Exigen auditoría al líder del PAN en Guerrero por deuda millonaria
Gabriela Coutiño
Tuxtla Gutiérrez, Chis. 12 Mayo.- El obispo de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, dijo que la violencia multidimensional que vive México, no puede atribuirse solo al gobierno, ni a una sola causa, sino que hay que ir más al fondo.
En un mensaje que difunde semanalmente a los feligreses, el prelado señaló que son tres factores que han propiciado que la inseguridad y la violencia se hayan tornado complejas y multidimensionales en México.
La crisis de legalidad: Nos hemos acostumbrado a no respetar las leyes y campea la impunidad. Se ha debilitado el tejido social: se han relajado las normas sociales; el individualismo y la apatía han introducido la ausencia de normas, que tolera que cualquier persona haga lo que le venga en gana, con la certeza de que nadie dirá nada, aseguró.
Vivimos en una crisis de moralidad: se han debilitado en la vida ordinaria las grandes exigencias de la moral cristiana: desde el imperativo primordial No matarás!, hasta el consejo evangélico que nos llama al amor extremo de entregar la vida por los demás, indicó.
Arizmendi, obispo de la Diócesis con mayor población indígena en Chiapas, dijo que se une al reclamo de ¡Ya Basta!, Ni un muerto más!, pero señaló que el gobierno federal no es el único responsable de tantas muertes por su estrategia militar contra los criminales.
Aunque consideró que el gobierno, con humildad y realismo, debe revisar su proceder; pero ¿hay que dejar las manos libres a los narcos, o pactar con ellos, para que se enseñoreen más de la vida de los ciudadanos y sean ellos lo que impongan su ley?, cuestionó.
El jerarca católico señaló que los miles de asesinatos por la guerra contra el narcotráfico y por la criminalidad extorsionadora hacia los migrantes, las fosas clandestinas, no se resuelven sólo con un cambio de gobernantes, de leyes, de estrategias militares, de partidos, sino que hay que ir más al fondo.
Por ello pidió a los fieles no esperar pasivamente que sea sólo el gobierno quien dé solución a los problemas que son de todos.
Debemos actuar ya, cada quien en su propio ámbito de competencia. Las autoridades, con los recursos propios que le proporciona el Estado de Derecho para el ejercicio de su actuación; la sociedad civil, asumiendo responsablemente la tarea de una ciudadanía activa, que sea sujeto de la vida social.
Los creyentes, actuando con fidelidad a nuestra conciencia, en la que escuchamos la voz de Dios, que espera que respondamos al don de su amor, con nuestro compromiso en la construcción de la paz, para la vida digna del pueblo de México.