Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
En el filo de la navaja
GUADALUPE: “No está solo gobernador”, le dijo el presidente a CUAUHTÉMOC BLANCO en su más reciente visita a Morelos; empero, las palabras se tomaron más como cortesía que como decidido respaldo, por las quejas que le han expresado y la realidad infame en que se encuentra la entidad. Preocupado, a su regreso a Palacio Nacional mandó llamar al secretario de Gobernación, ADAN AUGUSTO LÓPEZ HERNÁNDEZ, para darle instrucciones sobre la situación en Morelos.
Las estadísticas sobre corrupción, los presuntos vínculos públicos con las bandas criminales por parte del gobernador, la inseguridad y violencia, el abandono en que se encuentra la entidad y el creciente malestar ciudadano contra un mandatario “fuereño”, rebasado por su propia indiferencia, que conducirían al rechazo contundente en las urnas en 2024, encendieron los focos rojos. Ponle remedio a esto, seguramente le dijo a ADÁN. A la semana siguiente CUAUHTÉMOC aceptaba las “renuncias” de PABLO OJEDA CÁRDENAS como secretario de gobierno, y de MANUEL SÁNZ RIVERA, su ex “manager” español, como jefe de la gubernatura. BLANCO se quedaba sin sus dos colaboradores de confianza, aunque muy controvertidos y señalados como responsables de la mala conducción del estado.
Al exigirle las cabezas de OJEDA y SANZ para presuntamente calmar los ánimos de sus adversarios y restablecer la gobernabilidad de Morelos, la recomendación fue que los nombramientos que quisiera hacer para ocupar las vacantes debería, por institucionalidad, comentarlos –“más no pedir autorización”, aclara mi fuente- con oportunidad.
Molesto, encabritado por la “sugerencia”, CUAUHTÉMOC se “brincó” las trancas y nombró de inmediato, pasándose por alto la solicitud de comentar sus intenciones, a MÓNICA BOGGIO TOMAZAS MERINO, oriunda de Veracruz y amiga del gobernador, como titular de la oficina de la gubernatura, y al abogado SAMUEL SOTELO SALGADO, quien se desempeñaba como consejero jurídico como secretario de Gobierno.
(El nombramiento de SOTELO SALGADO muchos lo consideran acertado, por su prestigio como abogado y, de manera especial, por ser oriundo de Morelos)
El mal fario para CUAUHTÉMOC –consecuencia de su mal gobierno- no paró ahí; por lo contrario, se acentuó. El Congreso del Estado da bandazos y se encuentra sumamente polarizado. Muy dividido difícilmente podría salvar al gobernador de una crisis política.
POR OTRO LADO, el magistrado LUIS JORGE GAMBOA OLEA, quien no es precisamente aliado de CUAUHTÉMOC, fue electo el miércoles como presidente del órgano judicial, dejando atrás a RUBÉN JASSO DÍAZ, un buen hombre que poco o nada pudo hacer para combatir la corrupción en el organismo, moldeable, buscó la reelección al frente del Tribunal sin alcanzarla, pues no obtuvo mayoría del pleno.
¿Esto cómo debe interpretarse? El Tribunal Superior de Justicia tiene peso político, por lo que el gobernador debe tenerlo de su lado. Sea como sea, es otro poder.
¡PARA ACABARLA! El medio hermano incómodo de CUAUHTÉMOC, ULISES BRAVO MEDINA, señalado hasta la saciedad de ser el hombre fuerte del gobierno, el poder tras el trono, de ser el operador financiero de aquel y el de la influencia para obtener contratos de obra pública, se encuentra hospitalizado sin que se sepa bien a bien cuál es su problema de salud.
Unos dicen que se encuentra en el Hospital Zubirán (Nutrición) atendiéndose de una Pancreatitis por abuso del alcohol. Otros, que se encuentra en el Hospital Ángeles por un supuesto “pasón” en una fiestecita donde hubo de todo.
ULISES fue designado hace poco, presidente del recién creado Partido Encuentro Solidario (PES) en la entidad, mientras que, a nivel nacional lo es HUGO ERIC FLORES CERVANTES, quien renunció al cargo de “súper delegado” del gobierno federal en Morelos. Su labor al frente de ese partido sería postular –y ganar- las diputaciones locales.
(“Encuentro Solidario” tiene una especie de contraparte en el local Partido Encuentro Social, que dirige el diputado federal JORGE ARGÛELLES VITORERO)
El medio hermano de CUAUHTÉMOC difícilmente podrá retornar al gobierno, aunque se rehabilitara totalmente, porque no es conveniente ni para CUAUHTÉMOC ni para las relaciones con la Federación.
CUAUHTÉMOC se quedó sin brazos, pero no se deja ayudar. El final de su historia política está por escribirse, si continúa siendo la molesta piedra en el zapato del presidente. Prácticamente dejó ser, al menos en Morelos, una garantía electoral para los fines de LÓPEZ OBRADOR. Se convirtió en un problema que, como dije en párrafos anteriores, le va a perjudicar en las futuras elecciones.
Pronto le estallarán públicamente a CUAUHTÉMOC el contenido de tres carpetas con denuncias, una sobre enriquecimiento ilícito y dos más por falsificación de documentos (uno que usó para acreditar su residencia morelense cuando buscó la alcaldía de Cuernavaca y otro que utilizó en diciembre pasado para salir del país)
Las carpetas se encuentran poder de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción del Estado, la cual ha encontrado visos de que son ciertos los delitos, y espera orden “arriba” para enviarlas al Congreso local a fin de realizar el correspondiente juicio de procedencia para quitarle el fuero…y el cargo.
CLARO, CUAUHTÉMOC tiene en sus manos un as que podría mortificar y quitar el sueño al presidente.
MIENTRAS, se estudia para hacerlo a un lado la posibilidad de facilitarle la adquisición del equipo “Alebrijes” de Oaxaca, o que la Federación de Futbol lo haga entrenador de la selección nacional, como es su sueño.