En la Selva Lacandona tengo amigos extraordinarios.
Uno de ellos es Manuel Castellanos, un Lacandón albino que mantiene el policultivo como práctica agrícola.
Entremezcla la milpa con las calabazas, frijol, chile, papaya, y yuca.
Al viejo Manuel Castellanos le llamé ‘El guardián de la selva’.
Sus descendientes también están educados en esa tradición.
Es como oxigenan la tierra.
Y luego de cuatro años rotan el lugar de cultivo y dejan que la selva se recupere.
Es una práctica agrícola que heredaron de sus ancestros mayas.
También es mi migo Mariano Laguna Chan Bor Chanabor.
Y Zacarias y Kayun y Elias Chanabor Yuk y Hugo Chan Bor, comisariado de Bienes Comunales en Lacanjá Chanzayab, uno de los tres asentamientos de lacandones en la Lacandona.
Los otros dos son Nahá y Metzabok.
Todos mis amigos lacandones han incursionado en el ecoturismo.
Son propietarios de albergues en la selva, a pocos kilómetros del sitio arqueológico de Bonampak.
Solo a Lacanjá Chanzayab se accede por carretera asfaltada; para llegar Nahá y Netzabok hay que desplazarse durante horas por caminos de tierra que se adentran en la parte norte de la selva.
La actividad turística llegó a esta zona de forma sistemática a partir de enero de 1994, cuando se construyeron carreteras sobre los antiguos caminos de tierra para facilitar la penetración del ejército en la guerra que le declaró el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
En Lacanjá Chanzayab existen 14 campamentos ecoturísticos, más de 15 restaurantes y otro tanto igual de sociendades cooperativas de transportación turística.
La selva Lacandona es la mayor extensión de reserva natural en Chiapas, una selva tropical que alberga numerosas especies de flora y fauna; posee un 32% de aves de todas las especies existentes en México, muchas de ellas endémicas y otras en peligro de extinción.
Es el hábitat del tucán, el águila arpía, la guacamaya verde y la roja, el zopilote rey, el colibrí, el ocofaisán y el búho.
En esta selva se halla el 24% de los mamíferos del país, como el jaguar, el puma, el ocelote, el tigrillo; y atesora además un 44% de todas las especies de mariposas que hay en el país.
Pero la selva también nos muestra un deterioro profundo, la extracción maderera clandestina que no para; la continua ganaderización, y los asentamientos humanos que se multiplican y que en conjunto son una presión enorme sobre la la porción de selva que queda sin perturbar.
Mis amigos lacandones cuidan la selva, de ella viven, pero aún tienen algunas carencias para hacer despegar sus centros ecoturísticos.
Por ejemplo, solo dos de los 14 campamentos cuentan con conexión por telefono fijo e internet vía y con servicio de tv cable y aire acondicionado.

Los niños y jóvenes lacandones carecen de becas para estudiantes.
Algunos viajan a San Cristobal y otros van a la Universidad Tecnologica de la Selva, que está a pocos kilometros de Lacanjá Chanzayab.
Usan mucha lámina en sus viviendas (aunque los centros ecoturísticos conservan contrucción tradicional de madera con techo de palma de guano). La bicicleta es el medio de transporte por excelencia entre los lacandones.
Los lacandones amigos mios (ya todos padres de familia) han asistido a diversos cursos de ecoturismo que les imparten personal de la Comisión Nacional de Areas Naturales Protegidas (Conap); otros han establecido pequeñas lagunas para la cría de tilapia con ayuda de biologos de Ecosur… y casi todos ven con buenos ojos el establecimiento de UMAS para la cría de venado cola blanca, ciervo rojo, y jabalí, que constituyan a la vez espacios de esparcimiento para los turistas amantes de la naturaleza.
La ruta turística por la Selva Lacandona oferta los sitios arqueológicos de Bonampak y Xaxchilan y más recientemente Sac Tzi (Perro Blanco) en el ejido San Javier.
Pero la selva Lacandona aún guarda muchos vestigios prehispánicos sin explorar, restablecer e incorporar a la ruta turística.
En el trayecto existen balnearios de extraordinaria belleza, lagos y cascadas, como las de la comunidad Roberto Barrios.
Pero los constantes bloqueos carreteros les ha pegado muy fuerte, al igual que a los hoteleros, restauranteros, agencias de viajes, y transportadores turísticos de Palenque y San Cristóbal de Las Casas.
Los tours a la Lacandona se venden desde Palenque y San Cristóbal de Las Casas, pero bien podría venderse desde Comitán de Dominguez vía carretera Fronteriza del Sur, pasando por los Lagos de Montebello, y evadir así la ruta Ocosingo-Palenque, donde recurrentemente se bloquean carreteras y se asaltan transporte con turistas.
Mis amigos Mariano Laguna Chan Bor Chanabor. Y Zacarias y Kayun y Elias Chanabor Yuk y Hugo Chan Bor, comisariado de Bienes Comunales en Lacanjá Chanzayab, confían que el nuevo Gobierno los tome en cuenta y los apoye.
Ellos quieren mejorar sus centros ecoturistico, hacerlos más confortables, y equiparlos, para brindar un mejor servicio al turismo.
También quieren ser ellos mismos quienes promuevan sus sitios y por qué no, contar con el servicio de transportación desde San Cristóbal de Las Casas, Ocosingo, Palenque y Comitán de Domínguez.
Los lacandones saben que el potencial turístico de la selva es inmenso, y quieren ser parte de su desarrollo, pero eso sí, se aferran a un desarrollo que no perturbe la selva ni la contamine ni la destruya.
Al margen: la poca afluencia ciudadana a los fotos de consulta en San Cristóbal de Las Casas no se puede acreditar a la presunta apatía de los Coletos, sino más bien a la falta de legitimidad de quienes se sacaron la lotería y ganaron la alcaldía: Jerónima Toledo Villalobos, oriunda de Ixtepec, Oaxaca, postulada por el MORENA.
Será muy difícil para el Ayuntamiento electo mantener la gobernabilidad en este municipio, que en sí mismo es un municipio difícil de gobernar por sus propias características de pueblo multirracial, pluricultural y cosmopolita.
Largos serán los días y las noches para lograr los consensos necesarios para ejercer la encomienda sin tantos sobresaltos.
El primer reto que enfrentará el nuevo Ayuntamiento será, como siempre, con los habitantes de El Aguaje, donde se depositan diariamente 280 toneladas de residuos sólidos.