COMENTARIO A TIEMPO/Teodoro Rentería Arróyave

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En “violación” a la propia ley que acaba y para siempre con el llamado “veto presidencial de bolsillo”, el jefe del ejecutivo, Felipe Calderón Hinojosa la promulgó este lunes 16 de agosto, 43 días después de que la nueva normatividad lo dispone.

En efecto, el decreto con el que se avala la decisión de los legisladores de eliminar el denominado “veto de bolsillo”, fue firmado por Calderón Hinojosa, mismo que obliga al Presidente de la República en turno, a publicar o en su caso a rechazar en menos de 30 días una ley o reforma aprobada por el Congreso, más 10 de gracia, pues de lo contrario dicha norma se dará por vigente al otorgarle facultades al Poder Legislativa para publicarla en el Diario Oficial de la Federación, es decir promulgarlas.

El llamado “veto de bolsillo”, ahora derogado, permitía al Ejecutivo guardar de manera indefinida leyes emanadas del Congreso con el simple hecho de no publicarlas, sin remitir a los legisladores observaciones u objeciones, con ello evitaba que entraran en vigencia.

Por tratarse de una reforma constitucional, valga la redundancia, fue materia del Constituyente Permanente, integrado por ambas cámaras del Congreso de la Unión y la mayoría de las cámaras de las entidades federativas.

La reforma fue aprobada en diciembre del año pasado por la Cámara de Diputados, luego de que el Senado hiciera lo propio, por tratarse de una reforma constitucional, tuvo que ser ratificada por 17 congresos locales antes de declararse formalmente aprobada.

La declaratoria final de aprobación ocurrió el pasado 25 de mayo y fue hasta este 16 de agosto en que se dignó firmarla Calderón Hinojosa, 43 días después de lo que dispone esta nueva ley.

Para su promulgación tuvieron que pasar muchas cosas: primero, en junio pasado, diputados y senadores exigieron a Calderón Hinojosa promulgar al menos 19 reformas, que mantenía en la congeladora de Los Pinos.

El 10 de agosto, la Mesa Directiva de la Comisión Permanente acordó iniciar una controversia constitucional contra el Ejecutivo para lograr la promulgación, de una de ellas, precisamente la reforma que elimina el “veto de bolsillo”.

“En la Mesa Directiva acordamos solicitarle a las áreas jurídicas de la Cámara de Senadores que empezaran a redactar un recurso para controvertir la omisión de la Presidencia de la República por la falta de publicación de la reforma constitucional sobre la anulación del “veto de bolsillo”, según dio a conocer en aquella ocasión el senador priísta Francisco Arroyo Vieyra.

Posterior a la firma, se emitió un comunicado que a la letra dice: “La Presidencia de la República refrenda su firme compromiso con fortalecer una permanente colaboración entre poderes mediante los mecanismos institucionales, particularmente a través del mejoramiento de nuestro proceso legislativo, garantizando la consolidación de nuestro régimen democrático”, la reforma que ha promulgado el Presidente de la República busca garantizar “plena certidumbre jurídica” en el país.

Declaraciones o explicaciones aparte, lo importante, lo trascendente para la vida de la nación, es que se acota el presidencialismo al quedar para siempre derogado el veto de bolsillo.