Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Jorge Romero inicia su liderazgo bajo la lupa de Claudia Sheinbaum.
En su conferencia mañanera de ayer, unas conferencias mucho mejor estructuradas y más cortas (algo que celebramos todos los medios, porque lo breve siempre es bueno), la presidenta Claudia Sheinbaum realizó un fidedigno y crítico perfil del nuevo dirigente nacional del partido Acción Nacional.
El diputado federal con licencia, Jorge Romero Herrera, se proclamó como el sucesor del dirigente panista Marko Cortés, luego de las elecciones internas del pasado domingo por los blanquiazules.
De acuerdo con los resultados finales, el panista arrasó con una ventaja del 80 por ciento de votos sobre su competidora Adriana Dávila.
Pero Romero Herrera recibió un bautizo presidencial no solo muy crítico, sino incluso incriminatorio.
Claudia Sheinbaum dijo, repitiendo lo dicho por el expresidente Felipe Calderón en su libro ·Decisiones Difíciles, de Romero Herrera:
“Un amigo suyo y sobrino mío me relató que dejó de trabajar con él, cuando el propio Romero le confesó que asociaciones de ambulantes y otros, le representaban a su grupo ganancias de 7 millones de pesos al mes. Con ellos, además, había infiltrado el padrón del PAN en toda la ciudad.”
La historia del Cártel Inmobiliario está orgánicamente ligada a carreras como las del ex alcalde de Benito Juárez, Christian Von Roehrich e incluso la de Santiago Taboada, candidato de la coalición por la jefatura de gobierno de la CDMX.
Campechanamente, Jorge Romero dijo que ganó una “elección abierta al pueblo”. Afirmó que a él lo eligieron millones de ciudadanos en contraste con los tres mil que designaron presidenta de Morena a Luisa María Alcalde Luján y a Andrés López Beltrán, esclarecido hijo de “ya saben quién”.
En este tiempo la geometría política mexicana ubica a los partidos opositores como PAN, PRI y Movimiento Ciudadano como unos membretes sin militancia real.
Y la realidad es que la aplanadora morenista, de seguir las oposiciones en las condiciones de fantasmal militancia y poca aceptación ciudadana, condiciones que tienen en el inicio del segundo sexenio de la 4T, está lista para que, los todavía muy lejanos comicios presidenciales del 2030, repitan los números ganadores que obtuvieron en su momento tanto AMLO como en el pasado junio Claudia Sheinbaum.
Nadie cree, por el momento cuando menos, en que en el PAN Romero Herrera y en el PRI el pillo de Alejandro Moreno, o quien llegue a suceder a Dante Delgado en MC se convertirán en una verdadera oposición de Morena.
Seguramente ante ese escenario de apocalipsis oposicionista, están surgiendo Asociaciones Políticas que para el 2030 ya sean partidos políticos nacionales si lograran su registro en las intermedias del presente sexenio.
Ya se han visto las reacciones positivas de la ciudadanía a las manifestaciones de los ministros de la Corte que renunciaron y que anuncian la conformación de un movimiento que tenderá a ser partido político.
O el sinnúmero de solidaridades y exhortaciones que ha recibido el senador independiente Manlio Fabio Beltrones, para que encabece una corriente política que sea una verdadera oposición.
Como lo hizo Cuauhtémoc Cárdenas en su tiempo, ahora parece que llega el momento de Beltrones Rivera.
Si no se organizan los políticos con credibilidad ante la ciudadanía y que no militan por ahora en partido alguno, Morena caminará fácil hacia el 2030.
EN TIEMPO REAL.