Pero la refinería va, de todas maneras va Los datos disponibles arrojan que son endebles los elementos técnicos para sustentar la construcción de la refinería deDos Bocas, y que los opositores al proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador han presentado argumentos sustentables para detenerlo, pero la política apunta a que sí se erigirá en el puerto petrolero de Paraíso. Entre las voces contrarias se encuentran las de un sector del PRI tabasqueño que aún no entra en componendas con el régimen morenista. Estas son las que más le han pegado al designio presidencial, pues han logrado hacer pública información oficial que, por lo menos, desmiente que la planta se vaya a edificar en tres años y que vaya a costar ente 6 mil millones y 8 mil millones de dólares. Sin excepción, analistas nacionales de temas financieros y de negocios han salido a decir que no es conveniente ni rentable hacer la refinería en la playa tabasqueña. Un documento reciente del Instituto Mexicano del Petróleo (INM), que, por cierto, le costó la chamba a su responsable, también sostiene que no debe construirse. El subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, le dijo a los mercados internacionales, a través de una entrevista al diario especializado Financial Times, de Londres, que se iba a retrasar Dos Bocas para inyectarle los 2 mil 500 millones de dólares de su arranque en 2019 para aumentar la producción en Pemex. También el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del expropiador Lázaro Cárdenas, ya se manifestó en contra. Aun así, existe la certeza de que México tendrá una nueva fábrica para gasolina y diésel. ¿Por qué hay la confianza de que se hará? Simple: tiene la venia de AMLO, y el jefe del Ejecutivo ya dio muestras con la cancelación del aeropuerto de Texcoco que es hombre de una sola palabra. Y, además, al de Tepetitán se le da levantar proyectos: En Tabasco, en los inicios de su movimiento, creó de la nada el diario La Verdad del Sureste, que vio la luz en abril de 1991 con el compromiso de que sería de la sociedad civil. Veintiocho años después sigue con vida. En 1995 AMLO fundó la Universidad Popular de la Chontalpa (UPCH), que a pesar de que al principio era un semillero ideológico, se ha mantenido en pie y ha logrado los estándares que requieren las entidades públicas de su tipo. Ya fuera del PRD, del que fue cofundador, en julio de 2014 López Obrador formó su propio partido político, Morena, con el que hoy gobierna el país. Así que AMLO ya puede decir que ha fundado un periódico, una universidad y un partido político ¡y eso que no era gobernante sino solo un político opositor! Así que –¿por qué no?– a su expediente de creador puede sumarse una refinería en su tierra. La diputada federal priísta Soraya Pérez logró, vía INAI, que Pemex le respondiera que la información relacionada con la refinería estaba reservada por cinco años. Y aunque en una rueda de prensa mañanera el presidente López Obrador le ordenó a la empresa productiva del Estado que le proporcionara la información a la legisladora tabasqueña, los datos aún siguen clasificados. A la hija del ex alcalde Cárdenas, Nelson Pérez, la han desacreditado desde el gobierno por haber trabajado con el grupo mexiquense del ex presidente Enrique Peña Nieto. Soraya es quien da la cara por los priístas que se oponen a que Dos Bocas se levante en Paraíso, con el argumento de que no hay condiciones técnicas ni de infraestructura para que la planta sea rentable, amén de que su costo será de al menos dos veces de lo que oficialmente se ha anunciado.