CIUDAD DE MÉXICO, a 15 de enero de 2017.-BEATRÍZ: La ira continúa recorriendo el país, por el “gasolinazo”. Ayer, las protestas se hicieron escuchar en calles, avenidas y plazas públicas de 17 estados. En la Ciudad de México miles de gargantas cimbraron con sus gritos el Monumento a la Revolución, mientras el gobierno recrudece su autismo montado en su macho de ignorar la demanda popular que exige dar marcha atrás. Las cosas empeorarán en febrero, cuando se produzca otro aumento a los combustibles, en esos “reajustes” anunciados como si fueran bendiciones.
Una de las protestas más sonoras fue la que hubo en Mexicali, donde más de 10 mil personas repudiaron el aumento de las gasolinas, el alza de impuestos y la privatización del servicio de agua potable. Uno de los manifestantes sacó de una maleta una bandera de Estados Unidos y le prendió fuego.
Está visto que, contrario a lo que reza el refrán de que cuando el pueblo dice que es de noche, hay que encender los faroles aunque sea de día.
PEÑA NIETO sigue muerto de miedo por las amenazas de TRUMP y nombró a GERÓNIMO GUTIÉRREZ FERNÁNDEZ, ex subsecretario de Relaciones Exteriores y ex director del Banco de Desarrollo para América del Norte, como embajador de México en los Estados Unidos en sustitución de CARLOS SADA SOLANA, quien asumió el puesto el 5 de abril de 2016.
La función de GERÓNIMO GUTIÉRREZ será entrar en el equipo de negociadores con el gobierno de TRUMP en las modificaciones que éste quiere hacerle al Tratado de Libre Comercio (la primera, es la renegociación o abandono del TLCAN; en segundo lugar detener el Tratado Transpacífico de Cooperación Económica -TPP por sus siglas en inglés; tercera detener las “importaciones injustas” y el comercio inequitativo, y quinta, devolver los trabajos manufactureros y disminuir las regulaciones impositivas a negocios)
TRUMP ha dicho que si no se hacen las modificaciones que él quiere, su país saldrá del TLC. O se hacen o renuncia. Mi pregunta es ¿es indispensable que México continúe con el Tratado? ¿No será mejor renunciar y dirigir la mirada a otras regiones del mundo?
El TLC fue suscrito en 1994 por México, Estados Unidos y Canadá. El acuerdo es un documento que incluye ocho secciones, 22 capítulos y 2 mil páginas. El TLCAN sustituyó al Tratado de Libre Comercio de Canadá y Estados Unidos, que fue firmado en 1988. En 1991, iniciaron las negociaciones del TLCAN, que fue suscrito por BRIAN MULRONEY, primer ministro canadiense; GEORGE BUSH (padre), presidente de Estados Unidos, y CARLOS SALINAS DE GORTARI, presidente de México. Entró en vigor el 1 de enero de 1994, curiosamente el día en que se levantó “en armas” en San Cristóbal de las Casas el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
La irrupción del EZLN opacó completamente al TLC y el debate sobre éste no pudo darse, en virtud de que la opinión pública nacional e internacional estaba más interesada en el subcomandante MARCOS que en revisar y discutir las repercusiones del acuerdo.
Aunque el TLCAN que pretende beneficiar a los tres países, las mayores ganancias obtenidas del comercio entre México y Estados Unidos se quedan en empresas de capital estadounidense, de acuerdo con el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index), lo que confirman las protestas de las empresas manufactureras de Estados Unidos, que han pedido a TRUMP que no afecte las exportaciones estadounidenses, al argumentar que más de 2 millones de empleos de aquel país están vinculados a las relaciones comerciales entre los tres países. Paradójicamente, TRUMP dice que México ha abusado de los Estados Unidos, cuando la realidad muestra lo contrario.
Entre 1993 y el 2015, el comercio entre los tres países se cuadruplicó, al pasar de 297 mil millones de dólares a 1.14 billones de dólares, lo que impulsó la economía de los tres países y redujo los precios para los consumidores. El problema, afirma TRUMP, es que México es el principal exportador de vehículos a Estados Unidos y que para el 2020, se estima que una cuarta parte de todos los automóviles en aquel país provendrán de México, de acuerdo con información del Banco Mundial.
Sin embargo, las importaciones, que representaban 13.82% del Producto Interno Bruto nacional en 1993, para el 2015 aumentaron a 37% del PIB de México, lo que implica que el país gasta más de un tercio del PIB para comprar productos del exterior. En este sentido, durante los más de 20 años que tiene el TLCAN en operación, se ha mantenido un déficit de alrededor de 2% entre los bienes y servicios que salen de territorio mexicano y los que entran.
El periódico El Economista sustenta que el desempleo en nuestro país se ha mantenido durante los más de 20 años de vida del TLCAN. Por ejemplo, la fuerza laboral en México creció de 32.3 millones de personas antes del TLCAN a más de 40 millones en el 2002, lo que implica que México necesita la creación de casi 1 millón de empleos al año para absorber el crecimiento de la fuerza laboral. Por otro lado, el campo mexicano ha sido de los más afectados. Nuestro país ha perdido más de 1.3 millones de empleos agrícolas. De acuerdo con un artículo de The Economist, cuando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte eliminó los aranceles comerciales, las empresas de Estados Unidos exportaron maíz y otros granos a México, por lo que los campesinos mexicanos no pudieron competir. A la vez, México disminuyó los subsidios a los agricultores. Cabe decir entonces que una combinación entre la importación de granos procedentes de Estados Unidos y la disminución de los apoyos del gobierno a la actividad agrícola han sido los verdugos del campo mexicano.
Entonces, ¿quién ha abusado de quién? ¡Mandémoslo con su música a otra parte!