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Indicador político
Judith Álamo López
A este paso, de aquí a poco los propietarios del planeta prohibirán el hambre y la sed para que no falte el pan y el agua: Eduardo Galeano
El periodismo independiente, crítico, libre y responsable, es amenazado por los poderosos, quienes exigen a los reporteros ser simples amanuenses que escriban sus dictados, apegarse a su particular esfera de interés, se les intimida para evitar cuestionamientos y que sirvan para ratificar narrativas autoritarias, unilaterales y aplastantes.
Se pretende el sometimiento editorial, no importan ni la veracidad ni las libertades ni la ley. No es historia nueva, pero el temor es que empiece a institucionalizarse negar el acceso a la información presidencial de medios críticos no alineados ni sumisos, lo que viola la Primera Enmienda y es contrario a la promoción de la Transparencia y los Derechos Humanos, opinó Amnistía Internacional.
En Washington lo hace el presidente Donald Trump para vetar a la agencia AP (Associated Press) de su ingreso al Despacho Oval de la Casa Blanca por no usar la denominación Golfo de América para el Golfo de México, como lo estableció en una de las 20 órdenes ejecutivas firmadas el pasado 20 de enero y anunciar el propósito de «restaurar nombres que honran la grandeza de América».
Tras el veto a la AP, la Casa Blanca asegura que «exigirán cuentas» a los periodistas que difundan «mentiras». Trump podría proponer el cambio ante la Junta de Nombres Geográficos (BGN) de Estados Unidos. Sin embargo, ni México ni Cuba –naciones limítrofes del Golfo de México junto con EU— estarían obligados a cambiar la denominación.
a menos que organismos internacionales como la Organización Hidrográfica Internacional (IHO, por sus siglas en inglés) o la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, resolvieran autorizarlo.
En México, el acoso le tocó a la valiente reportera Dalila Escobar, de Proceso, quien fue intimidada por la mismísima presidenta Claudia Sheinbaum, quien la «conminó a investigar» que el general Salvador Cienfuegos fue exonerado por la justicia estadounidense por falta de pruebas, pese a todos los indicios en contra de esa afirmación. Conminar es sinónimo de amenaza o intimidación, según la RAE.
Conforme a las fuentes existentes la afirmación presidencial carece de sustento, ya que Estados Unidos realizó la detención del exsecretario de la Defensa en el sexenio de Peña Nieto, y fue el entonces presidente López Obrador quien solicitó su liberación, lo cual logró en noviembre de 2020, mediante acuerdo diplomático entre las Fiscalías de ambos países.
El entonces canciller Marcelo Ebrard anunció que el gobierno mexicano se comprometió a investigar el caso; sin embargo, hasta ahora, citado por la presidenta, el fiscal Alejandro Gertz Manero, luego de más de cuatro años de que le fue turnada la investigación, informa que las acusaciones en contra eran un catálogo de falsedades. ¿Y las pruebas de sus dichos?
De lo anterior se deduce que la reportera de Proceso Dalila Escobar tenía razón: reapareció el general Cienfuegos en la marcha de la Lealtad como exdirector del Colegio Militar, exonerado por el gobierno mexicano más nunca lo hicieron las autoridades de los Estados Unidos.
Empieza a preocupar el ánimo exaltado de la presidenta cuando se le pide claridad con respecto a la nueva estrategia de seguridad pública que en los hechos es diferente a la política de «abrazos no balazos», se niega a pronunciar lo evidente: Sí, hay una diferencia con su antecesor.
Sin pregunta expresa, advierte: «siempre vamos a defender al presidente Andrés Manuel López Obrador…que a nadie le quepa la menor duda», acusa a opositores de querer distanciarlos, y al decirlo, exhibe su propia debilidad.
Es urgente que la presidenta Sheinbaum asuma su responsabilidad para dar respuesta inmediata a las presiones constantes de un líder como Trump, mesiánico, atrabiliario y prepotente, pero la defensa de la soberanía nacional exige más que palabras.
Ante los plazos impuestos, necesita asesorarse de los mejores profesionales expertos y disponer de cabilderos que hagan lobby en Estados Unidos a fin de preservar los intereses de México en los diferendos bilaterales.
Crece la tensión. El nominado como nuevo director de la DEA, Terry Cole opinó en 2020 que «los cárteles de la droga mexicanos trabajan de la mano con funcionarios corruptos del gobierno mexicano en los altos niveles».
Se multiplica la presencia de naves espías estadounidenses cerca de mares territoriales, sin que el secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo haya sido informado de qué están haciendo. ¿Y la inteligencia militar?
En los hechos, México se ha convertido en tercer país seguro para los migrantes, 10 mil elementos de la Guardia Nacional oficialmente cuidan la zona fronteriza y se atienden las deportaciones masivas de migrantes indocumentados mexicanos y de otras naciones. Según Trump esto es insuficiente y aumenta las amenazas arancelarias para incluir en plazo más breve el acero y el aluminio que se suman a otros productos mexicanos incluidos en el T-MEC.
Trump está utilizando la «distracción estratégica» (asegura Héctor Aguilar Camín en el diario Milenio), para crear un diluvio de incontenibles órdenes ejecutivas, ocurrencias, propuestas ilegales, amenazas económicas y planes expansionistas, entre otras, «mientras el diseño último de la barahúnda se mantiene en secreto».
No es un subterfugio nuevo, numerosos políticos desde mediados del siglo XX han buscado tender una cortina de humo para distraer a la población con bombardeo de información irrelevante para aminorar la atención de la población hacia los temas realmente importantes. Usan a los medios de comunicación controlados para lograrlo.
En México todavía padecemos la resaca que dejó un líder populista, el mesías tropical, experto en el uso de distractores políticos para apartar la atención del público de la información que refleja una mala y dispendiosa administración que logró llevar a la ruina los sistemas de seguridad pública; el de salud, incluidos varios hospitales inoperantes y escasez de medicamentos y el sector educativo, cuya caída en cobertura y calidad es alarmante.
La economía mexicana durante el sexenio del presidente López Obrador registró el crecimiento más bajo en los últimos 30 años: del 0.9 por ciento del PIB; cayó 14 lugares a nivel internacional, pasó del lugar 140 de 180 entre los países menos corruptos. Somos el peor país del G19; entre 2019-2024 hubo una absoluta impunidad en contra de todos los fraudes millonarios, ningún titular fue acusado ni investigado (Transparencia Internacional).
Sin embargo, está por consolidarse en nuestro país un sistema hegemónico, autocrático, sostenido en los poderes Ejecutivo y Legislativo, con la destrucción de Poder Judicial autónomo y la desaparición de organismos constitucionales autónomos.
Guardadas las diferencias de desarrollo entre EU y México, los paralelismos entre Trump y AMLO son innegables. Ambos mantienen un enorme desprecio por la ley y quisieran reducir a los jueces a una pequeñez intrascendente, aunque se vaticina que las instituciones de Justicia en EEUU sí lograrán subsistir.
En México avanza la destrucción del Poder Judicial, el desaseo en la selección de candidatos: 464 magistrados y magistradas de tribunales de circuito; 386 juezas y jueces federales y 5 ministras y 4 ministros de la Suprema Corte, fue escandalosa.