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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chiapas; a 18 de mayo del 2016.- Araceli Díaz Díaz, se crucificó en una cruz de madera, frente a Catedral, en demanda de la libertad de su padre Agustín Díaz Gómez, recluido en el centro de readaptación social número 5, en San Cristóbal.
Por segunda ocasión, la joven indígena tzotzil, de 21 años de edad, subió a la cruz de madera, la cual fue colocada encima de la cruz de catedral, frente a la mirada de su pequeña, quien la acompaña en el plantón que sostiene en la plaza de la Resistencia, desde el 13 de mayo.
Araceli Díaz, amarró sus manos a la cruz, con vendas y sujetó sus pies con una cuerda de plástico y se le veía agonizante a dos horas de que se declaró en crucifixión. En tanto que su esposo Aníbal Gómez Gómez, espera su turno para crucificarse porque afirmó que su suegro es acusado de un delito que no cometió, es un preso político.
“Vamos a ver si el gobierno así va actuar, es un llamado para ver si con esto se logra su libertad, porque la hija de Agustín está dispuesta llegar hasta las últimas consecuencias”.
Gómez Gómez, aseveró que no había llegado ninguna autoridad, para supervisar el estado de salud de Araceli, pero mencionó que en cuanto se sienta cansada de estar arriba de la cruz, él va a sustituirla.
Cabe hacer mención, que Araceli Díaz Díaz, se crucificó en diciembre del 2015, para exigir la libertad de Agustín Díaz, originario del municipio de Chalchihuitán, quien está encarcelado por homicidio y extorsión, desde ha