
Teléfono rojo
Guerra de los pasteles, la Corte Penal y la veleidad francesa
Teresa Gil
La guerra de los pasteles es un episodio que a veces provoca risa, pero si se vincula con lo que acaba de hacer Francia al traicionar al Estatuto de Roma signado por la propia ONU, la risa sobre aquel episodio en México en 1838 y 1839, se desmorona. Claro que aconsejado por juristas internacionales, el país galo sabe que hay dispositivos jurídicos excusatorios que le permiten dejar pasar a Netanyahu por su territorio. Pero aún con excusa el hecho se vincula a la traición a un estatuto como el de Roma, en el que se creó la Corte Penal Internacional y le dio garantías jurídicas para ejercer jurisdicción sobre individuos acusados de genocidio, crímenes de lesa humanidad, de guerra y crímenes de agresión. Una simple excusa francesa expuso a nivel mundial el apoyo a un criminal contra una Corte que está aprobada por 124 países, Francia entre ellos. Esta lo firmó el de 18 de julio de 1998 y lo ratificó el 9 de junio del 2000. México es uno de los países firmantes, el 7 de octubre del 2000 con la ratificación el 21 de junio de 2005.
LA GUERRA DE LOS PASTELES ERA UNA FARAMALLA, PERO ATRÁS HABÍA MÁS
La famosa guerra de los pasteles que se escenificó en los años 1838 y 1839 se basaba según los invasores franceses en su primera incursión en el país, en la denuncia de un pastelero de una deuda mexicana que se negaban a pagar. Pero históricamente se ha dicho que fue el pretexto que tenían para invadir a nuestro país. Ya se había creado la Alianza Tripartita entre Francia, España e Inglaterra para invadir México. Alianza que los últimos países rompieron el 9 de abril de 1939, pero Francia siguió adelante. México tuvo que pagar injustamente. Pero antes, el 16 de abril de ese año, Francia bloqueó duramente el puerto de Veracruz. La segunda invasión fue más adelante, en cuyas fechas se dio nuestro triunfo del 5 de mayo de 1862. La presencia de Francia difiere de otros invasores (ejemplo el español.) porque no dejó la marca de su idioma en la población, aunque quizá ciertos gustos puntillosos que todavía repuntan por ahí. Pero el interés por México seguía. En 1863 Napoleón III envió a Maximiliano de Habsburgo a gobernar México, personaje que impuso su imperio hasta 1867. Y todavía después de su fusilamiento el 19 de junio de ese año, el ejército francés que se quedó en México y fue saliendo en etapas, la última la hizo en el mismo 1867.
SIN NINGÚN RECATO NI RESPETO, VENDE NUESTROS TESOROS ARQUEOLÓGICOS
Nuestra relación con el país francés como se ve, ha tenido muchas diferencias. Pero su cultura nos gusta y la respetamos. Su política es poco delicada con nuestro país porque se presta en esta época moderna a que se realicen subastas con nuestros valiosos tesoros antropológicos, insustituibles, y que comercien nuestro pasado dilapidadores de ese pasado, miserables del dinero, a los que no les importan las historias de los pueblos. Lo grave es que el gobierno francés lo permite, pese a que se ha insistido reiteradamente para que esas subastas no se acepten. Tal como ahora Francia argumenta y se deslinda para violar el Estatuto de Roma, como si no tuviera soberanía dice que el gobierno no puede hacer nada para evitar esas agresivas ventas. Hay que aplicarle otro 5 de mayo.