El fin del INE o la reforma que se asoma
ONU. Ineficacia de nuestros empleados internacionales
Si desde que se fundó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) allá por 1945-46, ha habido 140 guerras y se mencionan 13 millones de muertes en cifras que pueden ser muchas más, ¿Cual es la eficacia de esa organización? La ONU les ha fallado a todos sus 193 miembros en mantener la paz en el mundo. Como empleada nuestra, la Secretaría General y sus 37 mil empleados y 193 oficinas en el orbe de los que presume, nos han fallado. Absurdo fue que con una Sociedad o Liga de las Naciones antecedente de la ONU, murieran más de 40 millones de personas, cifra convencional aunque hay quienes hablan de entre 50 y 60 millones y algunos estiran la cifra en cien millones y siguiera existiendo hasta el armisticio en mayo de 1945. La crítica de AMLO a la ineficacia de la ONU, puede ser no solo por su incapacidad, sino por la fuerza de las grandes potencias que están maniobrando en su interés bélico de vender armas. Desde esta columna hemos insistido en varias ocasiones en esa inoperancia internacional y más ahora cuando se capta una cercanía de la Secretaría General de la ONU con Estados Unidos. El que debería de ser árbitro en caso de guerras como la de Rusia- Ucrania que tiene antecedentes graves de agresión ucraniana que propició el ataque ruso, ha llegado a expresar su postura adversa en entrevista de hace algunas semanas con el presidente Putin.
GASTAZO DE ONU EN LUCHA POR LA PAZ, QUE SE PIERDE EN EL CAMINO
El presupuesto de la ONU de julio de 2021 a junio 2022 para mantener la paz, se elevó en ese lapso a 6, 38 millones de dólares según datos A/C 5/75/ 25, proporcionados por el organismo aparte de lo que se gasta del presupuesto general, en apoyos del mismo tipo. Dentro de las cuotas que se fijan a los estados miembros, basados en buena parte en su PIB, hay aparte contribuciones especiales para la paz de determinados países y llama la atención que el país que mas problemas causa en contra de la paz, Estados Unidos, sea el que más contribuye a esa presunta intención de mantener la paz, con 27. 89 por ciento de la cantidad total que se recibe. Le sigue China con el 15.21 por ciento, Japón con el 8.56 y seguidos por Alemania, Reino Unido y Francia de seis por ciento para abajo, entre otros. El organismo tiene destinadas 10 comisiones para luchar por la paz, que con algunos escarceos positivos han solucionado casos en diferentes países, pero los grandes conflictos, lo que vemos ahora con la guerra Rusia – Ucrania, no se resuelven. Se capta boyante con la exacerbación de Estados Unidos a sus aliados europeos para que envíen armas, sin que la ONU con un secretario general Antonio Guterres, que pertenece a la UE, una de las contendientes en contra de Rusia, logre resultados. Así se ha visto en las guerras pasadas como la cruenta de Irak, la actual que se mantiene viva en Siria, esa del Golfo que fue crucial, las viejas historias de Afganistán recién desalojada, y la remota en décadas atrás, Vietnam. Hay quienes atribuyen a Estados Unidos unicamente, alrededor de 20 millones de muertes, entre ellos muchos soldados estadounidenses.
ANTE INOPERANCIA DE LA ONU, AMLO PROPONE COMITÉ PARA LA PAZ
La guerra Rusia -Ucrania sigue adelante y el organismo internacional que aglutina a 193 países, no da resultados. Con gravedad, el presidente de México destacó el hecho de que en esa exacerbación pueda haber la sospecha aunque suene “perverso e increíble” que la guerra esté siendo azuzada por intereses “de la industria bélica”. Un gran negociazo, pues, estimulado por las grandes potencias. Ante esa situación propuso que se integre un comité que aborde el diálogo y la paz, y en el comité propone que esté el mismo Guterres, con el Papa Francisco y el primer ministro de India Narendra Modi. Esta propuesta la hará México ante la comunidad internacional y si acaso puede haber obstáculos y oposición, “Suceda lo que lo que suceda, nunca será en vano luchar por la justicia y por la paz”. Propuestas de este tipo se han hecho, sobre todo en la Guerra del Golfo invocando la Declaración Conjunta de Helsinki de 1997 y la propia Carta de las Naciones Unidas y su artículo 26 (Editorial Unesco), para regular el armamentismo, pero según se desprende de esos antecedentes, fue que las propuestas se estrellaban en la asamblea de la ONU porque los que votaban en contra eran casi los cinco miembros permanentes, dueños de la energía nuclear, uno de los cuales Estados Unidos, votaba, salvo una ocasión, siempre en contra. Sacar el problema de la ONU y lanzarlo a lo libre a la comunidad internacional y los pueblos, puede ser una nueva experiencia.