
Juego de ojos
Si la tipología del gobierno de derecha indica que es empresarial, así se definió en una ocasión en años recientes al asumir el poder el primer presidente de la alternancia, tiende a la defensa de sus intereses y en hacer cultura empresarial, su promoción como proyecto y en lo que debe ocuparse como camino único la sociedad para alcanzar satisfactores, realizaciones y propósitos, en el individuo, la empresa y la ganancia, en lo que se usa de una u otra forma la frase del bien común, que es también el bien individual; el gobierno y el estado se les coloca como garantes de un orden y el cuidar la propiedad privada.
En contraste a ese efecto, el gobierno de la izquierda debe mostrase de orientación social y no individualista, que ve por la igualdad y el bienestar de la población en amplitud –la universalidad, se ha señalado-, empezando por los más desprotegidos; al gobierno y el estado se le asigna la responsabilidad social.
Se ha señalado que no debe asumirse la acción paternalista de control, en la que el gobierno y estado dan y los menesterosos solo reciben, solo se les ve como objetos clientes consumidores. Se parte de que en la sociedad los grupos, sectores y hasta clases tengan una actividad productiva remunerable para desarrollar un proyecto de vida.
Al cancelarse el acceso a elementos de desarrollo social básicos por políticas neoliberales empresariales individualistas, en contraste se debe promover y garantizar una actividad económica productiva en el acceso a elementos básicos como la educción, la salud, la alimentación, la recreación y la cultura, todos como derechos.
Es a partir de eso que un gobierno de izquierda formará su agenda o agendas de gobierno por área.
En la consideración de lo público y lo privado, se ha definido a la agenda como los temas que se considera en que debe intervenir el gobierno, diseñando una política de intervención-atención y la definición de los objetivos de esa intervención, a sancionar, regular o limitar.
La agenda se forma también en los temas y problemas sociales que se le presentan al gobierno para su intervención como demanda, más se prolonga en un apartado histórico en que aun cuando no es de su responsabilidad de actuación en el momento que sucedió, al ser heredero como institución y debe dar una respuesta en base a la verdad y los efectos que provocó, más en casos específicos a sancionar y señalar para el conocimiento social, fincando responsabilidades, aun cuando el asunto haya prescrito.
El gobierno, y más el estado, debe fundamentarse en una cultura de la verdad, la legalidad y la justicia de sus actos, para que así tengan legitimidad y con esa fuerza sean aceptados y apoyados.
En honor a la memoria de muchos ciudadanos que lucharon en el reclamo de causas, la agenda de un gobierno de izquierda debe incluir temas que demandan justicia y verdad.
En una primera propuesta, cuidando ser prudentes para no lastimar innecesariamente, debe establecerse la llamada agenda de los asuntos de la verdad y la justicia, a considerase, por lo menos, en un corte de tiempo a 50 años atrás, asumiendo la voluntad y decisión de abrir archivos, conocer de los actos verdaderos que se realizaron y una conclusión, que recupere la memoria como pueblo, para en esa forma, también se enseñe como historia en la institución fundamental de la sociedad, escuela.
Así se anotan el movimiento estudiantil de 1968, la guerra sucia de los años 70, al asesinato de Colosio, y en voz de Mario Delgado a su intervención en una dura crítica del partido Morena al Partido Revolucionario Institucional (PRI) al instalarse el Congreso de la Unión se tienen también para la agenda histórica:
“Nunca más un país de feminicidios, un país donde crímenes de estado como los de Atlatlaya, Atenco, Aguas Blancas, Acteal, la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapan, queden impunes, nunca más la represión y asesinato de periodistas, defensores de derechos humanos, de ambientalistas, no más crímenes de odio, la justicia a las víctimas no será una asignatura pendiente…”
Seguiremos, para ver las otras agendas.
Dicho uno: Sera que es suma y síntesis del sentir de una dura y violenta realidad.
Dicho dos: Cabe preguntar, quiénes podrían estar interesados en crear un conflicto de grandes dimensiones en la UNAM justo en vísperas de las conmemoraciones del terremoto del 19 de septiembre (un año), de la atrocidad del 26 de septiembre de 2014 en Iguala y del cincuentenario del movimiento estudiantil de 1968, y en momentos en que el país pasa por una transición histórica en sus máximas instancias de poder público.