Sin mucho ruido
Hace poco que se dio a conocer que el ex candidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya, había sido exonerado por la PGR del presunto delito de lavado de dinero, se pudo comprobar por fin que esa dependencia en la gestión de Enrique Peña Nieto tambiénse involucró en las elecciones para gobernador de Tabasco, cortándole cualquier posibilidad de crecer a quien era el abanderado del partido en el gobierno.
El diario ‘Reforma’ publicó en exclusiva el 5 de marzo pasado que Anaya había sido absuelto en forma definitiva de la acusación que se le imputó antes que arrancaran las campañas de 2018.
Se entendió entonces que Peña operó para evitar el triunfo del candidato de Acción Nacional.
Con fecha 28 de noviembre, dos días de que terminara la administración peñista, en el expediente en contra del panista se resolvió: «No existen datos de prueba suficientes aún de manera circunstancial que permitan acreditar el hecho con apariencia de delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita».
La resolución fue firmada por el subprocurador especializado en Investigación de Delincuencia Organizada,Alonso Israel Lira Salas, quien agregó: «La denuncia presentada por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera, una vez concluida la investigación, no acreditó la ilicitud del recurso, por el contrario, se estableció la existencia de los recursos y que devienen de un crédito”.
La persecución en contra del contendiente a la Presidencia por el frente PAN-PRD fue parecida a la iniciada por la PGR en contra de Gerardo Gaudiano Rovirosa, candidato de la misma coalición al gobierno de Tabasco, a quien en diciembre de 2017 se le libró en el tiempo récord de tres días una orden de presentación en la sede de la SEIDO en la Ciudad de México, con base en un expediente armado a partir de recortes de periódicos asentados en Quintana Roo, que lo acusaban de ser lavador del ex mandatario de ese estado, Roberto Borge.
Se dijo entonces que un operativo de tal envergadura solo podía autorizarlo el presidente de la república, el jefe directo del titular de la PGR, Alberto Elías Beltrán.
Aquí Arturo Núñez Jiménez, a la sazón gobernador, se lavó las manos y dijo que su administración no tenía nada que ver con el señalamiento que terminó de destrozar a Gaudiano.
En descargo del esposo de Martha Lilia López Aguilera puede asegurarse que él se plegó a un lineamiento dePeña para favorecer a Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador.
¿Por eso Núñez no será procesado por el los presuntos delitos que le ha encontrado su sucesor Adán Augusto López Hernández?
Ahora bien, el responsable de los operativos contra Anaya y Gaudiano y quien fue el último titular de la PGR en la gestión de Peña Nieto, es todo un pájaro de cuenta.
Esta semana la revista ‘Proceso’ publicó que Elías Beltrán podría ser el segundo hombre en la lista de Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda; el primero fue el ex director de Pemex,Emilio Lozoya.
El ex encargado de la PRG y su esposa, Marcela Kuchle López, se encuentran bajo investigación por lavado de dinero por casi 100 millones de pesos que recibieron de varios despachos de abogados, entre ellos el del ex procurador panista Antonio Lozano Gracias.
De tal manera que después de involucrar con fines electorales a los combatientes del frente PAN-PRD a la presidencia de México y a la gubernatura de Tabasco, Elías Beltrán ha pasado a ser investigado por el mismo delito del que falsamente acusó a Anaya y a Gaudiano.
A Anaya el efecto de la bomba mediática que le hizo estallar la PGR de Peña terminó con su carrera en abono del crecimiento de López Obrador, quien no tuvo rival enfrente luego de que el panista empezara a hundirse por efecto de lacampaña negra.