En ContextoBanxico y su comunicación electoreraLuis Acevedo PesqueraDesde que hace 27 años el Banco de México (Banxico) fue transformado en unorganismo autónomo, sus informes públicos mantuvieron un carácter técnico que legarantizaría la neutralidad suficiente para marcar distancia con las decisiones políticas delgobierno federal y su Junta de Gobierno hizo lo posible para evitar que sus análisis fueranconsiderados como pronósticos. En el marco de las elecciones “de medio término” y bajo la presión del gobierno federal lacomunicación social del Banco se relajó radicalmente para caer en el mercado de laspredicciones y, con ello, colocar a su autonomía en el ámbito político y, por el momento,abiertamente electoreroSi bien Banxico comparte entre el público toda la información económica y financiera queutiliza para desarrollar la política monetaria a fin de procurar la estabilidad del poderadquisitivo de la moneda nacional sobre la base de un tipo de cambio flexible y objetivosanuales de inflación, recordemos que la Constitución le instruyó para evitar que resaltaranlos intereses políticos de coyuntura sobre los nacionales de largo plazo, porque con esose construye la certidumbre.Con vista en ese objetivo, desde 1993 y públicamente en 1994, la comunicación social delBanxico fue de carácter técnico y, de dentro de lo que cabe, neutral. Las estadísticas económicas y financieras que utiliza en su análisis y en la formulación desus políticas nunca se plantearon como pronósticos, aunque por su confiabilidad y calidades materia extraordinariamente rica para esos fines. Siempre se buscó que el públicocontara con el mismo material, “a fin de hablar el mismo lenguaje” para permitir que elpúblico evalúe la ejecución de las políticas del banco central.Prácticamente, a partir de 2019 la comunicación social del Banxico dejó de aclarar que lainformación que comparte no es un simple pronóstico sino datos para la toma dedecisiones de la política monetaria. Esa omisión favoreció, desde entonces, que se perdiera la neutralidad de sus datos con loque en los medios de comunicación masiva y la administración pública, desde laPresidencia de la república, utilicen a conveniencia la información para imprimir unaimagen de confianza a partir de comparaciones simplistas y coyunturales de cualquieranalista económico.Cuando México suscribe el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) yotros acuerdos económicos con países más desarrollados y se asocia a la Organizaciónpara la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se aceptó – y anualmente elCongreso lo ha ratificado- para que el Banxico defina de manera autónoma el marcomonetario y que sean la Secretaría de Hacienda y la de Economía, dependientes delgobierno, las que jueguen con las expectativas del crecimiento y desarrollo.
De esta manera, el gobierno ya no puede solicitar la libre emisión de moneda pararesolver problemas circunstanciales sin generar problemas cambiarios y de inflación, elefecto social sería inconmensurable.Pero el descuido de la comunicación social y la intromisión verbal del presidente LópezObrador sobre el desempeño del Banxico, que ha optado por el silencio omiso, fracturó lafortaleza de la política monetaria de la que depende el poder de compra de losmexicanos.El jefe del Ejecutivo anticipó que al término del mandato del gobernador del Banxico, elresponsable de la orientación del banco central mexicano dejará de ser técnica parapromover una “economía moral”, lo que significa que las decisiones monetarias serán decarácter político, ordenadas desde Palacio Nacional.Salvo la tímida descalificación de algunos subgobernadores, la institución guardó silencio-incluido el gobernador- ante la imprudente intromisión presidencial y, no solamente eso,aprovechó para reciente el Informe Trimestral del Banxico como propaganda electoral ydecir que el crecimiento pospandémico de la economía mexicana será más elevada encomparación con organismos de menor calidad a la del banco.Pero también, lo usó para descalificar a la influyente publicación especializada TheEconomist que criticó a la gestión de López Obrador. No se consideró que mientras lapublicación británica influye sobre el ánimo de más de 1.5 millones de tomadores dedecisiones en el mundo, en este caso la influencia del Banco de México es local y, por lascircunstancias, electorera. En comunicación, las omisiones siempre son negativas y afectan a la credibilidad.@lusacevedop