
Libros de ayer y hoy
José Mujica, un referente de político de izquierda democrático
Judith Álamo López
«Pobres no son los que tienen poco. Son los que quieren mucho. Yo no vivo con pobreza, vivo con austeridad, con renunciamiento. Preciso poco para vivir»: Pepe Mujica (1935-2025)
El 13 de mayo de 2025 el mundo perdió a uno de los escasos líderes políticos de izquierda cuyos valores fueron la congruencia, la honestidad y la sencillez, José Mújica descanse en paz, luego de haber vivido una larga y fructífera vida de hombre idealista regido por principios éticos.
Su filosofía anti-ambages, a favor de la austeridad y el respeto a los derechos humanos, lo hicieron una celebridad respetada por aliados y adversarios. Se diferenció de la izquierda latinoamericana por ser un referente progresista a favor de la democracia.
El célebre político de izquierda, conocido como Pepe Mújica, murió una semana antes de cumplir 90 años. De origen humilde, hijo de campesinos, abrazó desde joven las causas sociales.
Bajo los seudónimos de Facundo, Emiliano y Ulpiano fue guerrillero tupamaro (Movimiento de Liberación Popular), y por esa militancia armada clandestina estuvo 13 años preso en condiciones infrahumanas (1972-1985). Fue víctima de torturas como rehén de la dictadura, y de ello existen testimonios desgarradores.
Una vez liberado renunció a la vía armada y se integró al sistema democrático, fundó el Movimiento de Participación Popular (MPP), por el Frente Amplio fue diputado, senador y posteriormente ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (2005). Durante la pandemia, en 2020, enfermó de un padecimiento autoinmune, renunció a un segundo periodo como senador, «es tiempo de irse», dijo.
Entre 2010-2015 fue presidente de Uruguay. Entre su legado político están decisiones pragmáticas de avanzada, como la legalización de venta y consumo de marihuana en territorio uruguayo regulada por el Estado; la despenalización del aborto; el matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo y una constante reivindicación del sistema educativo uruguayo y la creación de la Universidad Tecnológica.
Su vida y talante filosófico lo convirtieron en un icono de luchador político y social e inspirador de varias obras biográficas En una de tantas entrevistas periodísticas, afirmó a la agencia EFE: «La vida ha sido generosa conmigo, me pegó cada mamporro, qué Dios me libre. Siete años sin libros y en una pieza como esta o más chica. Y salí vivo y llegué a presidente. ¿Qué más puedo esperar? Gracias a la vida… Un consejo a los jóvenes es que no se achiquen.»
José Mujica cuestionaba los gobiernos autocráticos. En entrevista al diario El país, en noviembre de 2024, respecto de Cuba, sostuvo que ese país “hace más de 60 años definió” vivir bajo una ´’dictadura del proletariado’ y con un partido único. No sirve, pero la definieron”.
Centró sus críticas acres en contra de Nicaragua y Venezuela: «son indefendibles como están hoy, juegan a la democracia y no tienen el coraje de decir: ‘Estamos por la dictadura del proletariado’… Al fin y al cabo, eso es lo que decidieron los cubanos. Será una cagada, pero es una decisión política que tomaron hace un montón de años».
Pepe Mujica fue muy reconocido por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien en varias ocasiones expresó su profunda admiración por considerarlo «un ejemplo de austeridad, integridad y compromiso social “. Mujica, por su parte, se refirió a López Obrador como un “veterano astuto que se comunica bien con su gente”, pero advirtió que, si el pueblo no acompaña, entonces no hay logro definitivo. (El Financiero.com. Mundo)
Luego de darse a conocer el fallecimiento del expresidente uruguayo por cáncer de esófago, la presidente Claudia Sheinbaum escribió en sus redes: “Lamentamos profundamente la muerte de nuestro querido Pepe Mujica” de quien destacó su sabiduría, pensamiento y sencillez. Lástima que para Mújica el líder moral de Morena tuviera como máximo atributo la «astucia» (Agudo, hábil para engañar o evitar el engaño o para lograr artificiosamente cualquier fin: RAE)
Aunque varios analistas y opinadores quisieron comparar e igualar los liderazgos de José Mújica y López Obrador, lo cierto es que existen abismales diferencias entre un idealista de la izquierda democrático y un hombre que utilizó con engaños la apertura democrática para llegar al poder y una vez en él se aposentó como líder de un movimiento impulsor de una regresión autoritaria y dinamitó las instituciones democráticas.
La sucesora de AMLO, pese a presumir formación científica, ha seguido sus órdenes retardatarias y ha encaminado a México, un país sin ley ni seguridad pública, a elecciones judiciales que habrán de fortalecer a la narcopolítica como forma de gobierno al entregar el control del Poder Judicial a Morena y sus aliados oscuros, como el crimen organizado y el consorcio mediático dedicado a manipular la verdad #Televisaleaks –por mencionar algunos de los socios principales de la 4T–.
No es un despropósito juntar a la delincuencia organizada con el mayor concesionario privado de radio y televisión, ya que gracias a la investigación de Aristegui Noticias han salido a la luz pruebas de cómo el gobierno de AMLO y su ambición de permanencia transexenal lo llevó a pactar hasta con el diablo para desaparecer «los obstáculos» de la justicia a sus planes e imponer a sus incondicionales, como el ministro Arturo Zaldívar, gracias a la fábrica de mentiras operada en «El Palomar» por un vicepresidente de Televisa, Javier Tejado Dondé.
Y para rematar, lo que vendrá del norte. Los mexicanos, en el mejor de los casos, seremos simples observadores de cómo continuará la trama operada por el Departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos para desarticular la narcopolítica en México, debido a que, por amenazar su soberanía y seguridad nacionales, combatirá a los carteles como terroristas –anunció hace tres meses– y ya comenzó con las primeras declaratorias.
En ese sentido parece inscribirse haber retirado la visa de Estados Unidos a la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila y a su esposo Carlos Torres, aunque no se ha dado explicación oficial de las causas, pero se presume son parte de las acciones para intervenir a mandatarios de estados fronterizos sospechosos de colusión.
Recordemos que el gobierno de Sheinbaum rechazó el ofrecimiento de Donad Trump de intervenir con tropas estadounidenses territorio mexicano para acabar con los grupos terroristas, según el mandatario estadounidense «por miedo a los cárteles». Aunque Sheinbaum argumentó que lo hizo porque «la soberanía nacional no está en negociación». ¿Cuál soberanía? ¿A quién protegen las fuerzas gubernamentales mexicanas?
¿Acaso la autoridad tiene capacidad para proteger los derechos y la vida de sus gobernados quienes cotidianamente son asesinados o desaparecidos por grupos delincuenciales? ¿Puede cuidar a candidatos a elecciones municipales y estatales amenazados y acribillados públicamente por sicarios? ¿Puede detener la violencia que amenaza a quienes transitan las carreteras? ¿De verdad puede revertir la ingobernabilidad? ¿Y si tiene la capacidad soberana como pregona nuestro gobierno, entonces por qué no detiene esta espiral de violencia sin fin?
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