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Arriaga, Chiapas a 13 de mayo de 2019.-El rugir de la “bestia” despierta de forma abrupta a unos 400 migrantes que sueñan con llegar a Estados Unidos para salir de la pobreza y alejar a sus hijos de las garras de las pandillas, que se ha convertido en la pesadilla de Centroamérica.
Son las cinco de la mañana, el grupo de hombres y mujeres con sus hijos en brazos que durmieron en el parque central de esta localidad, recogen de forma apresurada la escasa ropa, que empacan en bolsas de nailo y mochilas sucias. El grupo de migrantes en su mayoría de Honduras, El Salvador, Panamá y Cuba, caminan sigilosos hacia las vías del ferrocarril, amparados bajo la oscuridad de la noche.
Una parte de esos migrantes van documentados con la Tarjeta de Visitantes Fronterizos con permiso para trabajar que tramitaron en Ciudad Hidalgo, localidad fronteriza con Guatemala; pero únicamente pueden transitar de forma regular por los estados de Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Tabasco.
La familia de Walter Mariano, un hondureño de 47 años de edad, que viaja con sus tres hijos de 16, 18 y 22 años, así como su nieta de dos años de edad; es uno de los que obtuvieron la mica.
Explicó que sin problema llegaron en autobús de Tapachula a este municipio, para viajar a bordo del ferrocarril de carga que llega a la ciudad de Ixtepec, Oaxaca.
“Nuestro objetivo es llegar a Estados Unidos, no quedarnos en México; con esta tarjeta sólo podemos viajar por cuatro estados, pero el llegar acá es una bendición, ya que no sufrimos asaltos y las mujeres no fueron violadas”, dice.
Frente a la “bestia”, como llaman los migrantes al ferrocarril de carga; un grupo de 30 centroamericanos piden a Dios mediante oración los proteja de peligros y que no sean detenidos en el camino por el Instituto Nacional de Migración (INM).
Otros, se arman con palos y piedras para defenderse de asaltos durante el viaje.
Cuando la “bestia” esta quieta, el grupo de migrantes aprovecha para subirse al lomo.
Primero, un grupo de hombres escalan al techo, mientras otros ayudan desde abajo a subir a las mujeres y niños que lloran y se resisten abordar el tren.
Durante el abordaje de los menores, varios quedaron suspendidos en el aíre sostenidos de una mano con peligro de caer, desde una altura de unos seis metros.
Tras cinco días de esperar la llegada del ferrocarril, a las 9:00 de la mañana del pasado jueves; la bestia vuelve a rugir, anunciando su salida con unos 400 migrantes a bordo que van con la esperanza de lograr el “sueño americano”.
DE NUEVA CUENTA, CHIAPAS SE CONVIERTE EN “LA PESADILLA DEL SUEÑO AMERICANO” PARA MIGRANTES
Con el reforzamiento de los operativos contra migrantes del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Policía Federal en el corredor migratorio desde Tapachula al municipio de Arriaga, se han reactivado los puntos rojos de asaltos violentos y abusos sexuales contra mujeres.
Son las 14:00 horas del día 9 de mayo, al albergue Hogar de la Misericordia llega una joven hondureña de 21 años de edad, pero las puertas están cerradas con llave y no permiten el acceso de ningún migrante.
Nerviosa se acerca a una pareja de cubanos que descansa afuera del refugio católico, se sienta en el piso de tierra y rompe en llanto, pide que la ayuden ya que acaba de ser asaltada y abusada sexualmente por cinco sujetos con armas de fuego y machete.
Mientras su cuerpo tiembla, relata que viajaba con su cuñado, que salieron de Tapachula por la madrugada a bordo de vehículos de transporte público y para no ser detenidos por migración, rodeaban caminos de extravío.
Antes de llegar a la caseta de migración que se ubica sobre la carretera, descendieron del transporte en la entrada a la comunidad Durango, para caminar sobre las vías del ferrocarril con destino a esta localidad, para abordar el tren de carga.
Relata que en el camino se encontraron con dos cubanos y decidieron caminar los cuatro sobre la línea del ferrocarril, pero unos kilómetros antes de llegar a un basurero, cinco personas con armas de fuego y machete salieron entre el monte y sus compañeros se asustaron y huyeron, mientras ella se quedó sola en el lugar a merced de los delincuentes.
Los migrantes cubanos, dijeron que también ellos fueron asaltados en el mismo lugar y en otro conocido como la arrocera, en el municipio de Huixtla.