De Primera Mano/Rodulfo Reyes Cuando AMLO tuvo el pivote de la prensa

La carrera meteórica de Andrés Manuel López Obrador no se entendería sin la cobertura de la prensa metropolitana a sus movilizaciones de a mediados de los noventa, cuando salió del pantano tabasqueño para instalarse en el cogollo de la política nacional.
En 1995 la figura del tepetiteco adquirió derroteros nacionales, gracias a la agresión que sufrió a manos de la policía antimotines en una comunidad indígena de Guatacalca, Nacajuca.
La imagen del suceso ocurrido el 7 de febrero de ese año no nada más recorrió México, sino que también salió del país.
Al de Macuspana le partieron la cabeza de un garrotazo. Y así apareció en los periódicos: ensangrentado, con el gesto adusto, metido en un pantalón azul y una camisa blanca a rayas grises.
Por esas fechas este reportero le escuchó decir que aun cuando a nivel local no se difundían sus actos políticos y, al contrario, se le cuestionaba, en la Ciudad de México lograba generosos espacios públicos.
“Tenemos a los mejores”, decía, en alusión a la cobertura permanente que le hacían los diarios «La Jornada» y «El Financiero», así como la revista semanal «Proceso», la que desplegó la foto de su frente ensangrentada.
Y es aquí se sabía que al arranque de su movimiento sus seguidores eran pocos, pero en el altiplano se creía que, por ejemplo, los pozos petroleros habían sido tomados por “miles” de tabasqueños.
La divulgación de sus actividades en la capital del país lo mandó a las ligas nacionales de la política. Fue así que en 1996 logró la presidencia del PRD, partido del que fue fundador en Tabasco, y en 2000 ganó los comicios para jefe de gobierno de la Ciudad de México.
Los medios capitalinos, pues, lo pusieron en la ruta que lo llevó a Palacio Nacional.
No hay registro de que en el lapso en que emigra al antiguo Distrito Federal (DF) y logra la presidencia del CEN perredista, se haya confrontado con las empresas editoriales.
El diferendo comienza cuando ya es gobernante capitalino y los medios comienzan a percibir que desde el zócalo está planeando su candidatura presidencial.
Es entonces que acuña la frase “prensa maiceada” y, cuando se hace evidente que no va a terminar su gestión metropolitana para buscar Los Pinos en 2006, contraataca con el discurso de “encuestas cuchareadas”.
De 2000 a 2005 que fue jefe de gobierno mantuvo una excelente relación con la prensa del altiplano. Incluso, Televisa le trasmitió en vivo las conferencias de prensa matutinas en sus cumpleaños, enviando a la frondosa secretaria muda de Brozo con un pastel ataviada con un escaso atuendo.
Por eso es previsible que cuando arranque formalmente su administración, volverá a cruzar los dedos en señal de “amor y paz”, y de nueva cuenta mantendrá un trato respetuoso con los consorcios electrónicos con los que trabajó como mandatario del valle de México.

DAN PRISIÓN PREVENTIVA AL PRESUNTO SICARIO DE HUERTA

Fue vinculado ayer a proceso bajo la medida de prisión cautelar el presunto asesino material del periodista Juan Carlos Huerta Gutiérrez, ejecutado el 15 de mayo pasado.
En la audiencia celebrada este martes, la Juez de Control determinó tres meses como plazo para el cierre de las investigaciones, en las que Juan Miguel “N” aparece como el homicida del comunicador.
En ese plazo, la Fiscalía General de Tabasco deberá aportar las pruebas ministeriales y recabará indicios que acrediten la participación directa del detenido.
Las evidencias que presentaron las autoridades son muy sólidas, pues se tiene registro en videos de que aparece en la camioneta Mazda color gris desde la que ultimaron al periodista.
Encausar a los autores intelectuales del homicidio coronará el trabajo, y hasta entonces el gremio estará conforme con el resultado de las pesquisas.