
Irrumpen morenistas en evento de Raúl Morón y lo atacan a sillazos
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. 3 de octubre de 2014.-El gobierno ni siquiera es nuestro enemigo fundamental, el gobierno solamente es un representante más de esos poderosos económicos y eso es lo que hay que saber diferenciar, compañeros, que los que están aquí arriba son también simples trabajadores-.
Dos mil campesinos chiapanecos escuchan el megáfono a las afueras del Palacio de Gobierno Federal en Tuxtla Gutiérrez, bajo el sol intenso que recuerda que el verano no tiene mucho que se fue y el otoño aún no deja sentir todo el frío del invierno. Agotados pero decididos, protestan.
La jornada inició lejos de Tuxtla, algunos incluso a kilómetros de la primera ciudad que estuviera a la vista, dentro de la selva Lacandona. También hay quienes dejaron la orilla del mar u otros que bajaron de las montañas donde se cansaron del olvido.
El dos de Octubre se reunieron con miras en la capital chiapaneca. El plan, de acuerdo al comunicado de prensa, fue salir desde temprana hora de Comitán y Ocosingo para encontrarse en el paraje conocido como Rancho Nuevo, ya en Chiapa de Corzo se unirían para tomar la caseta que se encuentra con dirección a San Cristóbal de las Casas.
Desde las siete hasta las dos de la tarde, con palos, pasamontañas y machetes oxidados hombres y mujeres de campo impidieron las actividades en la caseta, decididos a que la protesta es la única manera que el gobierno federal y del estado los escuche.
A las tres llegaron a Tuxtla. Los taxis de la Trinitaria con sus franjas verdes y fondos blancos eran los que más se notaban, junto con las camionetas donde los integrantes del Frente Campesino y Popular de Chiapas llegaron para tapar el cruce de centrales de la ciudad bajo el Cañón del Sumidero.
Pero eso fue hace 24 horas, hoy marchan por el primer cuadro de la ciudad después de pasar la noche durmiendo en la plancha principal frente al palacio de gobierno estatal, donde a temprana hora iniciaron un recorrido que buscó hacer conciencia sobre la situación de los obreros, campesinos e indígenas.
Salen del cruce de centrales y avanzan una cuadra con consignas y palos en mano, con la garganta cansada y con los ideales intactos. Prensa, gobierno, imperialismo, espectadores, políticos de primer nivel tanto federales como estatales, todos tienen sus cantos y consignas.
-Esos son, esos son, los que chingan la nación- recita uno corto.
-Y la gente se pregunta, ¿y estos quiénes son? Somos organizados, defendiendo la nación- otro más.
-Lucha, lucha, lucha, no dejes de luchar por un gobierno obrero, campesino y popular-
Así hay hasta aquellos que ponen en duda la orientación sexual del gobernador del estado de Chiapas, Manuel Velasco Coello o la capacidad intelectual del presidente de la república, Enrique Peña Nieto.
Sin embargo las demandas son claras cuando pasan en algún punto importante dentro de su itinerario. Primero las instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad ubicadas en el centro de Tuxtla.
-Estamos en contra de la instalación de los medidores digitales, de los altos costos de la energía eléctrica, también estamos exigiendo un pago justo de la energía eléctrica…por eso no tenemos nada en contra de los ciudadanos, si alguien está haciendo su gestoría que lo realice-.
En el calor de la protesta no faltó quién incitara a quebrar cristales, pero no, los coordinadores enfriaban la situación pues a pesar de lo enérgico, de rayar cada una de las ventanas y paredes con consignas, la jornada inició y terminó pacíficamente.
Son gente de semblante duro, incluso de carácter fuerte, que con palos y tubos se ven aún más intimidantes, pero dejan en claro la paz que los acompañan, pues los tuxtlecos no son sus enemigos, ni siquiera los funcionarios públicos o trabajadores de la paraestatal, para ellos, también son pueblo y al pueblo se le respeta.
-Tome, debe de informarse, debe enterarse de lo que pasa en su país- reparten y reparten copias, sacaron alrededor de cinco mil copias del boletín de prensa, al menos esa suma sacaron al multiplicar las 500 hojas que habían en cada uno de los diez paquetes que traían cargando.
Pintaron, los jóvenes fueron los encargados de dejar en el vidrio y la pared las consignas que se borrarán con jabón, sobre todo en los ventanales, pero lo dejaron claro, no más abusos de CFE, no más cobros o demandas a sus compañeros.
Después caminaron otra cuadra más hacia el norte, donde llegaron a la segunda calle nororiente y dejaron su recuerdo en pintura en la empresa del uno de los más ricos del mundo, Carlos Slim, uno de los que llaman burgueses.
Al llegar a la parte de atrás del palacio federal se explicó qué pasa dentro de esa montaña de concreto y acero, qué han hecho en contra, a consideración de ellos, de la organización que representan.
-Chinga tu madre…- una voz sale entre la multitud dirigido hacia los curiosos funcionarios que ven desde lo alto del edificio.
-Compañero eso ya es una ofensa personal, él no es nuestro enemigo, él también es un trabajador que se gana la vida y que no debemos atacar sino invitar a nuestra protesta, si algo tiene de inconformidad y es sindicalizado también saldrá cuando lo considere- Calman los ánimos, él también es pueblo y al pueblo se respeta.
La tensión crece, a pocos metros la barda de metal cubre el cuerpo de hombres azules con macanas, escudos y la insignia de autoridad en el pecho. Están serios y sudados, son morenos y a no ser por los uniformes bien pueden confundirse con el contingente campesino.
-Señor policía, qué risa me das, teniendo tú las armas, no sabes protestar…-
Algunos golpean con los palos las vallas de acero, que no sufren daño alguno, los uniformados sólo miran mientras lanzan consignas en su contra, otros patean discretos el metal, la tensión está en el aire hasta que otra vez los coordinadores aclaran sus intenciones de paz.
-Nosotros no venimos a pelear con ustedes, ustedes son también explotados y tienen necesidades como nosotros, nuestra marcha es pacífica así que desviaremos nuestro camino sin la menor provocación-
Los azules, silenciosos, miran al contingente como dobla la esquina y sigue sus gritos y reclamos, sin faltar exigir calma a aquel que tira una botella vacía de refresco hacia los escudos, pues quieren evitar cualquier pretexto de provocación.
Rodean a las autoridades, llegan a la avenida central para luego dirigirse a donde empezaron, al plantón ubicado en el cruce de centrales, ya cansados y desgastados buscan lugar en la sombra, el olor a orín ya se siente pero también, a diferencia de otras veces, no se les otorgó baños portátiles.
Comen, la comida recuperará energía, ahí tienen su sartén con aceite y sus rejas de tomate que traen desde la casa. Anunciaron que la lucha seguiría hasta el 12 de Octubre, dependiendo los acuerdos que lleguen, apenas es el segundo día de lucha, dos menos, faltan ocho.