
Itinerario político/Ricardo Alemán
Diplomacia Trump-México, Boinas
Verdes y guerra no convencional
Por Carlos Ramírez
A través de la cuenta oficial de la embajada de Estados Unidos en México, el encargado de las relaciones diplomáticas Ronald Johnson puso la noche del lunes el cascabel al gato: difundió una fotografía en la que saluda al presidente de la Cámara de Comercio de México y Estados Unidos, pero mandó el mensaje de que se trataba del general Albert Zapanta, nada menos que presidente de la Cámara de Comercio EU-México, y un compañero Boina Verde.
El mensaje del diplomático fue muy en tono publirrelacionista pero la misión quedó perfectamente establecida con el uso de palabras en inglés: a very insightful conversation with mi fellow Green Bert (tuve una conversación para ver las cosas desde dentro”, diría una traducción en modo estratégico) y el embajador posiciona muy claramente a su visitante como “compañero Boina Verde”), cuando en los hechos tienen una representatividad institucional mayor a su origen militar y de fuerzas especiales: uno representa diplomáticamente al Gobierno de Estados Unidos y el otro encabeza al sector inversionista estadounidense en México.
Esa fotografía y el mensaje dejó claro que el tono real de las relaciones entre los dos países le daría un contexto bilateral estratégico y de seguridad nacional y aterrizarían en México la perspectiva del presidente Trump de que México no es un vecino, ni un socio económico-comercial, ni una nación como para establecer enfoques coincidentes, sino que México sería –el lenguaje del propio Trump– un narcoestado o un Gobierno controlado por el crimen organizado.
Asimismo, esa fotografía y el timing político del saludo y la difusión tendrían que leerse en clave financiera por las decisiones del Departamento del Tesoro de acusar a tres empresas financieras mexicanas de lavar dinero del narcotráfico, entre ellas a la empresa Vector cuyo propietario real –aunque se presenta como honorario, pero con el control accionario– es el empresario regiomontano Alfonso Romo, responsable oficial del financiamiento de la campaña presidencial de López Obrador en 2018 y luego nada menos que jefe de la oficina de la Presidencia para mantener relaciones con el empresariado regiomontano en su condición de poder fáctico nacional.
La utilización de la categoría de “compañero Boina Verde” la estableció el propio embajador Johnson en su mensaje en la red X, una referencia que ya había hecho antes en el contexto de su designación formal sobre su cercanía con el líder del empresariado México-EU por haber sido partícipes en el grupo de los Boinas Verdes, además de haber coincidido en fuerzas operativas de intervención militar estadounidense en otros países.
Como parte de las fuerzas especiales operativas del Ejército, las boinas verdes tienen nueve misiones doctrinales: guerra no convencional, defensa interna en el extranjero, acción directa, contrainsurgencia, reconocimiento especial, contraterrorismo, operaciones de información, lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva y asesoramiento a fuerzas de seguridad.
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Política para dummies: la política primero se ve, luego se toca y al final se padece.
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