
Los retos de México ante la renegociación del T-MEC
OMS. Daños, fumar no es un placer
Teresa Gil
Quien esto escribe, jamás ha fumado un cigarrillo. Vana presunción cuando a lo largo de la vida, todos nos hemos nutrido del humo de los fumadores. Y no solo del cigarro común, sino de ese humito más intenso que pasa a nuestro lado cuando en una reunión con cuates, el cigarrillo verdoso circula de mano en mano. Cuando se advierte para dejar de fumar, el no fumador como desvalido puede ser el primer favorecido. El humo de segunda mano, según las autoridades de salud, perjudica la del que no fuma. Pero, ¿Es fácil desterrar un vicio tan acendrado que se convierte para muchos en una forma de vivir? En datos pasados, la disminución en el fumar que se reflejaba en México de 2008 a 2023, bajó de 36 por ciento a 17. 4 por ciento. En este momento según la información oficial, los mexicanos que fuman son 14. 9 millones, 17.6 por ciento, con políticas de atención al problema, que están surtiendo efecto.
MIL TRECIENTOS MILLONES DE PERSONAS, SON FUMADORES EN EL MUNDO
Imagínense en la situación de los no fumadores, que deben de tener al menos un fumador en su hogar de los 8 mil 200 millones que existen. Junto al fumador están las víctimas en el hogar, que reciben el humo diariamente. Tanto el fumador como los que reciben ese humo están expuestos a graves enfermedades, cardiovasculares, respiratorias, diabetes, cáncer y otras derivaciones. Desde 1987 la Organización Mundial de la Salud (OMS) tomó el asunto en sus manos y en forma permanente está alertando sobre ese vicio tan difícil de erradicar. Se fijó desde aquella fecha, una especial el 31 de mayo, para advertir sobre el peligro del tabaco y crear condiciones en los países para erradicarlo, instalaciones de apoyo a fumadores, políticas oficiales sobre el consumo, su disminución, reducción o suspensión de publicidad y todos los recursos que se pueden usar para evitar que el tabaco esté a la mano.
¿QUÉ TANTO INCITÓ A FUMAR EL TANGO ESPAÑOL-ARGENTINO, FUMANDO ESPERO?
Se presume que La Cumparsita es el tango más famoso de Argentina, pero el más cantando es sin duda Fumando espero. Los sudamericanos siempre se refieren a ese tango como suyo pero fue creado por el español Juan Viladomat en 1922, compositor barcelonés de gran trayectoria musical. Y fue hasta después cuando llegó a Argentina que el compositor Felix Garzo compuso la famosa letra que conocemos en su originalidad. Letra que por cierto fue obligada a cambiar en 1957 en España, a Sara Montiel, cuando cantaba la canción en su película El último cuplé.
Fumando espero
al hombre que yo quiero,
tras los cristales
de alegres ventanales
y mientras fumo,
mi vida no consumo
porque flotando el humo,
me siento adormecer.
EL TANGO FUMANDO ESPERO LLEVABA UNA INVITACIÓN MÁS COMPROMETIDA
El dictador Franco, quizá en la única cosa buena que hizo en su vida, y no por él mismo sino por advertencia externa, fue ordenar a los del filme de Sara, a cambiar un párrafo del tango. Este se vaciaba en la letra original de Garzo en la que abiertamente sugería cocaína o fumar mariguana. La explicación que se ha dado es que en la época en la que se escribió el tango era normal utilizar esos ingredientes y no había ley que lo prohibiera. El tango pasó por muchas épocas y voces, incluida la de Carlos Gardel y de cambios musicales que el músico del momento atribuía como suyos. Pero pese al gran momento del tango, la canción cedió no por el tiempo, sino por el efecto que puede tener en las personas una invitación tan acentuada.
Tendida en el chaisse longue
soñar y amar,
ver a mi amante
solícito y galante,
sentir sus labios
besar con besos sabios
y el devaneo
sentir con más deseos,
cuando sus ojos veo,
sedientos de pasión.