Indicador político/Carlos Ramírez
Con los mejores de deseos de bienestar, buen vivir y prosperidad.
Feliz rebeldía y prospera resistencia.
Inicia el año 2024 con importantes herencias y citas a cumplir. La primera herencia y cita más importante es la de asistir a las urnas para elegir a la presidenta o el presidente de la república, a 128 senadores (64 por el principio de mayoría relativa, 32 por representación proporcional y 32 senadores más de primera minoría), a 500 diputados (300 de mayoría relativa y 200 diputaciones por representación proporcional).
Cita al domingo dos de junio, con un padrón, a reserva al último corte, de 99 millones 537 mil 940 electores. Cifra histórica emblemática al acercarse a los 100 millones de electores.
Por separado y cada caso, se tendrá elección de gobernadores en nueve estados, de importancia por su presencia electoral, en el plano político y en el renglón económico, como lo es entre otros la Ciudad de México.
Es necesario resaltar la casi segura posibilidad de que una mujer por primera vez asuma el cargo de la más alta responsabilidad política, la presidencia de la república, así como el de una segunda etapa de alejamiento del neoliberalismo que durante treinta años se impuso como modelo y políticas económicas.
El neoliberalismo, al que tuvieron cuidado de no antecederle el nombre de capitalismo, acompañado de los apellidos de Tecnocracia y Chicago boys, se le contrapuso al populismo, o del definido nacionalismo revolucionario, restregándole en la cara la corrupción y el uso del aparato estatal para mantener el orden, la reproducción del sistémica, como también para hacer negocios privados sin el menor escrúpulo.
Aun cuando correspondió a un presidente antecesor que levanto el lema de renovación moral y que introdujo el neoliberalismo, es con la cruda imposición en una estacada del presidente siguiente que se anexa el país sobre un discurso de modernidad al manejo de las economías transnacionales de los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá, con el Tratado de Libre Comercio (TLC).
El presidente innombrable que concreta el tratado, después de intensas negociaciones de condicionamientos económicos internacionales, anexa más no integra las tres diferentes economías ya que les define un papel en la división económica internacional, a México aún se le ve como el surtidor de mano de obra barata y de materias primas, a pesar de una nueva etapa que se anuncia.
Ese acuerdo, medula del neoliberalismo, la globalización, el libre mercado, en síntesis de otras tantas definiciones políticas en el Consenso de Washington, son para guiar la economía, el actuar del estado y el manejo ante las llamadas fallas de mercado.
Todo se le contrapuso a lo que se le llamo populismo emanado del nacionalismo revolucionario, en que el estado tendría responsabilidad de ofrecer justicia social que se definió como estado de bienestar y que el neoliberalismo desestructura en treinta años, aun cuando era una consecuencia moderada también en el marco del capitalismo, ya que algo no funcionaba.
… y hace treinta años, cuando se presumía de estabilidad y de un régimen fuerte, sucedió el levantamiento indígena zapatista en el olvidado sureste mexicano del estado de Chiapas, conducido por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, con los potentes pensamientos de reclamo social del ¡Ya basta! De la Primera Declaración de la Selva Lacandona del 1 de enero de 1994, y de las palabras de ¿Quién tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo?
Colocamos aquí dos párrafos de una de esas declaraciones, ya que consideramos son sentimientos de la nación del año 94:
¿Quién tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo? ¿Los que, durante años y años, se sentaron ante una mesa llena y se saciaron mientras con nosotros se sentaba la muerte, tan cotidiana, tan nuestra que acabamos por dejar de tenerle miedo? ¿Los que nos llenaron las bolsas y el alma de declaraciones y promesas? ¿Los muertos, nuestros muertos, tan mortalmente muertos de muerte «natural», es decir, de sarampión, tosferina, dengue, cólera, tifoidea, mononucleosis, tétanos, pulmonía, paludismo y otras lindezas gastrointestinales y pulmonares? …
¿Quién tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo?
¿El presidente de la república? ¿Los secretarios de estado? ¿Los senadores? ¿Los diputados? ¿Los gobernadores? … (Al documento se le dio lectura al día de su publicación en el zócalo de la Ciudad de México)
A la distancia y acercando tiempos, para buscar entender los momentos históricos, en una respuesta a la pregunta que nos hacemos constantemente de la historia ¿para qué?:
La izquierda en frente amplio tiene un enemigo y un hacer, la lucha contra el capitalismo neoliberal.
La izquierda nacionalista llamada discordante y anacrónica fue arrojada del partido oficial, del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Es la izquierda histórica y profunda del general Francisco Múgica, Tomas Garrido Canabal, de Felipe Carrillo Puerto, al que rendimos respetuoso homenaje.
A esa izquierda, se le engancha como último vagón del tren, la izquierda socialista y comunista mexicana de actuación reformista, que dice a levantar banderas del proletariado mexicano, recordando con todo el llamado de José Revueltas, que se sujeta a veces al arrastre del régimen que le da algún espacio de actuación si no representaba riesgo, se le consentía por ser expresión de cultos o sectores sociales progresistas; pero que en caso serio le reprimía, marginaba y proscribía si se le sospechaba de alguna afrenta, una conspiración, por menor que fuese.
La izquierda socialista comunista mexicana radical en suma se mantuvo a distancia ya que no se daba respuesta a los reclamos de justicia social y a las demandas más sencillas para la vida. Se les acusaba de no entender o ser villanos economicistas.
La izquierda, cómodamente hoy muchos se dicen de izquierda, asume el rechazo al neoliberalismo, porque se ha agotado su legitimidad social y política a lo largo de estos treinta años por el saqueo provocado del libre mercado y la corrupción.
En conclusiones. El neoliberalismo no es el camino para el bienestar de los pueblos. Rechazo al capitalismo neoliberal como frente amplio y de las posiciones de la izquierda mexicana. Transformación con un programa político de mayor alcance orientado al crecimiento y la independencia. Convocar a la organización social, política e ideológica, e ir a cambios sociales profundos y efectivos, menos dependencia exterior, más independencia nacional.