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Epistolario
Si no puede, que se vaya
Por Armando Rojas Arévalo
BÁRBARA: Los hechos del sábado en San Juan Chamula (a sólo 15 minutos de San Cristóbal de las Casas) que arrojaron un saldo de 5 muertos, entre ellos el alcalde, y 13 heridos, son verdaderamente lamentables. Chiapas era un estado casi el paraíso porque no había violencia cotidiana, hasta que –en gran parte- las frivolidades y las ausencias frecuentes del gobernador que quiere ser Presidente de la República provocaron ingobernabilidad.
VELASCO COELLO no dio la cara más que en su cuenta de Twitter y a través de un video, como es su costumbre, para advertir que todo “el peso de la ley caerá sobre los responsables”, y mandó a su secretario de gobierno a decir a la prensa que después de esos hechos se habían restablecido la calma y el orden en San Juan Chamula, cuando desde hace días se pronosticaba violencia, y el deber de un gobierno es precisamente establecer el orden, no después del niño ahogado. Además, Ordenó se instale una “mesa para la reconciliación” de Chamula, siguiendo el modelo de Gobernación. ¡Tantas mesas parecen banquetes!
Al joven gobernador le hacen falta muchas cosas para ser un mandatario eficaz. Primero, presencia; segundo, un servicio de inteligencia que esté en todas partes (los “orejas” son una fuente de información, pero no la mejor ni la única); tercero, operadores políticos, y cuarto, una política de comunicación social que informe oportunamente para evitar distorsiones en los hechos.
El ataque de Chamula fue con toda mansalva, incluso a los caídos se les dio el tiro de gracia ante la multitud que gritaba fuera de sí y enardecida de “¡denles, denles!”.
La historia en breve: Un grupo de chamulas se concentró el sábado alrededor de las siete de la mañana frente al palacio municipal, para exigir a las autoridades obras de infraestructura y un pago de apoyo a artesanías, cuando un grupo armado abrió fuego contra los funcionarios matando al alcalde DOMINGO LÓPEZ GONZÁLEZ, al síndico NARCISO LUNES HERNÁNDEZ, al quinto regidor MIGUEL LÓPEZ GÓMEZ, al chofer del ayuntamiento ERNESTO PÉREZ PÉREZ y a SILVANO HERNÁNDEZ DÍAZ, habitante de la comunidad, y lesionando a 13 personas más.
De por sí San Juan Chamula ha sido un pueblo rijoso y violento. Si no es por elecciones, es por asuntos religiosos o por los usos y costumbres. Hace unos días un grupo de indígenas e infiltrados se enfrentaron violentamente a maestros disidentes en San Cristóbal de las Casas. En otro hecho más o menos reciente (22 de septiembre de 2015), dos individuos que fueron acusados de robar un vehículo fueron linchados por la turba, que les prendió fuego frente a la multitud que gritaba enloquecida y aplaudía.
Los chamulas son intolerantes. En las décadas de los 70 y 80 más de 30 mil habitantes de comunidades tzotziles del municipio fueron expulsadas a otras partes del Estado por convertirse del catolicismo al cristianismo.
Volviendo a VELASCO, los problemas le estallan todos los días y ya no sabe qué hacer. De todos es sabido que recibe instrucciones directas de Gobernación, porque ha probado su incapacidad de gobernar. Lo más lógico es que si no puede con el cargo, que se vaya. Chiapas merece un mejor destino.
DE OTRAS COSAS, ALGO QUE ESTÁ PREOCUPANDO a quienes ejercen el libre ejercicio del periodismo, es que la libertad de expresión –información abierta, sin interferencias de ida y vuelta- es vulnerada (aparte de los asesinatos de comunicadores) por “líderes de opinión” y políticos que sienten inmaculados. Ahí tienes, por ejemplo, los casos de JESÚS ORTEGA y de HUMBERTO MOREIRA, quienes demandaron pagos millonarios por concepto de “reparación del daño moral” a SANJUANA MARTÍNEZ y SERGIO AGUAYO, respectivamente. El otro caso es lo que le hicieron a CARMEN ARISTEGUI, a quien en un “ajuste de cuentas” MVS y la editorial Penguin Random House, que publicó el libro sobre la investigación de la “Casa Blanca”, le exigen retire el prólogo en el libro sobre la “Casa Blanca”.
OTRO CASO, es la del ex líder de la CNC de Campeche, SONIA CUEVAS, quien demandó a periodistas y un juez sentenció a comunicadores del diario “La Opinión de Campeche” a pagar 6 millones de pesos, para resarcir a la sujeta del daño moral.
La acusación fue porque el periódico informó en 2104 que EDWARD ALEJANDRO CUÉVAS SANTINI, sobrino de la entonces líder de la CNC, confesó ser responsable del asesinato de FLORENCIA AZALEA CABRERA, de 20 años, tras terminar su relación de noviazgo con ella. Incluso, ocultó el cuerpo en una propiedad de la dirigente campesina.
Además de La Opinión, otros medios impresos y electrónicos de Campeche dieron a conocer la información que proporcionaron las autoridades sobre el asesinato. “La Opinión” documentó testimonios grabados de los familiares de la víctima fallecida, quienes culparon a la ex lideresa de presionarlos y de valerse de su abogado para forzar declaraciones.
OTRO CASO se refiere a los amagos de RAFAEL MORENO VALLE, gobernador de Puebla, que en 2012 pretendió llevar a cabo una acción judicial colectiva en contra de medios de comunicación y periodistas de Puebla y uno de la revista Proceso por haberlo criticAdo.
El entonces Director de Comunicación Social del gobierno de Puebla, SERGIO RAMÍREZ ROBLES, amenazó con presentar una serie de demandas “por daño moral” contra diversos periodistas y reporteros, 19 en total, por difamar de manera sistemática al Gobernador: ADRIAN RUIZ (El Heraldo de Puebla), SELENE RÍOS ANDRACA (Central), SALVADOR RÍOS (El Sol de Puebla), FABIÁN GÓMEZ (Contraparte Informativa), ENRIQUE NÚÑEZ QUIROZ (Intolerancia Diario), ALVARO DELGADO (Proceso), IVÁN TIRSO (El Sol de Puebla), ALEJANDRO MONDRAGÓN (Status), VALENTIN VARILL (Status), RODOLFO RUIZ RODRÍGUEZ (e-consulta), FERNANDO PÉREZ CORON (e-consulta), RICARDO MORALES (Intolerancia Diario), JORGE CASTILLO (Intolerancia Diario), CIRILO CALDERÓN (El Sol de Puebla), CARLOS MACÍAS PALMA (El Popular), EDUARDO RIVERA SANTAMARÍA (UnoMásUno), FERMIN ALEJANDRO GARCÍA (La Jornada de Oriente), FERNANDO MALDONAD (Periódico Digital) y ARTURO RUEDA (CAMBIO).
¿CÓMO LE IRÍA AL PERIODISMO mexicano con un RAFAEL MORENO VALLE como Presidente de la República? Nomás pregunto.