
Niega Claudia Sheinbaum acuerdo con la DEA
TRENTON, Nueva Jersey, EU, 19 de agosto de 2025.- El gobierno de los Estados Unidos, a través de su portavoz, confirmó este martes, 19 de agosto, el envío buques de guerra con cuatro mil marines a bordo cerca de las costas de Venezuela.
Ante el despliegue, la portavoz de la administración Trump, Karoline Leavitt, declaró que el presidente «está preparado para usar cada elemento del poder americano para detener el narcotráfico y que los responsables paguen».
El envío se produce en el contexto de un esfuerzo de Washington para combatir el narcotráfico en la región. Según reportes, el despliegue incluye a los destructores USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson, equipados con misiles Aegis.
Esta muestra de fuerza naval es un claro mensaje de la administración Trump, que busca una política de línea dura y la disposición a usar todo su poder para lograr sus objetivos.
En un evento previo a estas declaraciones, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, advirtió que «ningún imperio» debe tocar la tierra de su país ni la de ningún otro en América del Sur. También calificó la presencia de bases militares estadounidenses en suelo colombiano como una «humillación». Durante esta alocución ordenó el despliegue de las fuerzas armadas y de reserva a lo largo del territorio.
Disputa diplomática y deslegitimación
La tensión diplomática se intensificó con la declaración de la portavoz de Trump, Karoline Leavitt, quien afirmó que el «régimen de Maduro no es legítimo, es un cartel del narcoterrorismo» y lo calificó como un «fugitivo». Esta postura de la administración estadounidense añade un componente político a la operación militar, vinculando el despliegue directamente con la deslegitimación del gobierno venezolano.
Las declaraciones de Leavitt y la movilización de la flota naval, que se reportó la semana anterior, marcan un nuevo capítulo en las tensas relaciones entre ambos países. A medida que los buques se acercan, el foco se pone en la posible escalada de un conflicto que hasta ahora se ha mantenido en el ámbito diplomático.
En paralelo con esta situación, los gobiernos de Caracas y Bogotá anunciaron la articulación de sus ejércitos para hacerle frente al tráfico internacional de drogas en la extensa frontera que comparten.
Maduro detalló que el objetivo de esta estrategia binacional es garantizar que las zonas fronterizas estén libres de violencia. Por su parte, el presidente colombiano, Gustavo Petro, aseguró que la estrategia ya ha dado frutos, especialmente contra el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que «ha sido golpeado en ambos lados de la frontera, militarmente».