
CMIC, una aliada en el combate a la corrupción en Chiapas: Jorge Llaven
BEJALTIK
(Muchos Caminos)
F. Darinel
No me vas a encontrar,
quieres tirar por la calle de en medio.
No me vas a encontrar,
no sé rodar por caminos estrechos.
Quique González
PROBLEMA AÑEJO
LOS CAMINOS DE HOY
El chayote
A mí me parece que la situación de los mercados, es una situación que como problema cada día se agrava más, pues para empezar, yo creo, que sería imprescindible abordar de nueva cuenta, el ya tan desgastado tema de la Central de Abasto, un asunto que uno de los primero administradores de este mercado, Don Fernando, El Juchi, que en paz descanse, decía que la Central de Abasto era un chayote, porque tratar de abordar o solucionar este asunto, era como tratar de agarrar una de estas verduras espinosas, pues por donde quiera y de la forma que fuera que se agarrará, por cualquier parte picaba.
Ya ta viejo
Por eso es que abordar otra vez a la Central de Abasto, es agarrar de nueva cuenta un chayote viejo, que ya de tan viejo por la lengüita le está saliendo la raíz. Fíjense, amables lectores, que si queremos hablar de la seguridad y comodidad de los compradores que diariamente acuden a este lugar, para empezar si quieren caminar para comprar sobre la pequeña calle interior de este mercado, hace cuatro años se dispusieron a ambos lados de esta callecita, una serie de tubos de acero nuevos, porque los pocos y anteriores que existían, los carros que pasan por esta callecita, los habían doblado o bien por golpazos de los vehículos de altiro habían sido arrancados.
De nada sirven
Así, por tener esta pequeña calle interior pasillos laterales delimitados con una mampostería toda jodida y sholca, se dispuso de nueva cuenta una buena, pero muy buena cantidad de nuevos postes de metal, rellenos de concreto, distribuidos a un intervalo mucho más corto que los anteriores y con una mayor amplitud en el ancho de lo que se suponía eran los pasillos, con la finalidad de que los compradores transitaran con seguridad y más libremente. Pero vayan cualquier día de estos a esa Central y verán que esos pasillos, muchas de las mismas vendedoras y vendedores que exigieron más anchura, los tienen totalmente invadidos y sin posibilidad de libre y seguro paso, con lo que la seguridad de los compradores es absolutamente nula, una seguridad que desde hace tres años está totalmente perdida.
Extinguidores extintos
Por cierto, y comentando sobre seguridad en este lugar, la administración pasada, la de Eduardo Ramírez, atinadamente dispuso en diferentes partes de este mercado, una serie de extinguidores; los cuales locatarios habían pedido, para que pudieran ser utilizados, en caso de emergencia. Sin embargo la realidad actual nos enseña una situación triste y verdaderamente decepcionante, pues en cada uno de los nichos, en donde hasta hace dos años y medio estaban los extinguidores, ahora no hay ninguno, ni pa remedio, dijeran las viejitas.
Ni con agua de temporal
Lo que es muy seguro, es que esos difuntos extinguidores con toda seguridad se los pelaron por la noche, porque no quiero pensar; pues sería demasiado descaro y abusives, que a plena luz del día y mientras se desarrollaran las actividades diurnas de este centro comercial, alguien fuera tan audazmente ladrón como para robárselos a plena luz del día y con todas las miradas puestas.
Por eso yo más creo que fue durante la noche, o durante las últimas horas de actividad de los comerciantes, cuando los pasillos están totalmente desiertos y la gran mayoría de veces sin vigilancia, cuando se los robaron.
Por eso es que si de pronto se suscitara otra conflagración en el interior de este mercado, de todavía existir esos extinguidores, se podría hacer un ataque al fuego de forma primaria, pero ahora que ya no los hay, no creo que a escupitajos o con oraciones, se logre apagar o detener un incendio, así que para este caso es necesario la implementación de un nuevo sistema de reacción inmediata interna, para poder detener a cualquier incendio, sistema que debe de ser puesto en marcha a la brevedad posible y buscar la manera de cómo evitar robos de materiales que estén dispuestos para la seguridad física del edificio y de los comerciantes, así como para la de los compradores.
