Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Abundan los bobos que suponen que, con la llegada de la Señora Presidenta, México vivirá el milagro de cambio. No entienden que será más de lo mismo, si no es que peor.
¿Lo dudan? Aquí la pruebas.
¿Qué más tiene que pasar –además de la destrucción de los tres poderes y la captura del Poder Judicial–, para que entiendan que el proyecto de López Obrador y Claudia Sheinbaum es matar la democracia mexicana, como la conocimos hasta 2018, y llevarnos a una dictadura como la de Venezuela?
¿Qué más tiene que pasar –además de la muerte del INE, del Tribunal Electoral y de cientos de violaciones constitucionales por parte de AMLO–, para que entiendan que las del 2 de junio del 2024 en México fueron no solo una elección de Estado, idéntica a la de Venezuela, sino un descomunal fraude para imponer a la espuria?
¿Qué más tiene que pasar –además de la quiebra de la economía mexicana, la inflación sin freno, de la mayor deuda de la historia, con siete billones de pesos, la pobreza incontenible y la ruina de las arcas públicas–, para que entiendan que el sexenio por venir será una de las peores pesadillas políticas, económicas y sociales de la historia?
¿Qué más tiene que pasar –además de que Obrador y la espuria Claudia avalan el fraude en Venezuela–, para que entiendan que el sexenio por venir será la consolidación de López en su papel del “Maduro mexicano”?
¿Qué más tiene que pasar –además de la complicidad presidencial con el crimen, de la generalización del cobro de piso, la extorsión y la violencia sin freno–, para que entiendan que más de la mitad del país está en manos de “narco-gobiernos” estatales, municipales, cobijados por un “narco-gobierno” federal?
¿Qué más tiene que pasar –además de la defensa a ultranza del “narco-gobernador” Rubén Rocha Moya, y de su jefe, El Mayo, por parte de AMLO y de Claudia–, para que entiendan que el de Sinaloa, igual que en Tamaulipas, Michoacán, Guerrero, Chiapas, Baja California, Baja California Sur, Quintana Roo y Zacatecas, entre otros, son “narco-gobiernos” del partido Morena?
¿Qué más tiene que pasar –además de casi 200 mil muertes violentas, casi 60 mil desaparecidos y miles de feminicidios–, para que entiendan que el de AMLO pasará a la historia como el sexenio de la muerte y que el de Claudia podría ser peor?
¿Qué más tiene que pasar –además de la impunidad a toda prueba que le ofrecen Obrador y Sheinbaum a un ladrón como Javier Corral–, para que entiendan que justamente para eso quieren la Reforma Judicial, para solapar transas, raterías, desfalcos y robos y para exonerar a los ladrones?
¿Qué más tiene que pasar –además de la complicidad y la impunidad presidencial y de la espuria, a ladrones como Manuel Bartlett, Gabriela Guevara, Ignacio Ovalle, Rocío Nahle, entre muchos otros–, para que entiendan que la 4-T no es más que una pandilla de ladrones que llegó para robar a diestra y siniestra?
¿Qué más tiene que pasar –además de transas y multimillonarios negocios de los hijos de AMLO–, para que entiendan que la “honestidad valiente” no fue más que otro eslogan “engañabobos” de Obrador?
¿Qué más tiene que pasar –además de la persecución contra opositores, medios, periodistas y organizaciones como MCCI–, para que entiendan que AMLO y Claudia no son más que autócratas que no toleran la crítica y menos las pruebas de las raterías de los suyos?
¿Qué más tiene que pasar –además de que el propio Obrador reconoció que, si se duplicaba el costo de la refinería Dos Bocas, sería un fracaso de su gobierno–, para que entiendan que todas las obras faraónicas del gobierno de AMLO han sido un fracaso solapado por Claudia?
¿Qué más tiene que pasar –además de destruir el sistema de salud pública, de casi un millón de muertos por el mal manejo de la pandemia y millones de niños sin medicinas y sin vacunas–, para que entiendan que López Obrador cometió crímenes de lesa humanidad en materia de salud?
¿Qué más tiene que pasar –además de 160 mil mentiras de AMLO–, para que entiendan que el presidente mexicano es un mentiroso contumaz, campeón mundial en mentir y que Claudia no está lejos de esa marca?
¿Qué más tiene que pasar –además de la ruina del Metro de CDMX, de la caída de la línea 12 y de la tragedia del Colegio Rébsamen–, para que entiendan que Claudia Sheinbaum desfalcó miles de millones de pesos de dinero público, además de que nada le importan los ciudadanos?
¿Qué más tiene que pasar –además la destrucción del sistema educativo y la introducción de groseros programas de propaganda en las escuelas de educación básica–, para que entiendan que tanto a López como a Claudia solo les importa mantener idiotizada a la sociedad?
¿Qué más tiene que pasar –además de las mentirosas “mañaneras” de AMLO–, para que entiendan que la propaganda, por encima de la verdad, es la política de Estado fundamental, para mantener a la sociedad bajo el engaño permanente; propaganda que seguirá con Claudia?
¿Qué más tiene que pasar –además de la grosera censura y el amenazante sometimiento, desde Palacio, a la mayoría de los grandes medios de comunicación–, para que entiendan que en México ha muerto la libertad de expresión y que así seguirá por seis años más?
¿Y qué más tiene que pasar –además de que López Obrador no cumplió ninguna promesa de campaña–, para que entiendan que Sheinbaum tampoco cumplirá sus promesas de campaña y que no sólo será más de lo mismo, sino mucho peor?
¿Qué tiene que pasar…?
¡En efecto, no aprendemos! ¡Luego no se quejen!
Al tiempo.