Del éxito y el fervor a la rapacidad insultante/Armando Rojas Arévalo

OSCAR PALACIOS: Ya, a punto de abordar el avión que me conducirá de Tuxtla Gutiérrez al D.F. La presentación de mi novela “La Condesa de Livadi y otros naufragios”, el viernes pasado en la hermosa San Cristóbal de las Casas, rebasó las expectativas, merced a tu organización y patrocinio. Y la recepción después en tu cabaña que reunió a varios amigos –CARBOT, ARLET AGUILAR, SERGIO MELGAR, LUCÍA TREJO CLAUDIA GONZÁLEZ y GERARDO PENSAMIENTO- espléndida.

Gracias por tus palabras. Para empezar, me aplastaste con tu comentario inicial: “Saludo con afecto al renovado Armando Rojas Arévalo, el hombre que ha construido su vida a través de la palabra escrita, esquiva y amorosa a veces, tensa siempre. Al que escrudiñó las escrituras del ser cotidiano a través de todos los géneros del periodismo y ha sido generoso al transmitir su experiencia en las aulas de la UNAM y, claro, al que incursionó, con sus luces y sus sombras, en el territorio tortuoso de la función pública y atravesó el pantano sin manchar el espíritu de su ser y quehacer”.

Coincido contigo: “el periodismo nos construye. Nos enseña algo vital en la dinámica del vivir. Aprendemos a observar y ese es  el estímulo, que en muchos casos, nos hace atrevernos el gran salto a la literatura… ”

Mi fraterno ALBERTO CARBOT, editor de “La Condesa de Livadi y otros naufragios”, hizo el viaje exclusivamente del D.F. sólo a presentarla. En tanto, una decena de periodistas chiapanecos, entre ellos PASCUAL ENRIQUE CRUZ GALDAMEZ, presidente de la Asociación de Columnistas; JOSÉ JUAN MENDOZA, BERNARDINO TOSCANO, SERGIO MELGAR, RUPERTO PORTELA, RODOLFO GARCÍA DEL PINO y LEONEL DURANTE, promovió el evento e hizo presencia solidaria. Mi agradecimiento a todos ellos porque, además, adquirieron el libro y ayudaron con ello al donativo que hice con las ventas del mismo al centro cultural “La Enseñanza” de NA BOLÓN.

DE REGRESO A TUXTLA GUTIÉRREZ, qué ganas de vomitar y hacer del baño en la megaplaza que se construye junto al parque “Chiapasiónate”. El proyecto es un monumento a la rapacidad intolerable y a la corrupción grosera que tienen “hasta la madre” a los chiapanecos.

Las calles de Tuxtla, en el abandono. La inseguridad es cotidiana.

LUIS ARMANDO MELGAR se anuncia en varios espectaculares en la ciudad y en otras del Estado, resaltando su obra como senador, pero el mensaje subliminal es obvio. Quiere ser gobernador. Igual es la pretensión RUTILIO ESCANDÓN, presidente del Tribunal Superior de Justicia, promoción{andose en medios y redes sociales a sabiendas que la gente no lo quiere porque está encaramado en la ola siniestra de este gobierno (si no estuviera en ella, ya habría renunciado) y por ello sería más de lo mismo.

Es voz pópuli que el candidato del gobernador MANUEL VELASCO COELLO a sucederlo, es EDUARDO RAMÍREZ AGUILAR, para mayores señas diputado local por el Verde Ecologista, mejor conocido como “El zanja negra”. Iluso el gobernador, iluso el propio sujeto por creer que es la persona que Chiapas necesita.

VELASCO no podrá imponer a nadie. Es evidente que ése es su deseo para blindar su salida, para no ser perseguido. A nadie engaña este falaz gobernador.

DE UNA VEZ: El próximo gobernador no será ni MELGAR, ni El Zanja Negra, ni RUTILIO.

AYER FUI A VILLAFLORES, invitado a comer la exquisita cabeza de res al horno, el clásico “cochito” y los tamales de chipilín.  Reunión de familia.

Si de regreso de San Cristóbal pude presenciar asombrado el interminable desfile de peregrinos en la autopista que “bajaba” a Tuxtla a rendirle homenaje a la Virgen de Guadalupe, lo que pude observar en la carretera a Villaflores me tiene más que asombrado. Miles y miles de personas a pie, para el mismo propósito. Igual ocurrió en todas las carreteras que desembocan en la ciudad. La fe, el amor y el fervor moviendo a ríos las voluntades y los sacrificios corporales. Las oraciones por un mejor futuro personal y colectivo formaron un gigantesco murmullo sólo interrumpido por la fiesta de campanas.

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rojas.a.armand@hotmail. Com