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Indicador político
Desde Los Altos
Fredy López Arévalo
Leí de joven ‘El Señor Presidente’, de Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel de Literatura 1967.
Desde entonces, imagino las hordas de miserables, pordioseros y méndigos, mancos y cojos, desposeidos y parias arrastrándose por entre los portales de la Ciudad de Guatemala.
Pienso, quizá por el influjo del surrealismo de Asturias, que la explosión demográfica, el desempleo, la pobreza… los malos gobiernos y el despotismo terminarán por crear una atmósfera de pesadilla similar a la que Asturias recrea.
Por lo menos no me cabe la menor duda que uno de los principales retos para Chiapas (y para México y para el planeta) es demográfico.
Chiapas mantiene la mayor tasa de fecundidad del país, con un aproximado de 2.9 hijos por mujer, aunque en el área rural y en municipios indígenas el promedio se duplica. Tenemos 71 personas por kilómetro cuadrado, cuando a nivel nacional hay 61 personas por kilómetro cuadrado, según datos del INEGI.
La población se desborda, abarrota ciudades -grandes, medianas y pequeñas-, y con ello crece el hacinamiento, la presión sobre las áreas verdes, la demanda de empleo, servicios públicos y seguridad social, la mendicidad y la delincuencia.
La explosión es mayor en ciudades como Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, Ocosingo, San Cristóbal de Las Casas, y Comitán de Domínguez.
Se despobla la zona rural, por la acentuada migración campo-ciudad, y la continua migración de chiapanecos hacia Estados Unidos.
Según el INEGI, para el 2010, en Chiapas el 49 % de la población vivía en zonas urbanas y el 51% era rural. No es preciso esperar el censo 2020 para deducir que el porcentaje ha variado.
Somos ya más de 5,4 millones de chiapanecos, pero apenas en 1980 eramos 2,1, y en 1990, 3,2 millones; en el 2010, 4,7 millones y en el 2015, 5,2 millones.
El problema es que no generamos empleos y el subempleo (o empleo por cuenta propia) se ha incrementado, y ahoga ciudades y pueblos.
Muchos son los que migran. No les queda de otra. Permanecer en Chiapas sería suicidio.
En el 2005, salieron de Chiapas 105 mil 858 personas para radicar en otra entidad. De cada 100 chiapanecos que han dejado el estado, 20 se fueron a vivir a Quintana Roo, 13 a Baja California, 8 a Tabasco, 7 al estado de México y 6 a Veracruz. Para el 2010, de cada 100 migrantes internacionales de Chiapas, 94 se fueron a Estados Unidos. Se estima que por lo menos 500 mil chiapanecos residen de manera ilegal en aquél país.
En el 2017, el Banco de México reportó a Chiapas en la vigésima posición nacional respecto a las entidades con mayor captación por concepto de remesas familiares enviadas desde los Estados Unidos. Cerró el año con la captación de casi 620 millones de dólares.
Solo esa cifra, 500 mil chiapanecos en EEUU, representa un verdadero aluvión humano que de retornar, el guatemalteco Miguel Ángel Asturias tendría que reeditar su novela. También por el quebranto económico que representaría no recibir de 400 a 600 MDD anuales.
Entonces sí, como en la novela del Premio Nobel de Literatura 1967, veríamos en Chiapas hordas de descamisados vagando por campos y ciudades…
Ha sido una enorme irresponsabilidad de las últimas cinco administraciones estatales que no diseñarán una política pública que atendiera este tema.
Recuerdo a lo lejos aquélla campaña nacional de los años 70s: ‘La familia pequeña vive mejor’. Entonces en el país éramos 35 millones de personas y nos expandíamos a un ritmo de 3% anual.
Los sociólogos, economistas, demógrafos y demás lo saben: el crecimiento de la población complica el panorama de pobreza, desempleo y servicios… e incrementa la mendicidad y la delincuencia, los pobremas de seguridad pública y la gobernanza.
Debe ser desde las secretarías de Salud y Educación donde se diseñe y lance un programa integral para Chiapas, donde se dé un revés a los programas asistencialistas, como PROSPERA, que han alentado la procreación.
Tenemos un mapa de urgente atención en Chalchihuitán, Mitontic, Santiago El Pinar, Aldama y Sitalá, que son los municipios con el mayor índice de rezago social.
Por eso el PNUD y la Comisión Nacional para el Desarrollo de Pueblos Indígenas (CDI) recomiendan para esos municipios una «urgente atención social», que incluya inversión pública y privada, así como infraestructura en materia de salud, educación, agua, drenaje y carreteras.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en Mitontic, municipio de indígenas tsotsiles, de sólo 13,364 habitantes, 95.9% de la población se encuentra en situación de pobreza(12,817 habitantes); 71.8% en pobreza extrema (9,549 personas), y 55.5% tiene problemas de carencias de acceso a la alimentación (7,416 habitantes).
El CONEVAL da a conocer a la ciudadanía la medición de pobreza a nivel municipal en 2015 y su comparativo con el año 2010. Con esta información se tienen, por primera vez, dos estimaciones en el tiempo de los indicadores de la medición multidimensional de la pobreza para los municipios.
Por ejemplo, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) indica que Mitontic -enclavada en la región de Los Altos- presenta un Índice de Desarrollo Humano (IDH) de sólo 0.4843; es decir, similar al de del África Subsahariana, cuyo promedio es de 0.4630.
Pues ahí hay que rivalizar toda la atención institucional requerida para superar esos rezagos.
Sólo a manera de comparación: Tuxtla Gutiérrez, la capital del estado, tiene un IDH de 0.8159. Es decir, el doble de Mitontic.
Y Las Margaritas -donde el presidente Enrique Peña Nieto anunció el 21 de enero del 2013 su Cruzada Nacional contra el Hambre- presenta un IDH de 0.5975.
Con esto quiero decir que en Chiapas existen zonas muy bien definidas y ubicadas de marginación y exclusión social que urge atender.
Pero gobiernos van y gobiernos vienen y no se hace nada…
Para quienes creen que el monolinguismo no existe en el país, en Mitontic el número de personas que sólo hablan tsotsil y no hablan español, es de 358. Lo confirma el INEGI.
Así de dramático son los contrastes en Chiapas. Por un lado la opulencia de sus gobernantes y por el otro la inmensa miseria.
Por eso, en algunos artículos editoriales he propuesto crear la Agencia Estatal para el Desarrollo de lo Local. Para concentrar, coordinar y focalizar la urgente ayuda humanitaria para estos lugares. Hablo de Ayuda Humanitaria porque hay otros municipios como Mitontic donde el Índice de Desarrollo Humano (IDH) nos iguala en algunos municipios con Africa subsariana:
Chamula 0.446
Mitontic 0.448
Zinacantán 0.461
Bangladesh 0.469
Ghana 0.467
Camerún 0.460
Solo cito los casos más dramáticos y de urgente atención gubernamental.
Otro ejemplo: en Chiapas, el 20.7% de la población no cuenta con algún tipo de servicios de salud.
Ahí hay pues otro gran indicador de urgente atención. La administración de Rutilio Escandón Cruz Cadenas tiene frente a sí un reto enorme donde aterrizar los anhelos sociales de cambio.
Las inconsistencias de los servicios públicos de salud son graves, y paradójicamente en la presente administración, la de Manuel Velasco Coello, fue el sector que mayor sangría financiera padeció. Los dineros simplemente se esfumaron, según logró constatar el diputado federal del MORENA, Guilermo Rafael Santiago Rodríguez, durante una inspección in situ que lo llevó a recorrer Chiapas y que denominó ‘La gran robadera’