Abanico
Morelia, Mich., 4 de noviembre.- En otros artículos hemos comentado del gran negocio que resulta la actividad política, obviamente que quienes se despachan con la cuchara molera son políticos e hijos de políticos, dirigentes, legisladores, funcionarios y empresarios que arriban al poder. Lo demás es menudencia y sólo les quedan cargos de segundo y tercer nivel.
Es cierto que para la mayoría de los político los buenos cargos son temporales y únicos, para otros representa el modus vivendi de por vida, no importa que desde los primeros cargos se hayan enriquecido, pro siguen brincando del Senado a la Cámara de Diputados.
Nos asustamos con poco, como la buena vida del panista Ricardo Anaya en Estados Unidos, quien sin duda es un gringo más nacido en México. Hablan del señor de las ligas y de los dos departamentos de López Obrador.
Las grandes fortunas no están entre esta clase política, sino hay que buscar a quiénes han estado en Pemex ocupando cargos importantes, en la CFE, pero sobre todo funcionarios de primer nivel de gobiernos federales y estatales. A nivel rumor se habla de corrupción desde la época de Echeverría, Portillo, Salinas, pasando por los panistas Fox y Felipe Calderón. No hay forma de probar, pero lo cierto es que billones de pesos han desaparecido del patrimonio nacional.
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