De Primera Mano/ Rodulfo Reyes

De acuerdo con un diagnóstico realizado en su entorno, el perredista Arturo Núñez Jiménez hizo “un mal gobierno”, ya que no supo conformar un buen equipo de trabajo, no hizo los cambios correctos ni a tiempo en su gabinete, no dio “los manotazos” en su momento, no evaluó el trabajo de sus colaboradores, no fomentó la unidad interna ni puso fin a los pleitos entre sus colaboradores, centralizó las decisiones y reprimió toda iniciativa de sus subordinados.

Quien fuera un destacado personaje de la política nacional, según el análisis casero, “trató de estar en todo, hasta en los mínimos detalles y perdió de foco lo más importante”.

El ex mandatario “no escuchó y no corrigió, no estableció comunicación personal y afectiva con la gente”.

En la explicación sobre los desatinos del esposo de Martha Lilia López Aguilera se exculpa a la ex presidenta del DIF estatal. “Falso que su mujer sea la culpable de todo y que lo haya mandado”.

Más bien, precisa la fuente, el susodicho “no hizo trabajo de equipo” y entre sus principales colaboradores “cada quien marcó su territorio y no se coordinó con los demás”.

Este reportero era de la idea de que el propio Núñez había puesto a circular la especie de que “el malo de la película” era Amet Ramos Troconis, su tesorero, para salvarse así de las críticas hacia él.

Sin embargo, en la evaluación interna sobre el fracaso de Núñez, se resalta que, en efecto, quien fuera su secretario de Finanzas “frenó todo e hizo lo que quiso con el presupuesto”, lo cual aceleró la descomposición del anterior régimen.

El caso de Núñez es interesante porque ganó las elecciones con el prestigio de ser un político preparado, inteligente y con una vasta experiencia; se creía, de entrada, que no repetiría los errores de su antecesor, el priísta Andrés Granier Melo, quien permitió que su familia se involucrara en los asuntos de la administración.

Núñez, con todo su conocimiento (siempre le gustaba presumir haber leído por lo menos cinco mil libros), cayó en los mismos errores que Granier, pero las consecuencias con el perredista fueron mayores, pues por su gran trayectoria nacional había generado en los tabasqueños las mayores expectativas de los últimos tiempos.

El gobernador Adán Augusto López Hernández ha roto el ciclo de las dos últimas administraciones de incluir a familiares en el gabinete.

PARA SU INFORMACIÓN…

LE HIZO FRENTE el mandatario a la inconformidad de trabajadores por la entrega de vales de despensa de una empresa con capital local. La protesta obedeció a que, sin aviso, el gobierno cambió de compañía de supermercado y la que eligió no surte carnes. Adán Augusto explicó que al término de la pasada administración finalizó el contrato con la empresa que dotaba los vales de despensa, por lo que al iniciar su gestión no contaba con recursos para una nueva licitación y por eso se apoyó en la empresa que es rechazada. Dijo que en la primera semana de marzo se lanzará una nueva licitación nacional para que los vales se puedan surtir en la mayor parte de los establecimientos comerciales. Seguramente el que se llevó un susto fue el secretario de Administración, Oscar Palomera Cano, pues a él se le responsabilizó del affaire.
A TURNO CORRIDO trabajan en la Fiscalía General del estado para desahogar las primeras diligencias en torno a las demandas que ya se interpusieron en contra de funcionarios de la pasada administración. La idea es no hacer ruido y amarrar bien los expedientes para no caer en el ridículo de Núñez. Y como Jaime Lastra Bastar ya ocupó ese despacho en Tabasco y en Chiapas, hay confianza en que sacará el tema.