Teléfono rojo
Inglaterra castiga el odio. México debe hacerlo
El nuevo gobierno de Inglaterra encabezado por el primer ministro Keir Starmer, da un ejemplo al mundo al castigar el odio con cárcel. Este lleva al delito. En México, se prohíbe también la incitación al delito. El odio es una expresión de los blancos en aquel país, que está causando a los desamparados no solo agresión diaria, sino que pone en peligro su propia vida. El odio como sentimiento, encubre muchas sensaciones que son al final las que realmente dominan. En un solo diccionario la palabra odio aparece con 19 términos, entre ellas la saña, la repugnancia, la animadversión y el vilipendio. Pero cada una da su propio agregado y solo el vilipendio agrega veintiuna que recalcan el desprecio a los demás, entre ellos denigración y humillación. Pero hay otros términos que se recalcan en torno al odio, el interés, la prepotencia, la supremacía, el racismo y la expulsión. Todo eso se está aplicando en el movimiento de odio que realiza la ultraderecha en Inglaterra, para sacar de sus entornos a los migrantes. Incluso para tratar de generalizar ese desprecio, los acusan de hechos terribles como asesinatos de menores y otras agresiones que ellos no cometieron. Eso ha llevado a Starmer a aplicar la ley.
EL ODIO EXPRESADO EN MÉXICO EN LAS ELECCIONES, SIGUE PRESENTE
El odio se intentó ramificar en México durante las elecciones, pero pese a la insistencia, los muchos epítetos denigrantes que se usaron desde la oposición, no pudieron calar en el pueblo. La evidencia quizá se manifiesta en un hecho cotidiano que el pueblo sufrió por muchas décadas y cuyos efectos lo habían agredido y acostumbrado: el menosprecio por su color, su pobreza y a veces su ignorancia por el abandono. Con el racismo se alza frente al agredido, el color de la piel, el desahogo económico y la educación, aunque ésta solo sea para recalcar el odio. La aprobación el pasado 9 de agosto del reconocimiento de los pueblos indígenas y afromexicanos como sujetos de derecho publico de parte de la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, tiene como fin una protección especial a esos contextos. Aunque, como lo señalamos en otra crónica, debería de extenderse ese reconocimiento a otras comunidades.
LA EX CANDIDATA OPOSITORA DECLARADA POR CALUMNIA QUE REFLEJA EL ODIO
El odio que se desparramaba en el pasado proceso electoral y se sigue mostrando de muchas maneras, fue sancionado en parte por el Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación, con multas elementales que no llegan al fondo del problema. Se declaró a la ex candidata de la oposición como calumniadora por los agravios lanzados a la ganadora presidenta Claudia Sheinbaum. Se circunscribió además a los debates, cuando los insultos y menosprecios se lanzaban a diario. Las agresiones de ese tipo, además, se pueden trasminar a otras personas, al recoger la frase popular, calumnia que algo queda. La excitación al odio, como se ve en Inglaterra, lleva al delito. Y en México los códigos penales prohíben la incitación al delito. De hecho la calumnia aunque se elimine como delito contra el honor, es una excitativa vigente al delito. Calificar de delincuente, narco, asesino, a alguien, es crear un tipo de excitación al delito porque incita a los demás a agredir. La ultraderecha inglesa es lo que está haciendo, incitar a la gente a agredir a los migrantes. Y es lo que hacía y todavía hace la opositora al agredir a Claudia. Por lo que la señora calumniadora más que multas precarias, lo que merece es estar en prisión.