A quién le importa
Pero volviendo al tema de los pasillos, no solo los pasillos de la calle interna están totalmente invadidos, también los pasillos internos del mercado; invadidos por mesas, abusivas extensiones de los locales, rejas y mercaderías que disponen fuera de los mismos puestos, y además una increíble y exagerada cantidad de vendedores ambulantes, quienes hacen caso omiso de los letreros que prohíben su entrada, pues estos letreros serian equiparables, como si en nuestra casa dispusiéramos uno que dijera: prohibida la entrada a cucarachas, moscas, zancudos, lombrices menores de edad y tacuatzes uniformados, los cuales obviamente les valdría mayes, porque para empezar ni le harían caso al letrero y para terminar no saben ni leer, ni escrebir, tal como están los vendedores ambulantes, con respecto a los letreros prohibitivos de su entrada a la Central de Abasto.
Defendiendo los abusos
Claro, todos estos problemas serían de fácil resolución, si los dirigentes y los que se dicen líderes de los gremios del mercado, de verdad quisieran que este lugar fuera eficiente y bueno, pero para hacerse ver como buenos lideres, creen que con propiciar y alcahuetear estupideces, exigiendo caprichos y situaciones absurdas, creen que eso significa ser buen líder, y de ahí que los pasillos sean un problema casi imposible de solucionar, es decir de limpiar y hacer de fácil transito, pues aquel administrador que lo intente rápidamente le caerán encima, para empezar, doña Ema Velasco y la Maistra Aidé, que luego, luego defenderían todas estas tonterías; imagínense que es tan metiche doña Ema, que hasta defiende a los neveros, paleteros o gente que vende raspados en carritos, cuando son intentados echar del mercado, ella también aboga por ellos, aunque a los compradores, a los pasillos, al mercado y a la venta de todos; desde hace años, se lo esté llevando la chingada.
¿Quién los cuida?
Aunado a este problema está también la falta de capacidad, de pantalones y de ganas de trabajar de los administradores, quienes cuentan y tienen como supervisores, a una retahíla de flojos y tacuatzones, que muchos de ellos se pelan durante sus actividades, o como el caso de cierto jefe de supervisores, que en lo que él según los supervisaba, por ahí andaba vendiendo sus quesitos, valiéndole cachete lo que hiciera ese montón de haraganosos.
De todo a todo inseguros
Con toda esta cantidad de elementos negativos, más otros que me faltan mencionar, o que me faltaran mencionar todavía, la Central de Abasto tiene cada día una pérdida de clientes, quienes por razones de inseguridad, falta de higiene, comodidad y falta de seguridad en los pasillos, mejor prefieren irse a las tiendas trasnacionales que comprar en el mercado, y para colmo tampoco pueden decir que contaran con el apoyo de la Policía municipal, pues ya hemos visto que estos señores polecías; en este mes, ni para su propia seguridad son buenos, y para muestra un botón, más bien dos botones, como el caso de aquella imprudente patrulla, más bien chofer de la patrulla, que quedó patas pa rriba sobre el bulevarcito del fraccionamiento Las Flores, así como la estrenada que le pusieron a el coche patrulla más moderno y más reciente, patrulla que también por impudencia y por falta de respeto fue embestida; casualmente, en la cercanías de este mercado, pero durante la noche.
Cada día más débil
A mí como muchos otros y muchas otras personas, nos sigue gustando ir a comprar al mercado: Chicharrón con el Fidel, carne de vaca con el Zuñiga, verduras con tía Mele, huevitos con doña Elena, chileancho con doña Ema, tostadas con las mujeres de la subidita y todo lo que ustedes quieran, pero sinceramente ocasiona una flojera tremenda pensar e imaginar los pasillos y la gente en el mercado, pues esos pasillos más bien parecen veredas de cerros no muy transitados, estrechas y llenas de monte; y estos pasillos son caminitos llenos de cosas, mercaderías, mesas, vendedores ambulantes y de pilón basura, que cada vez nos quitan la gana de ir a un mercado sucio, inseguro y totalmente reducido en sus pasillos, por lo que bien le vendría a este lugar, a esta Central de Abasto, una buena dosis de rigor y de disciplina, ya basta de alcahueterías y el que parece ser, un deseo obscuro de que los locatarios pierdan ante las grandes tiendas. Es cuánto.