Abanico/Ivette Estrada
Huachicoleo, asunto de seguridad nacional
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No puedes tenerlo todo, sino dónde lo meterías.
Steven Wrigth, 1955; comediante estadounidense.
Por Víctor Sánchez Baños
Hace algunos meses funcionarios de alto nivel de Pemex, me platicaron la imposibilidad de luchar contra el crimen organizado inmiscuido en el robo de combustible. Aún más, no sólo roban gasolina, diésel, sino que ahora abarca al gas y al petróleo crudo.
Curiosamente, no están en su catálogo de robos productos como etilenos, polímetros y otras substancias que se producen en las refinerías del país y que tienen un valor agregado superior, pero su mercado en pequeño.
Se necesitan técnicos altamente especializados para robar los combustibles y derivados del petróleo, en la empresa “del gobierno” que dirige Carlos Treviño. Pemex, es ancestralmente, el botín de políticos, empleados desleales y ahora de criminales organizados.
Incluso, esos funcionarios de la otrora paraestatal, me mencionaron que el freno en la inversión para construir y mejorar las refinerías, se derivaban precisamente de la completa incapacidad gubernamental de frenar el saqueo en las mismas refinerías.
Las estadísticas indican que en los últimos 18 años, en los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y lo que va en el casi final de Enrique Peña Nieto, son más de 1,200 de empleados de Pemex detenidos por el robo de combustibles desde dentro de las refinerías. Sin embargo, de ellos, con el apoyo del Sindicato que lidera Carlos Romero de Deschamps, menos de 45 han sido sentenciados. Son muchos, pero no ofrecieron información.
El robo en los ductos, se puede prever, detectar y perseguir, me mencionaron los funcionarios. Así ocurre en países como Arabia Saudita, Qatar, Rusia, Irán, entre otros. Los doctos son idénticos a los usados en México y por Pemex, pero allá los sistemas de vigilancia son eficientes y con poco dinero (entre 50 y 100 millones de dólares anuales) detectan inmediatamente una fuga de presión en los ductos y localizan la fuga con un error de 40 centímetros.
Hay miedo en las estructuras administrativas de Pemex de enfrentarse a esos grupos y los dejan “trabajar”, con tal libertad que pueden intimidar a los técnicos de la petrolera mexicana con total impunidad. Esto prefieren la plata y evitan “el plomo”.
Son asuntos de Estado y de seguridad nacional. La forma en que pierde el país tales cantidades de dinero es increíble y que sólo se ataque a los huachicoleros comunes. Hay casos de robo de petróleo crudo que se inyecta a través de monoboyas (pulpos-bombas de inyección a barcos tanque) a cerca de las costas de las petroquímicas. Ahí, el robo de combustible opera de manera similar en Venezuela. Llega un barco y lo llenan. Manipulando el software de la bomba sólo reportan el 60 o 70 por ciento de lo realmente inyectado y lo demás lo vendan en marcados libres, como Rotterdam, donde compran hasta robado y de eso sabe muy bien el hijo de José López Portillo, José Ramón, quien estaba informado por José Andrés de Oteyza, entonces secretario de Patrimonio y Fomento, quien veía los temas de energía petrolera.
Hay, en el sector petrolero mexicano, intereses fuera de la imaginación de muchos arquitectos de teorías de la conspiración. Incluso, los nexos con funcionarios petroleros de Venezuela, quienes le saben al tema mucho, pero mucho.
PODEROSOS CABALLEROS: Muchos se desgarran las vestiduras en favor y en contra de la construcción del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México Parece un partido entre el Poli y la UNAM. Se apasionan. Unos quieren tirar los presuntos negocios de políticos ligados a la actual administración y otros quieren que no se malgaste el dinero. La decisión que tomará el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, va en lo que decida la sociedad. Sin embargo, en los foros quedará claro que si se usa la propuesta de Santa Lucía, para construir dos pistas más, para que puedan seguir operando el actual de la Ciudad de México, todos sabremos que se tirarían a la basura poco más de 5,250 millones de dólares, con los que podríamos construir más de cien hospitales de alta tecnología en el país, por ejemplo. Es un tema que fue explorado por mucho tiempo y si en algo estamos de acuerdo con AMLO, es en la concesión de la terminal aérea a privados. Ahí todos ganan.
RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA: Carlos Hank González, Presidente de Grupo Financiero Banorte, hizo entregó la casa número 100 del Programa “Banorte Adopta una Comunidad” en Santa Cruz Cuautomatitla, Puebla, comunidad afectada por los sismos de septiembre de 2017.
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