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SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS, Chiapas., a 23 de agosto de 2015.-Cuentan que de por sí esta es una ciudad racista, pues hasta hace poco los indígenas no solamente tenían prohibido caminar en las banquetas, si no que hasta se les quitaba el cultivo que traían a vender de su comunidad y recibían una bofetada sino daban un buen precio.
Es el complejo ladino del kashlán, la gente de piel blanca que se cree aquel viejo dicho de que corre sangre azul por sus venas, un complejo de superioridad que lo ha llevado a cometer los peores actos de discriminación racial contra los grupos étnicos de Chiapas.
El cronista Jorge Paniagua Herrera, afirmó que la discriminación racial tiene su origen con el choque de dos culturas, la española y los pueblos originarios de México.
Recuerda que “habían épocas en que los presidentes municipales no permitían que los indígenas caminaran en la banqueta, -y los kashlanes, los mestizos, los ladinos-, si veníamos venir a los indios, los empujábamos para que se cayeran de la banqueta”, mencionó.
“Que quedrá ese indio que está tocado la puerta, ve a ver vos María”, -decía la patrona de reojo cuando el indígena pata rajada llegaba a vender su carbón y de mal genio la jefa mandaba a decir que ya tenía estufa”.
Paniagua Herrera, reseñó que fue hasta la década de los 40’s, cuando llega como Presidente Municipal Erasto Urbina, hijo de una maya tzeltal, quien ordena que en San Cristóbal de las Casas, indios y no indios tenían derecho a caminar en las banquetas.
Personas de avanzada edad, narran que en el mercado, en donde los indígenas tenían prohibido vender adentro, las vendedoras servían a los indios el agua de piña en un vaso de veladora y para el señor fulano de tal, el señor con sangre no india, se le servía en un vaso diferente.
Mientras que allá por el rumbo de San Francisco, eran famosas las revendedoras de huevos y gallinas de rancho, ahí a los indígenas se les quitaba su mercancía.
Al creérsele menos se violentaban todos sus derechos humanos, afirman diversos personajes de San Cristóbal de las Casas, ciudad fundada por el español Diego de Mazariego en 1528.
Señalan que estos actos de discriminación racial fueron más que motivos suficientes que obligaron a que la “indiada” se levantara en armas en 1994, porque se les trataba peor que animales.
Después del alzamiento armado, las condiciones de discriminación racial aminoraron un poco, pero está difícil que desaparezca este complejo de superioridad.
Ante tanto pisoteo y desprecio ya también el indígena es racista, no solo con el kashlán, sino que con su misma raza. “es la venganza de Moctezuma”, señalan.
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