No alcanza
A los políticos y a los pañales hay que cambiarlos seguido… por las mismas razones: George Bernard Shaw
Liderazgos de la 4T
Judith Álamo López
Preocupan las acusaciones de corrupción que se intercambiaron los coordinadores parlamentarios de Morena en el Senado y la Cámara de Diputados, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, respectivamente, porque en ellos han recaído decisiones trascendentes para el futuro del país, como fue la aprobación de las 16 reformas constitucionales que darán sustento al nuevo rostro del régimen de la llamada Cuarta Transformación (4T).
Ambos personajes coordinaron también la aprobación por las mayorías oficialistas de los Presupuestos de Egresos e Ingresos de la Federación, con infinidad de cambios de último minuto. Sin embargo, las ofensas entre los dirigentes evidenciaron que en el Movimiento de Regeneración Nacional existe una lucha intestina por el poder, y en esa confrontación, el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum quedó en entredicho.
Obvio es pensar que esta colisión no hubiera ocurrido con López Obrador durante su sexenio, con excepción de algunos atisbos de rebeldía de Monreal. Generalmente ambos políticos ahora bajo escrutinio público se mantuvieron genuflexos, como exigía el patriarca.
Desde entonces han cambiado. Se les ve más libres con la mandataria Sheinbaum, aunque a ella como que le ganó la risa al presentar en su Mañanera del Pueblo videos de los líderes parlamentarios zanjando supuestamente sus diferencias.
Y es que las imágenes, si es que se tratara de una comedia, podrían ser hilarantes, sentados a los costados de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, quien con imagen adusta semejaba a una directora de kínder disciplinando a un par de niños –Adán y Ricardo-, quienes finalmente accedieron a darse la mano.
Pero el asunto no es de risa. La presidenta hizo caso omiso de las acusaciones de corrupción que los servidores públicos se hicieron mutuamente, y usando la misma fórmula de su antecesor, trató de desviar la atención acusando a sus opositores de exagerar el pleito.
Es penoso que la más alta funcionaria del país prefiriera tomar a chunga la supuesta malversación de fondos por mil 150 millones de pesos que resultan de la suma de las cifras mencionadas por los dirigentes de la “regeneración” nacional.
Y es que los liderazgos en Morena presentan pocas luces y muchas sombras, ahí están aún varios personajes impulsados por un patriarcado irracional, como son: Gerardo Fernández Noroña, Layda Sansores, Félix Salgado Macedonio, Rubén Rocha Moya y toda una pléyade de impresentables que, escudados en el eslogan de trabajar para y por el pueblo, han cometido todo género de abusos de poder.
Por si fuera poco, el panorama es sombrío para el ejercicio de los derechos a la información de la sociedad y de prensa y expresión para los ciudadanos, comunicadores y periodistas.
Además de que se mantienen los asesinatos de periodistas, como si México fuera nación en guerra, los grandes concesionarios de medios radiofónicos y televisivos prefieren mantener a salvo el negocio. Le rinden pleitesía al gobierno por encima de cumplir con la obligación de informar con veracidad, dando cabida a voces plurales, y han optado por despedir a las voces críticas con pretexto de la renovación.
Ante una perspectiva regresiva, de cancelación de valores y libertades, ni siquiera la Universidad Nacional Autónoma de México quiere abanderar su misión de defender los valores éticos de veracidad, honestidad e integridad. Leonardo Lomelí Vanegas parece querer encabezar un rectorado temeroso frente a hábiles y empoderados transgresores, como la ministra Yazmín Esquivel Mossa.
Hace dos años la ministra Esquivel fue acusada por el periodista Guillermo Sheridan de haber plagiado la tesis con la cual obtuvo la licenciatura. La FES Aragón revisó el caso y concluyó que su tesis es casi idéntica a una que fue presentada antes por otro estudiante para obtener el título profesional.
El caso fue turnado al Comité de Ética de la UNAM para analizar el supuesto plagio, pero la ministra ha buscado por todos los medios jurídicos acallar las voces para que no informen el resultado.
Lo más reciente: logró maniatar a la UNAM a través de una orden del Quinto Tribunal Colegiado Federal en Materia Administrativa que le ordenó dejar sin efecto cualquier acto o procedimiento que vulnere los derechos de la ministra.
“Este Tribunal incurrió en un exceso al imponerle a la UNAM una orden de este tipo”, asegura el doctor Raúl Andrade Osorio, quien denunció que ese Tribunal ya había sido colonizado por el gobierno. Considera que la UNAM podría buscar otros recursos jurídicos para dar a conocer el resultado y no incurrir en desacato.
La conducta de la ministra mantiene un modus operandi, según investigó un reportero del diario El País, Esquivel Mossa es también presunta plagiaria de gran parte de su tesis de doctorado presentada en la Universidad Anáhuac.
Yazmín Esquivel es ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, fue propuesta por el expresidente López Obrador, pero ahora con la reforma del Poder Judicial Federal en marcha, no sólo quiere pase automático para continuar como ministra, sino desea ser presidenta de la SCJN. De risa. ¿En qué manos estamos?
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