
Indicador político
¡EN MORENA ANULAN LA
LIBERTAD DE EXPRESION!
RICARDO ALEMÁN
En México la libertad de expresión ha muerto.
Y con la muerte de una de las libertades fundamentales en democracia –como la libertad de expresión–, también asistimos al fin de la vida democrática, de las elecciones libres, de la división de poderes y…
Y es que, en efecto, los gobiernos del partido Morena –en los órdenes federal, estatal y municipal–, se han encargado de minar las bases democráticas en México, al extremo de que hoy son muchos los periodistas y opinadores que, asombrados, repiten lo que aquí pronosticamos hace casi una década; que una vez con Morena en el poder, llegaría la dictadura.
Y los mejores ejemplos del autoritarismo despótico y de la dictatorial concentración del poder, los estamos viendo hoy en los gobiernos “bananeros” de Puebla y Campeche, cuyos mandatarios estatales –los dos de Morena y los dos ex priistas–, han emprendido una verdadera cacería de periodistas críticos, a los que persiguen y amenazan con prisión y, en el extremo, con despojarlos de su patrimonio, si no es que se olvidan de la crítica.
Y el primer caso, el del “dictadorzuelo” poblano, Alejandro Armenta, es el más escandaloso ya que gracias a la concentración total del poder, el “troglodita” estatal se aventó la puntada de ordenar la aprobación de una ley de censura que sanciona, con 3 años de cárcel, a todo aquel ciudadano que se atreva a “insultar” a la autoridad en redes sociales.
Es decir, que gracias a gobiernos de Morena –como el de Puebla–, en México ya se viven tiranías al mejor estilo de las impuestas por Hitler, Mussolini y Stalin, por citar a las peores dictaduras criminales de la historia.
Y, el segundo caso dictatorial, es el de Campeche, en donde la gobernadora, Layda Sansores, ordenó acción penal contra el periodista Jorge González, ex director del diario digital Tribuna, quien se había retirado del periodismo desde 2016. Hoy fue acusado del supuesto delito de “incitación al odio”, lo que le valió una sanción judicial que le prohíbe ejercer el periodismo, además de que le impone una multa de millones de pesos.
Pero la barbarie arriba citada no es ninguna novedad para los lectores del Itinerario Político. Y es que en la entrega del pasado 13 de febrero del 2025, titulado: “Se los dije, con la “4-T” llegó la censura”, documenté la censura ordenada desde Palacio al diario El Universal.
Resulta que los directivos de El Gran Diario de México decidieron censurar al reconocido diplomático Agustín Gutiérrez Canet, al cancelar su colaboración semanal titulada: “Sin ataduras”.
Así lo dije: “Curiosamente, en El Universal sí existen “ataduras” y es que la más reciente entrega del embajador –que debió publicarse el miércoles 12 de febrero del 2025–, no apareció en su espacio habitual. ¿Por qué El Universal recurre a la grosera censura a uno de sus opinadores más reputados?
“Elemental, porque Agustín Gutiérrez Canet –a la sazón esposo de Martha Bárcena, ex embajadora de México en Washington–, se atrevió a criticar el mal desempeño de Juan Ramón de la Fuente, secretario de Relaciones Exteriores”. (FIN DE LA CITA)
En el fondo, lo que estamos viviendo es al fin de uno de los pilares fundamentales de la democracia mexicana, en su vertiente de libertades básicas, como la libertad de expresión.
Y es que, como seguramente muchos saben, la libertad de expresión es uno de los pilares de toda democracia que se respete. Se trata de una libertad fundamental que se encuentra garantizada en las constituciones de toda democracia real.
Y en nuestro país, por ejemplo, el Artículo 6 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos garantiza la libertad de expresión y el derecho a la información, además de que establece “que la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa”, salvo en casos como ataques a la moral, la vida privada, los derechos de terceros o delitos que alteren el orden público.
En pocas palabras, resulta que tanto la presidenta Sheinbaum, como los gobiernos de Puebla y Campeche, violentan de manera flagrante la Constitución, en materia de libertad de expresión, pero parece que a nadie le importa.
Y es que así, paso a paso, como pateando un bote, la democracia mexicana muere y la dictadura gana terreno.
Sí, aquí se los dije desde mayo de 2018, cuando fui el primer periodista mexicano perseguido, difamado y calumniado por órdenes de López Obrador.
Dije que con AMLO morirían la democracia y la libertad de expresión.
Sí, siempre el tiempo.
Al tiempo.