
Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
¡RICARDO SALINAS, UN
PERSEGUIDO POLÍTICO!
Al gobierno de Claudia Sheinbaum le urge “un trofeo” o, en su caso, un “distractor”.
Trofeo o distractor que sean capaces de aplacar el impacto mediática y política de la “bomba” lanzada contra los gobiernos de Morena, por el presidente norteamericano Donald Trump.
Una bomba que, como saben, exhibió a los gobiernos de López Obrador y Claudia Sheinbaum, como verdaderos “narco-gobiernos”.
Pero los sabuesos de Palacio no tardaron mucho en localizar un apetitoso “trofeo” y/o un “distractor”.
Sí, el trofeo se llama Ricardo Salinas Pliego, el exitoso empresario mexicano que, desde la segunda mitad de la gestión de AMLO, aparece como uno de los más severos críticos de los fallidos gobiernos de Morena y que, por esa razón, hoy se ha convertido en un verdadero perseguido político.
Y es que, por más que lo oculten y lo nieguen, lo cierto es que los gobiernos de Morena se han caracterizado por acciones dictatoriales como la mentira sistemática, el asesinato y la persecución de adversarios políticos y críticos del régimen.
En el primer caso, están a la vista de todos los cientos de miles de mentiras que dijo López Obrador durante seis años; mentiras que siguen sumando, en los primeros ocho meses de la gestión de Claudia Sheinbaum.
Entre los crímenes políticos más señalados y nunca investigados, aparecen la muerte de Martha Érika Alonso, gobernadora de Puebla y de su esposo, el senador Rafael Moreno Valle, quienes perdieron la vida en un accidente aéreo –nunca investigado–, poco después de hacer público que serían los mayores críticos del gobierno de Obrador.
Le sigue la muerte presuntamente accidental de Carlos Urzúa, ex secretario de Hacienda del gobierno de AMLO y quien días antes no solo había renunciado al cargo, sino criticado de manera severa las decisiones económicas de Obrador y denunció que el problema de esa administración era nada menos que Alfonso Romo, hoy señalado como lavador de dinero negro.
Y tampoco se olvida el atentado contra el periodista Ciro Gómez Leyva, baleado por un sicario que lo persiguió durante días. Ciro salvó la vida gracias a que viajaba en un vehículo blindado. Sí, fue un atentado de Estado.
Pero la más burda señal de la dictadura que se vive en México es la grosera y vengativa persecución política –lanzada por Obrador y seguida por Sheinbaum–, contra políticos, empresarios y periodistas que se atreven a disentir de los gobiernos dictatoriales.
El caso emblema de esa persecución es Felipe Calderón, expresidente al que Obrador y Claudia responsabilizan de todos los fracasos de los gobiernos de Morena. Calderón es el “chivo expiatorio” preferido de la “4-T”.
Pero hay otros casos de escándalo como el ilegal encarcelamiento de Rosario Robles y del empresario, Alonso Ancira; del abogado Juan Collado, además de la persecución de los ex gobernadores de Michoacán, Tamaulipas, Chihuahua y Nuevo León –Silvano Aureoles, Francisco García Cabeza de Vaca, César Duarte y Jaime Rodríguez Calderón, respectivamente–, a los que se suma la persecución fiscal contra de la empresa Latinus, de Carlos Loret.
Pero hay más. Como se dijo arriba hoy el mayor abuso del poder presidencial es la persecución fiscal –ordenada por “la señora presidenta” –, contra Ricardo Salinas Pliego, empresario que desde la segunda mitad de la gestión de AMLO se convirtió en severo critico de políticos y gobernantes de la llamada “4-T”.
Lo curioso del asunto es que justo después de que el gobierno norteamericano reveló que investiga a colaboradores cercanos de los presidentes López y Claudia, por presunto lavado de dinero –además de bancos y casas de bolsa–, desde Palacio se ordenó una campaña de descrédito contra Salinas Pliego; miles de bots inundaron las redes sociales para tratar de convertir al empresario en una suerte de “perro del mal”.
A la persecución se sumó la propia Claudia Sheinbaum, quien ordenó a los lacayos del nuevo Poder Judicial, perseguir al concesionario de Televisión Azteca: “Los empresarios, las empresarias, tienen que cumplir su parte; el gobierno tiene que cumplir su parte y las y los ciudadanos tienen que cumplir su parte. Entonces, más que nada, pues es este llamado a la Corte, a los jueces para que resuelvan”. (FIN DE LA CITA)
¿Resuelvan qué y contra quién?
Según el SAT, Salinas Pliego tiene un adeudo fiscal por 74 mil millones de pesos; supuesto adeudo que, según el empresario, es ilegal y que sólo busca amedrentar. Por eso dijo que, a pesar de todo, no lo van a silenciar.
Así lo expuso: “Esta es una muestra clara de la herencia del expresidente López Obrador, quien siempre operó con ataques, calumnias y consignas militantes desde la más alta tribuna del país, en contra de un grupo empresarial exitoso y próspero, con un solo objetivo; amedrentar y silenciar a quienes critican al poder y presionar a juzgadores para que fallen en el sentido que le conviene al presidente.
“Y hoy, gracias a la farsa electoral judicial, la justicia en México se ha convertido en un mecanismo de control y presión política en contra de críticos y opositores. Pero estén ciertos que no lograrán doblegarnos; como siempre lo hemos sostenido, seguiremos defendiéndonos de los abusos que pretenden imponernos y, sin importar cuánto nos presionen, no nos van a silenciar”. (FIN DE LA CITA)
Lo cierto es que cada día son menos los mexicanos que se tragan el cuento de los “chivos expiatorios”.
Y es que mientras que la dictadura de Morena persigue empresarios y periodistas, continúa la impunidad total de los cárteles criminales, cuyos matarifes actúan a su antojo en todo el país, lo que ha convertido a México en la nación más peligrosa del mundo.
Al tiempo.