De Primera Mano/Rodulfo Reyes Aguilar

Ve la ciencia un rayito de luz

A las versiones encontradas por la fecha en que el Edén llegaría al punto máximo de la pandemia para luego estabilizarse y enseguida disminuir incidencia, se impuso la voz de la ciencia.

El martes, la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) dio a conocer un modelo matemático desarrollado por un investigador de la División Académica de Ciencias Básicas (DACB) que proyecta el pico o punto máximo de contagio de COVID-19 para finales de la primera semana de junio o a inicios de la segunda.

Con una licenciatura en Matemáticas, una maestría y un doctorado en Estadística, el catedrático universitario advirtió que eso ocurrirá, pero solo si continúa la aplicación de medidas de protección e higiene, así como el acatamiento del distanciamiento social y el aislamiento voluntario.

El modelo Gompertz-Datamétrika, diseñado y construido por el científico tabasqueño, pronostica que para finales de mayo podría registrarse en Tabasco un mínimo dos mil 500 y un máximo de tres mil 800 casos acumulados, o bien podría ocurrir que la incidencia ronde el promedio de tres mil 200 confirmados.

El especialista en Ciencia de Datos y director general de Datametrika Consultoría aseguró que “con la actual tendencia de cuarentena, movilidad y distanciamiento social, para  los  días  23  y  24  de mayo se pronostican entre un mínimo de  dos mil 800 y un máximo de tres mil 200 casos confirmados de contagios, con una media esperada de alrededor de tres mil casos”.

En síntesis, en mayo no llegaremos al pico de la pandemia.

En entrevista con el reportero, el exsecretario de Salud, Jaime Mier y Terán Suárez, pidió que el manejo de las políticas públicas para enfrentar la pandemia sea acompañado del análisis psicológico y sociológico.

Esto es, revisar el comportamiento humano.

Consideró que medidas como la Ley seca, el cierre del comercio durante el fin de semana del Día de las Madres y la restricción del horario del transporte público, deben enfocarse bajo la premisa de qué tanto aportan o perjudican en la contención de la enfermedad.

Señaló que cuando se anunció la prohibición de la venta de alcohol, muchos ciudadanos hicieron largas filas para comprar y en esas aglomeraciones pudieron darse muchos contagios.

De igual manera, cuando se informó que el 8, 9 y 10 de mayo detendrían actividades los comercios, la gente salió a comprar con pánico porque creía que el cierre no solo iba a darse durante unos días, sino para siempre.

Afirmó que el sistema de salud tabasqueño es de los mejores de México, pues es el único, junto con él de la Ciudad de México, que por ley debe contar con una jurisdicción sanitaria en los 17 municipios, lo que no sucede en las demás entidades federativas.

Además, dijo que por ley en Tabasco los jefes jurisdiccionales deben ser expertos en salud.

Apuntó que en esta etapa de la pandemia, la fase 3, se debe empezar a hablar del comportamiento social, ya que los cercos sanitarios debieron haberse levantado desde el principio de la emergencia, no ahora.

Solo nos queda contagiarnos, pero de manera paulatina para no saturar los hospitales, agregó.

Tal vez el estudio del comportamiento humano pueda hacer entender por qué Tabasco es de los pocos estados donde los pacientes recuperados de COVID-19 se niegan a donar sangre para extraer el plasma que pueda salvar a pacientes en estado crítico.

Vaya, quizá hagan falta psicólogos y sociólogos para caminar al lado de la medicina pública.