuda para su hijo Pablo Andrés, de año y dos meses de edad, quien presentaba ronchas de picaduras de zancudo en todo su cuerpo.
Tirada en el suelo en medio de las botas de los militares, la mujer dijo que su hijo nació en Chile y que desde hace varios días se encontraba enfermo, al igual que muchos niños.
¡Ayúdame!, ¡ayúdame!, “muchos días mi hijo enfermo, poquito comida, no hay agua potable, muchos zancudos”, suplicaba la mujer en medio de las lágrimas y mostrando las ronchas en el cuerpo del menor.
¡Justicia por favor!, ¡10 días estar sufriendo, ayúdame, la policía me pegó!, denunciaba la mujer, mientras militares y guardias privados intentaban evitar que se documentara las acciones de protesta pateando sobre la cámara objetos como piedra, tierra y ramas de árboles, motivando el enojo de los migrantes.
Otras mujeres también clamaban ayuda y denunciaron que no contaban con pañales desechables, que había médicos pero no medicina.
“Ayúdame, muchas personas aquí están sufriendo, nuestros hijos están enfermos, no comida, ayúdame, ya sufrí mucho”, suplicaba.
Los migrantes, entre hombres, mujeres y niños, se mantenían sentados, acostados y otros tirados sobre el piso exigiendo libertad para poder continuar su viaje a la Frontera Norte.
La Feria Mesoamericana, ubicada en el sector sur de esta localidad, fue habilitada por el Instituto Nacional de Migración como un centro de detención para migrantes extracontinentales, debido al sobrecupo que hay en la estación migratoria Siglo 21.
Luego de varias horas de diálogo con el personal de Derechos Humanos del INM, a las 13:30 horas fueron liberados un centenar con su oficio de salida, mientras que 18 fueron trasladados a la estación migratoria Siglo 21 para su registro y más de 300 permanecen en esas instalaciones en espera del oficio de salida para que continúen su viaje a Estados Unidos.