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BAHÍA DE PAREDÓN, Chis., a 04 de febrero.- En esta comunidad pesquera la noticia de que localizaron con vida a La Chancha, como era conocido el salvadoreño Cirilo Vargas y/o José Salvador Albarengo dedicado a la pesca de tiburón y especies de escama, ha divido las opiniones ya que según los cazadores de tiburón nadie puede sobrevivir por más de un año y dos meses en altamar.
La Chancha, zarpó de la comunidad Chocohuital, Pijijiapán, en la zona Istmo-Costa el pasado 17 de noviembre del 2012 junto con Ezequiel Córdova Barragas, un pescador de 23 años de edad, de la pescadería El Fortín, del anterior municipio, a realizar la captura de tiburón, sin embargo, ya no regresaron, y al día siguiente, el propietario de la embarcación, Bellarmino Rodríguez Beyzo dio la alerta a las autoridades de Protección Civil y Capitanía de Puerto Chiapas.
Realizamos la búsqueda por mar y aire con el apoyo de las autoridades pero no los encontramos, y luego de 15 días se suspendió el operativo por las malas condiciones climatológicas, recordó Bellarmino Rodríguez.
Abundó que los pesadores de tiburón los dieron por muerto y llevaron flores al mar como es la costumbre, sin embargo, yo no quise hacerlo, sabía que era imposible que sobrevivieran, no tenía la esperanza de que lo encontraran vivo, pero tampoco me resignaba a que mi amigo Chancha estuviera muerto, explica.
El pasado fin de semana, Bellarmino recibió una llamada de la Capitanía de Puerto Chiapas donde le pedían confirmar los datos de su embarcación W25 desaparecida el pasado 18 de noviembre del 2012, ya que había sido encontrada con su amigo a bordo y amigo vivo en el atolón coralino de Ebón, al sur de las islas Marshall, en la región de Micronesia.
La noticia me dejó desconcertado, he visto las imágenes por la televisión y confirmo que si es él, mi amigo, dijo visiblemente emocionado.
Con la foto del pescador rescatado en su celular, Bellarmin les ha dado la noticia al resto de los pescadores de tiburón pero pocos son los que se atreven a creer la noticia.
Me dicen que hasta que no lo vean en persona creerán la noticia, y yo estoy un poco desconcertado, pero si es mi amigo el que rescataron, insiste.
El también pescador de tiburón y propietario de la embarcación perteneciente a la Sociedad Cooperativa Camaroneros de la Costa, define al salvadoreño como un gran guerrero y buen amigo.
Aquí lo espero con los brazos abierto por si quiere regresar, estoy seguro que si le dan a escoger querrá regresar con nosotros, señala.
El salvadoreño Cirilo Vargas y/o José Salvador Albarengo navegó a la deriva en una embarcación conocidas como W25, entre México y la isla un poco al norte del Ecuador terrestre, entre más de 12 mil 500 kilómetros de distancia y en toda la extensión del Océano Pacífico no existe islas.
En esta comunidad, ubicada a unos 12 kilómetros de la cabecera municipal de Tonalá, en la región Istmo-Costa la actividad pesquera inicia desde las 4:00 de la mañana con la pesca de camarón y especies de escama en el mar muerto.
Dos horas después zarpan los cazadores de tiburón, llevando consigo cuatro bidones de gasolina
Poco antes de las 10:00 de la mañana inicia la actividad comercial de pescados, hora en que empiezan arribar las más de 300 lanchas con productos del mar.
En un improvisado tianguis se oferta mojarra, liza, casco de mula, bagre, dorado, entre otras especies a comerciantes locales y provenientes de Oaxaca, Veracruz y Guerrero.
En este pequeño muelle descargaba el tiburón y demás especies de escama que cuando no había mal tiempo capturaba Cirilo Vargas y/o José Salvador Albarengo, quien siempre llegaba contento de la pesca agarrara o no producto, recuerda su patrón y amigo Bellarmino Rodríguez Beyzo.
La amistad de ambos inició hace cuatro años, cuando el salvadoreño llegó a la pequeña comunidad pesquera Chocohuital, ubicada a unos 250 kilómetros de la frontera con Guatemala, procedente de Puerto Madero junto con un amigo salvadoreño, del cual se reservó el nombre.
Él sí sabe la historia de José porque son del mismo pueblo, fue quien lo enseñó a pescar, pero no quiere hablar, señaló Bellarmiro.
Abundó que al poco tiempo le pidió trabajar con él en la pesca del escualo, a lo que accedió con gusto ya que era su mejor amigo.
Solíamos salir al monte de cacería cuando no salía a la pesca y jugar futbol por las tardes, pero siempre me decía que se aburría estar en tierra, que prefería estar en el mar, su pasión era la pesca, asegura.
Bellarmiro recuerda que el apodo de la Chancha ya lo traía de El Salvador.
Era un hombre muy callado, casi no hablaba de su vida, yo no sabía que se llamaba José Salvador Albarengo, yo siempre lo conocí por Cirilo Vargas, explica el también pescador de tiburón.
Refiere que a su amigo nunca le interesó ir a los Estados Unidos a pesar que allá tiene un hermano que siempre le mandaba dinero y le llamaba por teléfono para convencerlo de que se fuera.
A pesar de que éramos muy amigos, no le conocía novia ni que tuviera hijos, incluso cuando fue lo del naufragio pregunté con los compañeros si sabían que tuviera algún hijo para ayudarlo, explica Bellarmino,
Entrevistado en su vivienda, Bellarmino dice estar molesto por algunas versiones periodísticas que dicen que el segundo tripulante de la embarcación Ezequiel Córdova Barragas, quien falleció meses después, era menor de edad, No es cierto, tenía 23 años el muchacho yo tengo copia de los papeles de él, asevera.
Con mucha nostalgia, el hombre de tez blanca, recuerda que a su amigo le gustaba toda clase de música, pero en especial las norteñas, las de amores. También nos íbamos a echar nuestras cervecitas, pero a él le gustaba tomar solo y encerrado.
Pasarán los años, era la frase que siempre nos decía, era un tipo que se daba a querer, muy respetuoso, la única persona que yo invitaba a comer a mi casa, dice Bellarmino, quien suelta el llanto contenido y de forma brusca pide se pare la entrevista.
Es todo por favor, ya no más entrevista, señala el hombre, quien dice por último que aun renta la casa donde vivía su amigo.
La familia de Bellarmino ha pedido que José Salvador y/o Cirilo Vargas regrese a Paredón para demostrarle el amor que le tenían.
Seis meses antes del naufragio, al salvadoreño se le averió el motor a unos 20 kilómetros mar adentro, sin embargo, fue auxiliado por su patrón y amigo, quien acudió a su llamado, pero el 18 de noviembre del 2012 a pesar de la búsqueda por mar y aire que realizaron por varios días Bellarmino ya no pudo rescatar a su amigo, el mal tiempo se lo impidió, pero después de un año y dos meses recibe la buena noticia que está vivo.