
Parlamento Infantil 2025 Michoacán: niñez señala crimen y desigualdad
TAPACHULA, Chiapas, a 30 de enero de 2015.- El obispo de la Diócesis de Tehuantepec, Oaxaca, Oscar Armando Campos Contreras, dijo que si los recursos económicos que se invierte en operativos para impedir el paso de migrantes se destinarán para generar empleos bien remunerados y condiciones de seguridad en los países expulsores, se pondría un alto al flujo migratoria.
Refirió que a pesar de los reforzamientos migratorios y de no permitir que los migrantes aborden “la bestia”, el paso de los «sin papeles» no se ha reducido, únicamente se ha dispersado.
Señaló que cuando el hambre y la inseguridad se juntan, son fuerzas muy grades que llevan a las personas a buscar mejores condiciones de vida en otros países.
Al concluir su recorrido por esta Frontera Sur, los obispos del Estado de México, Yucatán, Campeche, Tabasco, Veracruz, Oaxaca y Chiapas, encabezados por el responsable de la Dimensión Episcopal de la Pastoral de Movilidad Humana, Guillermo Ortiz Mondragón dijo que a las autoridades seguirán recordando su deber de asumir con mayor seriedad el tema de la migración en todos los aspectos, sobre todo en la promoción de fuentes de trabajo digno, único camino claro para erradicar la pobreza, factor fundamental de este drama humano.
Abundó que es urgente que se busque y garantice la seguridad física y legal de quienes transitan por nuestro territorio.
“La hospitalidad y los valores humanos de los mexicanos no pueden seguirse deteriorando por presiones o intereses políticos externos. La política en este campo debe definirse por los valores y principios de solidaridad y respeto a la vida y a la dignidad humana”, aseveró el obispo de Cuautitlán.
Señaló que la migración, siendo un valor, aparece como uno de los dolorosos síntomas de la enfermedad social económica que también padecen los vecinos centroamericanos, una enfermedad agravada más ahora por la presencia del crimen organizado, que le pone precio a la vida de cada ser humano.
En este recorrido participaron los obispos de Veracruz, Luis Felipe Gallardo Martín; de Campeche, Francisco González; de Yucatán, Emilio Berlie Belaunzarán; de Tehuantepec, Oaxaca, Oscar Armando Campos y de Chiapas, Leopoldo González, Felipe Arizmendi Esquivel y Enrique Díaz Díaz.