
Humildad y distinción
Si la política es como la guerra, entonces los Verdes chiapanecos salieron victoriosos: mudaron al movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) para salvarse del descrédito y la deshonra pública y ahora son gobierno de nuevo. Unos repitieron de alcaldes; otros de diputados locales, federales y Senadores.
Ya no es ‘la mafia del poder’ la que gobernará México, sus estados y sus municipios.
Ahora es ‘la mafia en el poder’.
Es una vieja-nueva ‘clase política’ insaciable, voraz, sin vergüenza.
No está integrada por políticos que busque dejar un legado; heredar un nombre, un apellido ilustre. Ya no abundan los políticos pulcros, los que búscan que la gente los recuerde y ore frente a sus lápidas o mausoleos; son una élite que medra del erario público y compite a ver quién posee el mejor palacio, la mejor Suburban blindada, el mayor número de guardaespaldas y edecanes.
Por eso son la élite de este país tercermundista y en vías de desarrollo. Chiapas es el mejor ejemplo a nivel nacional. Las leyes les vale un y dos con sal.
Antes, al principio de las civilizaciones, los que defraudaban, expoliaban, deshonraban o abusaban del pueblo, eran lapidados en público, ahorcados, decapitados. Ahora, se ríen en nuestra cara. ¡No pasa nada… !, y en cambio quienes denunciamos los hechos somos los que estamos en riesgo.
Ellos, en cambio, inscriben sus nombres en oro, y se erigen bustos y estatuas y evaden las leyes, y se pitorrean de la llamada ‘Justicia’.
No tienen decoro. Eso de nada les sirve: están ávidos de poder y dinero… el servicio público es solo una entelequia.
Pobre Chiapas, pobre México.
Los Verdes ahora son MORENA; los ladrones fueron beatificados y ahora son santos.
¡Viva la 4a República!
¡Viva la renovación moral!
¡Viva México!
¡Viva Chiapas!